La liposucción es un procedimiento quirúrgico que sirve para eliminar grasa y reducir medidas en las caderas, el vientre, los muslos y el cuello, entre otras zonas corporales, a través de la evacuación de células grasas. Para mantener los resultados de la lipo es muy importante realizar actividad física diaria y llevar un régimen de nutrición balanceado.
Sin embargo, hay quienes consideran que la liposucción es la mejor salida para tener “un cuerpo perfecto” sin necesidad de hacer ejercicio o llevar una alimentación saludable. – Esto definitivamente es un error –.
Si después de una cirugía como esta, el paciente deja a un lado los hábitos de vida saludables, perderá la inversión económica de la lipo, así como los esfuerzos físicos y emocionales experimentados en el quirófano y durante la etapa de recuperación. – Ni hablar de la desilusión con respecto a las expectativas de los resultados del procedimiento –.
Está comprobado que los efectos de una liposucción pueden llegar a perderse por varias razones, entre ellas, según el Dr. Jason Emer en un artículo de Cosmetic Surgery Times, porque “el cuerpo humano nace genéticamente con un número determinado de células grasas, que rara vez varía durante el transcurso de la vida”. A pesar de esto, dichas células sí pueden aumentar su tamaño, causando un efecto llamado hipertrofia, en caso de que la persona lleve una mala dieta, sea sedentaria o sufra de un metabolismo disfuncional.
El aumento de peso y la liposucción
La liposucción mejora el contorno abdominal al eliminar depósitos grasos. Sin embargo, no es un procedimiento para bajar de peso y tras una cirugía como esta, en algunos casos, es posible subir unos cuantos kilos de más por las siguientes razones:
Según el cirujano plástico Brent Moelleken, en un foro de Realself, en algunas personas que se han sometido a esta operación, “es normal que justo donde se ha eliminado la grasa aparezca hinchazón, la cual puede contener algo de líquido o agua”.
Por eso es tan importante que el paciente, durante el tiempo posterior a la recuperación, realice una actividad física indicada por su deportólogo, para que empiece a perder el peso de más que ha aparecido tras la cirugía.
Por su parte, la grasa visceral, aquella que recubre órganos como el hígado y los intestinos, también puede formarse dentro de la cavidad abdominal, alrededor de los muslos y de las caderas. Con respecto a ella, se dice que algunas personas que se han sometido a una liposucción pueden gastar menos energía después de la cirugía, lo que conduce a la acumulación de grasa. Debido a que el cuerpo está finamente sintonizado para defender sus reservas de grasa, buscando compensar la pérdida abrupta de la misma.
Pero «el ejercicio puede mitigar ese efecto y volver a calibrar al cuerpo hasta obtener el peso ideal”. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de São Paulo y publicado en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.
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