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Y se llenó la red de expertos en mediciones, en los trucos y el ABC del SEO y del posicionamiento natural en buscadores; de las plataformas milagrosas para potenciar el trabajo colaborativo en red y así un sinfín de promesas sobre la magia que tiene internet con cada métrica salvadora.

Sin embargo, se nos suele olvidar el componente clave de toda plataforma: ¡Las personas! Las empresas suelen invertir altas sumas de dinero comprando software, que en la mayoría de los casos se subutilizan porque sus empleados no están generando allí interacciones de valor. En sí mismas las plataformas no solucionan temas de gestión del conocimiento y de trabajo colaborativo en las organizaciones.

Y por supuesto, seguimos hablando de Web 2.0. Cuando doy una charla o asesoría y planteo este tema, normalmente en diferentes frases o pensamientos aparece presente la pregunta camaleónica porque cambia en sus formas pero no en su sentido. Y precisamente el sentido del cuestionamiento es:

¿Por qué en 2014 nos están hablando todavía de la Web 2.0 cuando han pasado 10 años desde que se le nombró de ese modo?

Pues bien, no me cansaré de repetirlo y seguro nos queden unos años más para que este término sea novedad en muchas empresas. El cambio cultural es el que más cuesta en la organización. Y tener por hábito la gestión del conocimiento, la participación en las redes internas con valor entre los empleados, implica no solo conocer el concepto y contar con las plataformas que permiten la comunicación uno a uno, uno a muchos, muchos a muchos, sino en la apropiación y la acción de dicho concepto.

Tim O´Reilly acuñó el término Web 2.0 en 2004-2005, planteando el cambio hacia una nueva generación de software que es el mundo que hoy estamos viviendo en cuanto a las posibilidades comunicativas de las redes sociales. Pero para una organización no basta con tener una plataforma, sino en cómo es utilizada y qué están aportando allí los empleados. Las herramientas son muy importantes; pero son solo un 50%, el resto es la apropiación social y los usos con sentido de estos espacios.

Por supuesto el mercado se ha movido bastante con “soluciones a la medida”, con programas y plataformas que como decíamos al principio de este post, parecen ser salvadores en la empresa. Y más que Social Media, podríamos, hablar de un “Social Mesiánico” puesto que se pone la solución participativa en una plataforma que permite la colaboración. ¿Pero alcanza con las posibilidades de colaboración de un software o plataforma para generar un cambio social dentro de la organización?

El reto en la empresa, más que tecnológico es organizativo, y más allá de invertir en plataformas de muy alto estatus, la clave está primero en diseñar para la colaboración, para que las personas aporten, propongan, solucionen, mezclen y se apropien de la plataforma. Cuando hablamos de una aplicación del social media con las personas como centro entendiendo las excepcionales plataformas que tenemos; llega el cambio.

Por eso aunque ya en algunos escenarios se habla de la Web 3.0 o Web Semántica, relación máquina hombre y de la Web 4.0, relación entre dispositivos inteligentes; y por supuesto todo el tema de los móviles, realidad aumentada y geolocalización; la apropiación de herramientas Web 2.0 cómo hábito desde el cambio cultural, es apenas incipiente en las organizaciones.

Por eso aunque el mismo Tim O´Reilly haya escrito un nuevo artículo diciendo que el concepto Web 2.0 está obsoleto, tendrá mucha razón, al referirse al desarrollo y posibilidades con el software, pero hasta que esas posibilidades no sean aprovechadas por las personas en la empresa, la web participativa será solo un ideal que no se ha convertido en hábito dentro de la organización.

10 años, y seguramente otros 10 más para que las empresas tradicionales lo entiendan. Y como bien decía una gran amiga española a quien tengo en alta estima María Eugenia Bayo: “La Web 2.0 no es más que el sentido común y el trabajar con otras personas sumando en colectivo”. Se trata precisamente de volver a lo esencial, interacciones entre personas para construir y que esto desde lo organizativo en la empresa sea un hábito. Difícilmente el software en sí mismo y los expertos en mediciones, harán milagros.

 

Luis David Tobón
Comunicador Social
Especialista en Educación Pública de la ciencia, la innovación y la tecnología
Bloguero invitado de Colombia Digital

 

 

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