
La culpa la tiene la innovación: ¿Qué haremos con el iPad 1?
los pedidos en línea en los Estados Unidos desbordaron la producción que Apple
planeaba sacar al mercado un par de meses más tarde. Aunque ya había «tablets»
en el mercado, lo del iPad fue una incursión con pocos antecedentes en la
historia de la tecnología. Con todas las críticas a cuestas (sin cámara, sin
posibilidad de conectar USB, que el navegador Safari no soporta Flash, sin
salida de video, en fin…), el iPad ha tenido un éxito impresionante en el
mundo. Más de 80% del mercado de «tablets» es del iPad.
Los entusiastas del iPad nos hemos gozado el aparato a morir. Hacemos
caso omiso de las críticas (para eso están las cámaras, decimos; podemos
transferir archivos inalámbricamente, argumentamos) y bajamos cuanta aplicación
nos parezca atractiva de las decenas, centenares de miles, gratuitas y no
gratuitas, que hay en el almacén de
Apple (el AppStore).
¿Libros? De ene fuentes, incluyendo, claro está, Amazon, en su sección
de Kindle. Juegos, los que se quiera. Aplicaciones de productividad, educación,
deportes… ¿Alguien estaba suscrito a alguna revista en la forma física
tradicional? ¿The Economist, por ejemplo? Pues acá, con el IPad, se puede comprar mucho más barata y contar con
ella (lectura y audio) antes de que esté en los kioskos de Londres los viernes
temprano.
¿Un semestre de historia de la música? Fácil. ITunes ofrece la
posibilidad de bajar miles de videos de clases libres de universidades de los
Estados Unidos y de otras partes. Todo ahí, en ese aparatico liviano y pequeño,
que se puede llevar a cualquier parte.
Y ahora nos vienen con el cuento de que Steve Jobs, que se había
retirado temporalmente por razones de salud, ha lanzado en estos dos días la
versión 2 del iPad. Aunque es obvio que los que contamos con el iPad (versión
1) somos conscientes del valor de la innovación que hay detrás, quedamos, en
primera instancia, desconcertados. ¡Ajá! Con que ahora es casi cinco mm más
delgado… Con que ahora tiene cámara… Con que tiene un cubierta espectacular…
Con que la velocidad es mucho mayor… Y
más barato. ¿Qué haremos ahora, con la sensación de tener algo obsoleto en las
manos aquellos que nos sentimos los privilegiados del último alarido
tecnológico, que ahora es penúltimo?
¡Bah! Resignación. Así es esta época de cambio tecnológico, agilidad y
creatividad. Por fortuna. Los que compren, dentro de algunas semanas, el iPad
2, sufrirán la misma decepción dentro de menos de un año cuando salga el iPad
3, y después el 4 y el 5. Tal vez lo que
haremos algunos de los cultores del iPad es esperar a la versión 3 y, ahí sí,
cambiar.
Esta revolución no para y ni nos podremos imaginar lo que habrá en el
mercado en dos o tres años, en un mundo en el que los consumidores son los que
mandan la parada, en el que lo táctil, lo oral, lo visual, se imponen sobre lo
analítico. Qué viva, pues, la innovación aunque mi iPad 1 vaya camino rápido de
la obsolescencia y larga, larga vida para Steve Jobs.
Rafael Orduz
Director ejecutivo
Corporación Colombia Digital
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