Cuando Black Sabbath sonó en la radio colombiana

Luego de los grandiosos conciertos en Chile, Argentina y Brasil, en dos días Colombia verá a Black Sabbath , pero antes, un pionero de la radio comentó desde Atlanta para el blog, cómo fue exponer dichos sonidos en nuestro país en aquella época. La hora ha llegado, el tan anhelado momento se acerca. Bienvenidos.

La historia de la agrupación inglesa Black Sabbath comenzó el viernes 13 de febrero de 1970, cuando su álbum homónimo salió publicado y corrosivamente acabo con la miel de otros tonos no menos importantes en el rock. Aquella tenebrosa campana y la lluvia de la canción «Black Sabbath», erizó la piel de cuantos se atrevieron a rodar el acetato, y aún hoy produce dicho efecto. La industrial Birmingham tierra natal del grupo, desde entonces fue «otra», pues el género metal se inventaba, aunque Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Gezeer Butler y Bill Ward no fueran consientes de ello, en cambio si estaban seguros que su música era poderosamente trasgresora, había magia en ella y no precisamente de la negra como lo tildaron muchos medios al descubrirla. Era una poción eterna para la cultura universal, una directriz para que muchos vistieran el color oscuro de sus melodías, matices lejos de la asociación con la muerte, mejor cercana al gozo terrenal y de una realidad sin sofismas. Así comenzaba la leyenda.

Pero, ¿cómo entraron a nuestro país dichas tonalidades? ¿Cómo se colaron en una sociedad tan conservadora por aquel entonces? a uno de los pioneros de la radio y la televisión en Colombia, se le deben las primeras incursiones de bandas de rock en los medios, él es Armando Plata Camacho,

Aqui uno de los programas dirigidos por Armando Plata

Armando también conocido como «elchupo» justamente recuerda cómo y en donde programo por primera vez a esta banda inglesa. «el sonido de Black Sabath era pesado y denso en su momento. «Recuerdo que lo edito Discos Phillips en Colombia con el sello Vértigo. Fue a comienzos de los 70 y me atreví a presentar algunas de sus canciones en Radio Tequendama.» Sin matricularse en ningún género musical en especial, llama la atención el porqué Plata expone un estilo que aún hoy para ciertos sectores sigue siendo «escandaloso». «Siempre me sedujo la sonoridad, la fuerza, el ritmo y la actitud de las bandas que interpretan este tipo de música que se sale de los moldes establecidos. Todos los grupos «heavys» de rock fueron muy difíciles de promocionar. Pero muchos DJ de rock de la época como Dr. Rock, Humberto Caballero, Álvaro Díaz, Edgardo Hozzman, Edgard Restrepo Caro, entre otros, los pasaban en programas especializados del género. Recuerdo que en la semana santa de 1974, incluí a Black Sabbath, Yes, ELP y otras bandas en la programación del viernes de pasión, fue un atrevimiento que desato ira santa, y esa era la idea.»

Así como a Black Sabbath de le consideran los padres del metal, no pudo ser mejor que un padre de los medios de comunicación como Armando Plata fuera quien abriera el sendero que hoy en día lastimosamente ha perdido poco a poco las rutas de difusión, al preguntarle que siente actualmente al ser quien abrió esta puerta dice: «Satisfacción del deber cumplido. Siempre he sentido la música con pasión y mi trabajo como DJ era solo una forma de expresar ese sentimiento. Creo que esa honestidad la percibió el público y genero empatía.» Ya comentamos en en este post anterior la importancia de la visita de una agrupación como esta y el porqué asistir, para Armando Plata también tiene un enorme valor especialmente en los seguidores fieles al rock. «Qué bueno que al fin hubieran venido. El Metal es un movimiento muy fuerte en Colombia. Los seguidores del género viven muy actualizados y se van a dar un buen banquete de nostalgia.»

La historia es una de las cosas que suele irrespetarse con frecuencia y solo hasta cuando la canción más sonada de Ozzy y su combo en Colombia, «Paranoid», cierre posiblemente el show en Bogotá, se podrá saber con nuestra asistencia si hubo respeto. Por lo pronto, escuchar de parte de una voz con autoridad como la de Armando Plata Camacho, en donde y como inicio nuestra comunión con Black Sabbath, es esencial para comprender en qué lugar estamos. Ha llegado el momento de retribuirles a los constructores de estas crónicas un poco de su entrega y visión, una oportunidad para devolver con creces tanta dicha puesta a tan solo a un dial de distancia y a tan solo un surco del acetato.

Un agradecimiento inmenso a Armando Plata, primero por su labor durante este largo trayecto al hacernos amantes de un estilo tan real y sincero como el rock, y segundo, por la disposición a pesar de la distancia y sus ocupaciones, para contarle a este espacio sus valiosas experiencias.

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