No es que sea una de esas arribistas que mete palabras en inglés mientras habla en español. Simplemente que encontré esta imagen y estaba en inglés y como tantas otras suena y se ve mejor en el idioma anglosajón. No me vayan a atacar por eso, soy defensora y orgullosa de nuestro idioma, sin embargo hay que admitir que para ese tipo de afirmaciones, ese idioma tiene el poder de ser puntilloso y directo.
Dejando esa introducción melosa para un tema tan rico y extenso como este, comenzaré. Anteriormente, digo hasta hace muy poco los hombres conseguían mujeres guapas, para exhibirlas como trofeos. A la mujer le montaban las famosas ¨sucursales¨, a las mozas les ponían carro, apartamento, les regalaban operaciones. Las mujeres éramos objetos, éramos la corona más grande que podría otorgar el machismo.
Desde tiempos remotos las mujeres hemos venido peleando por la igualdad, igualdad en el entorno laboral, en el entorno social, familiar, en todo. Hasta hace unos pocos años atrás se ha podido ver que se ha alcanzado la igualdad y se ha derribado ese mito del estúpido machismo. Cuando las mujeres nos convertimos en personajes activos de la sociedad y no en objetos de reproducción, se ha podido ver lo indispensables, constructivas y valiosas que somos. Incluso hemos ido relevando a los hombres de sus pedestales y hoy por hoy, grandes mujeres están liderando la economía y el mundo desde diversos campos. Cada vez más las mujeres priorizamos nuestro rol profesional, nuestra vida personal, nuestros deseos económicos y materiales, antes a una relación o a una pareja.
La brecha salarial entre hombres y mujeres se hace menor, factor que ha llevado a nuestra independencia y a la aparición de nuevos términos y géneros, que los sociólogos y psicólogos le ponen nombres pomposos para hacer sonar como un fenómeno a lo que debe ser nada más diferente a la evolución de la especie. Aparecen términos como women-childfree, childless, neo solteras, dinkys, living apart together, y otros tantos más que aparecen a diario, basados en esa eterna lucha de egos entre hombres y mujeres. Sin llegar a la misoginia (mujeres que odian a los hombres) aparece este fenómeno de mujeres que consideran a los hombres como objetos, como trofeos, como un juguete. El caso exactamente inverso a lo que se daba con los hombres. Una oda al individualismo, a la independencia y la autonomía ha contribuido a este fenómeno, cuando tengo todo lo que quiero tener, cuando tengo éxito en todo, puedo tener, busco a un hombre que no me incomode, que haga lo que pido y cuando quiera yo, él se marcha.
No hay porqué sorprenderse o temer, este fenómeno se viene viendo desde hace un buen tiempo. Hoy las mujeres somos guapas, inteligentes, independientes y lo más importante de todo poderosas. Como siempre primero en los estratos altos, en los niveles adquisitivos e intelectuales altos, y luego poco a poco se va introduciendo en el común de la gente. Para poner algunos ejemplos hay que referirse a artistas que lo han conseguido como Jennifer López, Juana Inés Dehesa, Cameron Díaz, Karim Anderson, etc. Por este factor cada vez aumentan los hogares unipersonales y las madres solteras, porque lo que no sirve que no estorbe o que venga cuando yo quiera nada más.
Si son las perras de alguien más o si tienen la fantasía de ser mi perra algún día, síganme en Twitter: @des_empleada
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