El año entra en su recta final y la agenda de conciertos curiosamente se colmo en un pestañeo, el más expectante por su significado sin duda es el show de Black Sabbath. Una mirada al porque de su relevancia sin olvidar los recién anunciados. Calendario de conciertos al final del post. Bienvenidos.
Colombia desde hace unos de años para acá ha sido tenido en cuenta con mayor frecuencia, muy a pesar de su ignorancia y desinterés por el rock, como una plaza para el desarrollo de conciertos. El artista más importante que ha pisado este suelo y para sorpresa de muchos, fue Jeff Beck (2010), –nuestra reseña-. El inglés es toda una institución de la guitarra y es reconocido por la escena del rock mundial y del jazz porqué no, como una de los mayores exponentes del instrumento de todos los tiempos. El siguiente sin duda es Paul McCartney (2012), -reseña aquí- por el hecho de pertenecer a unas de las bandas más influyentes de todas las épocas, The Beatles, pero también porque es el único concierto que ha sido transmitido por televisión de punta a punta en Colombia. Y por supuesto, en el pódium no puede faltar el concierto de Roger Waters (2007), fundador de los emblemáticos Pink Floyd.
Aunque la mitad de las deudas han sido saldadas, es obvio que las restantes continúen pasando factura, es así, como hemos perdido grandiosos eventos como los Stones, Deep Purple y U2 por ejemplo, o para no ir tan lejos Pearl Jam reconocida banda en nuestro medio, o los mismos Alice in Chains que andan de gira actualmente por Sudamérica. ¿Pecados? si, bastantes, pecados que pasan por la falta de un sitio idóneo para recitales, la baja asistencia y apoyo de la gente, el alto costo de los impuestos, el desinterés de los medios tradicionales (el concierto de Paul McCartney demostró que si los medios se unen el beneficio es para todos), y lo más directo, un dial donde se escuchen contenidos que orienten, pero que también ofrezcan un abanico de alternativas musicales para grandes y chicos y no las acostumbradas cuatro horas de burdos y vacíos comentarios de la emisoras de turno.
El próximo sábado 19 de Octubre Black Sabbath se presentara en Bogotá, en otro de los conciertos históricos que recibe la capital, un gigante influyente dentro la bitácora del rock. Esta banda proveniente de Birmingham, Inglaterra, sin temor a exagerar está al nivel de The Rolling Stones, siendo toda una institución dentro de su estilo desde los años setenta, fundadores y padres de un género como el metal que ha evolucionado en sonidos pesados y cada vez más céleres. Dicho estilo, es complicado de digerir más para una tierra como la nuestra, con escasas fuentes de orientación y acostumbrada al «rock suavecito», sin embargo, para realizar un símil, es como la opera, que lleva a niveles extremos la voz y su orquestación, igualmente sucede con el metal y sus subgéneros, pues el rock tradicional es llevado a márgenes donde los instrumentos van a tope, junto a voces expulsadas desde lo más profundo, denominadas guturales.
La otra versión de Black Sabbath en el Coliseo el Campin
Colombia tiene dos referencias como precedente que deberían soportar la asistencia masiva, y dilucidar el porqué de la importancia de un evento como el de Black Sabbath. La primera data del 5 de mayo del 2009 –reseñada aquí- cuando la agrupación Heaven and Hell, conformada por Tony Iommi (guitarra), Geezer Butler (bajo), Vinny Appice (batería), y el fallecido Ronnie James Dio (voz), ofrecieron en el coliseo el Campin el primer show de lo que fuera en otra época igual de relevante los mismos Black Sabbath pero en este caso Dio y Appice, como reemplazo de los miembros originales, Ozzy Osbourne y Bill Ward. La segunda referencia más reciente, es del 16 de abril de 2011, cuando la voz inconfundible de Ozzy Osbourne junto a su banda, tocaron en el Parque Simón Bolívar, -reseña en este enlace– desmintiendo que «el viejito» Ozzy estaba acabado como artista luego de tanta «locura». Sí sumamos estos dos conciertos en concurrencia, aún así no se colmaría el parque el próximo 19 de octubre, no obstante, se debe ponderar que estaremos frente a una leyenda viviente de la música, que a diferencia de los Stones, posiblemente presenten su última gira.
Entonces, aquí no se trata del tipo de música, ni el color de la ropa, ni si consumen o no drogas, se trata de cultura general para los poco allegados, de devoción y compromiso para quienes aman el rock y han esperado décadas para verlos, de terminar la tarea cuando escaseaban las rutas para los contados maestros que intentaron abrir el espectro programando su música, de hacer parte de un relato de antaño pero gladiador para los incrédulos. Acudiendo con todo respeto a términos religiosos, nuestro «pecado original» en el rock puede ser subsanado, al ver a estos «viejitos» de Black Sabbath hombres de carne y hueso, vestidos de negro, con crucifijos holgados pero con historia verídica de su uso; desarrollar un arte de la entraña, interpretado con instrumentos bajo melodías caladoras pero reflexivas, tinta, pluma y papel nutridos de veracidad, que distan de los acostumbrados falsos positivos musicales irradiados por el mundo, una obra tan importante como el fruto de un campesino o las enseñanzas de un indígena, todas ofrendan la fórmula mágica de la felicidad. Después de todo no es complicado entender el origen de un movimiento y quedar enamorado cuando se hace parte de él. Ustedes eligen.
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Como es el mes de Black Sabbath, antes del concierto esperen post especial con toda su historia.
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