En lo que va del siglo XXI Colombia ha dado un salto dramático en conectividad.
42 millones de suscripciones móviles al finalizar la década (menos de 2 millones en 2000) y alrededor de tres millones y medio de suscripciones a Internet representan un fenómeno cuyas consecuencias en la economía y la cultura son difíciles de prever. Si por cada suscripción hay siete usuarios, significa que más del 50% de la población tiene acceso a Internet.
En la red social Facebook hay once millones colombianos que tienen cuenta. Colombia ocupa la posición trece en el mundo en número de usuarios de esa red. Otras redes sociales y microbloggings del tipo Twitter van en ascenso.
A pesar del salto hacia la conectividad; hay enormes brechas. Regiones desconectadas, anchos de banda precarios, estratos bajos sin acceso, altas dosis de analfabetismo digital, son algunas de las características que deben ser superadas. El número de computadores es aún muy bajo (menos de 15% de penetración).
El acceso universal es un objetivo prácticamente obvio de política pública. También es evidente que la política pública debe contar con estrategias de largo plazo. Cualquier plan nacional que promueva el uso de las tecnologías de la información debe tener alcance de, al menos, una década.
El pasado 28 de octubre fue lanzado el plan del actual gobierno en la materia, bajo el título de Plan Vive Digital. La información disponible (http://vivedigital.gov.co/page/material-de-vive-digital) indica que se trata de un conjunto de estrategias pertinentes que, con certeza, contribuirán, a la apropiación de las TIC en el país. Ciertamente, un equipo de alta calificación ha estado detrás de la confección de los derroteros de aquel.
No obstante, uno se pregunta acerca de si las estrategias que en Colombia se suelen proponer son de Estado o de gobierno. ¿Por qué?
con un alcance que, supuestamente, se extendería hasta 2.019. La visión literal del PNTIC era la siguiente: «En 2019, todos los colombianos conectados, todos los colombianos informados, haciendo uso eficiente y productivo de las TIC, para mejorar la inclusión social y la competitividad». El plan incluía estrategias sectoriales «verticales» (educación, competitividad empresarial, justicia, salud) y otros de corte transversal (comunidad, gobierno en línea, investigación y desarrollo, marco regulatorio).
La ley 1341 de 2009 (conocida como Ley TIC, http://www.ane.gov.co/apc-aa-files/37383832666265633962316339623934/Ley_1341.pdf),en su artículo 18, dentro de las funciones del Ministerio TIC incluye la de «Coordinar con los actores involucrados, el avance de los ejes verticales y transversales de las TIC, y el plan nacional correspondiente, brindando apoyo y asesoría a nivel territorial…», refiriéndose, por supuesto al PNTIC.
Por otra parte, al examinar del Plan Vive Digital del Gobierno Santos se destaca el objetivo general siguiente: «Impulsar la masificación del uso de Internet para dar un salto hacia la prosperidad democrática». Sin duda, un primer vistazo al plan deja la sensación de un trabajo sesudo, en el que se plantea el proceso como el de construcción de un ecosistema digital caracterizado por importantes interrelaciones entre sus componentes. Resulta acertada la clasificación de infraestructura, usuarios, servicios y aplicaciones como los ejes básicos de tal ecosistema.
No obstante, permanece la pregunta, más pertinente al ámbito de nuestra cultura del diseño de política pública, de cómo se puede construir sobre lo construido. Entre otras cosas, por el hecho de ofrecer a los actores internos y externos del ecosistema TIC visión de largo plazo (no los simples 4 años del período presidencial). En otras palabras, el contenido y la semiótica del PNTIC diseñados para doce años, tuvieron una vida de dos años. ¿Cuántos le cabrán a Vive Colombia Digital? ¿Cuatro u ocho?
Rafael Orduz
Director ejecutivo
Corporación Colombia Digital
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