La celebración del 4° aniversario del blog no pudo ser mejor, entrevista, fotografía y luego un majestuoso concierto. Al final calendario actualizado de eventos.
Luego de llegar de la prueba de sonido, Claudio, Travis, Chris y el nuevo integrante… se bajaron de la camioneta, rumbo al Lobby del hotel ubicado en el centro de la ciudad, y antes de que descansaran un poco, ya estaban ubicándose para una breve cara a cara con un par de medios. Así era la rutina de los neoyorkinos pocas horas antes de la tercera presentación en Bogotá, en medio de la camaradería y sencillez. Y no era el afán usual de las bandas cuando arriban el mismo día, rueda de prensa fugaz y sale. Pues ellos estaban hospedados días antes, simplemente tenían la disposición de continuar atendiendo a la gente. Todo termino pronto pero fue suficiente para palpar el calibre preliminar de los Cambria.
Cayo la noche, las filas a las afueras del teatro Metro suponían un evento no muy concurrido, la seguidilla de shows con diferencia escasa que empezó con los Peppers y terminaba con Judas Priest y Whitesnake, hace parte sin duda del ausentismo, muy a pesar de los estilos. Stay Way banda bogotana abrió el evento con potencia y muchas ganas de rockear, la propuesta alternativa cazo perfecto, no en vano el último tema interpretado tuvo sonada acogida entre asistentes. Los rodies iniciaron entonces la tarea y alrededor de una casi una de pruebas imperceptibles, humo y más humo, ajustaron. Del costado derecho del escenario las figuras del grupo aparecieron atravesando la niebla, luces multicolores, gritos respectivos y No World For Tomorrow, echaron a volar la libélula sonora. Sobre la misma línea floto de inmediato Grave Makers And Gunslingers, luego la aclamada Ten Speed primera del viaje Apollo Vol one. Dentro de los surcos que esconden el rostro de Sánchez ya se hallaban algunos enredados, mientras otros saboreaban ese tinte particular fino de voz, ahora melancólico en la Perla de Estrellas de su reciente arco iris negro, punteo conmovedor. El anisóptero sobrevoló la zona rumbo a las primeras aventuras escritas en disco, narración de escenas misteriosas del doctor Devil in Jersey City, constantes gritos desgarradores de Travis diría también primer guitarra, cuyo sabor y poder es pieza incalculable del cuarteto. Ese intercambio de palabras previo a escena desplegado sin recatos por la banda, es llevado poco a tarima, timidez presente, abren mejor el grifo a tope, de la cuerda excelsa y los tonos atmosféricos. Abrumar en sonido vocablos insulsos, condujo al ‘kilosensor’ a marcar la mitad del show. Everything Evil reunió el coro sentido de una historia similar, jóvenes y uno que otro adulto aporto su canto para «igualar» el tono sutil del dueño de la lírica, esperanza para hacerlo creyente. Todo parecía ahondar la pena, pero el riff del cover The Trooper, inyecta la revancha de otra ocasión dónde quedo hueca la gana, extirpando el dolor ante la brillante ejecución. El trapezoide-guitarra del líder riffea y la diana se entrega a Stever quien con canto filoso, recibe el coro en bocanada limpia del respetable.
Breve entrevista concedida por el carismástico guitarrista
El sobrevuelo se reanudo después de un breve corte, el abdomen espigado fue elevo a mil revoluciones por sus hélices, próxima estación Year of the Black Rainbow. Una más, y la vitoreada Welcome Home llego con su delgado punteo dando vuelta hacia el riff pegajoso, casi como si la guitarra hablará, el entorno vibro abriendo los poros para absorber la poderosa pieza y entrar en la piel más visceral de la noche. El rojo intenso ardía mientras el insecto se poso de nuevo en su guarida. Parecía que la expedición llegaba al punto final pero el rodie continuaba afinando. Sí, había tiempo para otro comic, a escena de nuevo para cerrar el capítulo al ritmo The Crowing.
Los ropajes de Claudio Sánchez reflejaban dos expresiones que deben estar presentes, quien ose seguir el camino del rock en cualquiera de sus vertientes. Su chaqueta evidenciaba el rostro contemporáneo, Soundgarden y su camiseta el clásico, Rush. Encima la piel del ímpetu, debajo la sabía. Contundente mensaje sepultado en ocasiones por radicalismos absurdos, dos formas que nunca se deben olvidar, respetar las raíces, honrarlas, pero también evolucionar. Buenos alumnos estos señores, mezclan a la perfección varios estilos con sello propio, atmosféricos sonidos difíciles de definir. Rumbo a maestros, cumplieron de nuevo la cita para revalidar el vuelo de la libélula multicolor, proyección gracias a sus ojos multifacéticos, a ese cuerpo delgado, pero especialmente a esas alas humildes que nos llevaron lejos.
En la entraña del blog sin duda quedará esta agrupación, que reúne muchos de los ingredientes expuestos a lo largo de estos 4 años de andanzas blogueras. Estupendo no cerrar el ciclo, pero si cumplir con la tarea de compartir justo con ellos, conceptos, experiencias y ese canal imanado llamado música.
Gran fiesta de aniversario!!!
Permanezcan Rockosos
No los habia escuchado hasta el domingo en Rock en Rio, Tremenda banda, los que asistieron al teatro metro estuvieron privilegiados
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