Como todo lo escrito por Orwell, visionario, más vigente que nunca:
«En nuestra época, los discursos y escritos políticos son en gran manera la defensa de lo indefendible. Cosas como la continuación del dominio británico en la India, las purgas y deportaciones rusas y el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Japón pueden ciertamente defenderse, pero sólo mediante argumentos demasiado brutales para ser arrostrados por la mayoría de la gente, y que no encuadran dentro de los objetivos que profesan los partidos políticos. De este modo el lenguaje político tiene que consistir principalmente en eufemismos, círculos viciosos y una completa y sombría vaguedad. Se bombardea desde el aire pueblos indefensos, se arroja a los habitantes campo afuera, se ametralla el ganado, se prende fuego a las chozas con balas incendiarias, y a esto se le llama pacificación. Millones de campesinos son despojados de sus granjas y enviados por los caminos sin más que lo que pueden llevar, y a esto se le llama traslado de población o rectificación de fronteras. Se encarcela a la gente por años sin juicio previo o se les hace un disparo sobre la espalda o la nuca o bien se la envía a morir de escorbuto en las zonas madereras del Ártico, y a esto se le llama eliminación de elementos inciertos. Semejante fraseología es necesaria si se quiere nombrar cosas sin despertar imágenes mentales de ellas.«
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