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Quizás esta sea una carta de amor y desamor. La connotación de Ti y TIC, muestra la unión de dos boleros muy distintos en un escenario de ‘músicas educativas’. Recientemente, el profesor Camilo Jiménez escribió un artículo para este medio, en el cual explicaba que renunciaba a su cargo de catedrático en la Universidad Javeriana porque sus alumnos no sabían escribir. 
Inmediatamente, en mi sitio web escribí una carta de respuesta con algunas reflexiones que permitían continuar un sano debate sobre la temática. Vale decir que con otro título de bolero, tango o rock en español, desde ‘pensando en TIC’, reflexiono sobre las potencialidades de la innovación pedagógica en el aula desde un esquema 2.0 (ya gastada la etiqueta en cuanto a referencias de posibilidades participativas en el software, pero incipiente en cuanto a actitud y modo de pensar). Así, le decía al profesor Jiménez en ese post que causó diversos comentarios a favor y en contra, que desde mi punto de vista la idea en la educación actual es realizar un trabajo significativo con los estudiantes y ‘no tirar la toalla’ porque ellos no saben escribir según su perspectiva; sino muy por el contrario, aprender de y con ellos, puesto que existe un gran ecosistema digital que circula en múltiples formatos. Los jóvenes de hoy, enfrentados a diversas pantallas y ubicuidades, ponen sus afectividades y efectividades en el multitasking
Pues bien, con esta publicación a manera de cierre y comienzo de año, quisiera referirme a una situación personal que muestra precisamente el choque generacional al que nos enfrentamos desde la institucionalidad tradicional. No me renovaron el contrato en la universidad en la cual laboro hace 6 años, Corporación Universitaria Lasallista de Caldas, precisamente porque fui coherente con las asignaturas en las cuales dicté clases y utilicé las redes sociales para sacar adelante proyectos institucionales y de innovación pedagógica con los estudiantes. 
No entraré en detalles, pero basta decir que cuando dicha Corporación Universitaria decidió aplazar un congreso de comunicación digital planeado con un año de anticipación, yo había realizado la conceptualización del evento, relaciones públicas con más de diez invitados internacionales, piezas comunicacionales y promesa de un evento para los estudiantes de Comunicación y Periodismo, entre otras combinaciones de sueños con acciones. Ante la negativa de la institución de realizar el encuentro cuando todavía era posible, como institucionalidad decidieron y es algo muy respetable, no realizar la actividad. 
El congreso lo había sentido como parte mía y de los estudiantes. En cada clase de ‘Énfasis digital’ que dicté en dicho plantel, realizamos productos comunicacionales como: vídeos, flashmobs, comunicación viral desde narrativas transmediáticas, comunicación estratégica en redes sociales y decenas de ejercicios más, que acompañaban en la ejecución el sueño académico. 
Sin embargo, cuando ocurrió lo de la cancelación del evento por parte de la universidad, me dije que no podíamos jugar con la ilusión de los estudiantes ni con el tiempo y expectativas de ponentes internacionales, que además son amigos y colegas; quienes ya habían reservado sus tiempos para ser partícipes de la actividad.
Reconceptualicé, cambié el nombre y el enfoque, y continué con aliados como ‘Medellín Digital’ y ‘Telemedellín’ que le apostaron al esquema 2.0 para la realización del congreso Iberoamericano Actitudes 2.0, desarrollado el 17 y 18 de noviembre de 2011. Fue todo un éxito, los asistentes participaron activamente, hicimos talleres, nacieron nuevos formatos para proyectar futuros eventos digitales sin un pensamiento analógico; y ¡todos ganamos! Valga decir que la Corporación Universitaria Lasallista, al ver que se desarrollaba este evento y que sí o sí lo realizaríamos; hizo parte de este, tuvo apariciones mediáticas, los estudiantes se beneficiaron e igualmente la institucionalidad estuvo presente como co-organizadora. 
Aunque después de unas semanas de lo acontecido, cuando el silencio era escenario y se vencían las contrataciones a término de la universidad sencillamente decidió no contar con mi trabajo como docente de tiempo completo a pesar de tener óptimas evaluaciones y múltiples proyectos TIC desarrollados con los estudiantes. Asimismo, los directivos argumentaron y tuvieron como pruebas de mi «desacato institucional», algunos mensajes que puse en mi cuenta personal de Twitter y Facebook, y que no mencionaban nombres institucionales ni personales; pero que sí hacían una crítica a lo que yo consideraba pensamientos 1.0, poco flexible y de muchos formatos y límites de mis jefes directos. 
En resumen, me despidieron o no renovaron mi contrato por tener ‘actitud 2.0’, sacar adelante un evento exitoso y expresarme libremente en mi blog y redes sociales; argumentando que había desacatado las órdenes de mi jefe inmediato y que estaba poniendo mensajes ‘peligrosos y públicos’ en la web: ¿libertad de expresión?
Durante seis años, en dicho plantel construí sentidos con mis estudiantes, realizamos múltiples trabajos de innovación pedagógica con TIC, soñamos e hicimos. En el último semestre del 2011 nos desgastamos con pasión y pusimos el alma en una causa que sólo tuvo beneficios institucionales. 
Precisamente, la reflexión que quiero hacer hoy es que no le pongamos ‘versus’ a nuestras relaciones de apropiación TIC, no nos degastemos en peleas por choques generacionales. Ambas miradas tanto de los llamados nativos, como los inmigrantes digitales, pueden ser integradoras y complementarias. 
La Universidad Javeriana perdió sin duda a un valioso docente por su renuncia; y yo salí de la Corporación Universitaria Lasallista por ser coherente con el uso y apropiación de las TIC en educación. Si lo resumimos, fue un ‘versus’ en el pensamiento. Por eso, la apropiación TIC se logra con actitudes y no sólo con aptitudes, porque precisamente la ruta de la actitud es el aprendizaje significativo, el constructivismo, el querer aprender y el poner norte con acciones específicas a los sueños. 
Toda esta historia tiene una connotación de amores y desamores ‘por TIC’, y así, como título de canción recomiendo que las clases como dice mi amigo y colega chileno Guillermo Bustamente «tengan más rock», para propiciar espacios de intercambio, creatividad, apertura y complementariedad.
Ocurre en diversos escenarios que la institución despide o el docente renuncia, mi invitación es simplemente a generar vínculos. Por ese motivo, esta no es una carta de rabia o revanchismos contra la institución, es simplemente un caso más, una reflexión pública de lo que ocurre por no entender que la clave en la educación para apropiarnos de TIC no está en los dispositivos ni en las rivalidades, ni en los choques generacionales, sino en la cooperación y la creatividad, como bien lo han planteado autores como Howard Rheingold y Sir Ken Robinson. (Sólo por mencionar dos referentes).
Ahora me queda perseverar, aprender y emprender siempre soñando,  y haciendo en red para transitar las rutas de lo posible y de lo imposible. (*Vídeo, durante el congreso Iberoamericano Actitudes 2.0)

Luis David Tobón López
Comunicador Social y Periodista
Bloguero invitado 
Portal Web Colombia Digital

*Las opiniones y argumentos de esta publicación corresponden únicamente a las ideas expresadas por el bloguero y/o usuario. Por tanto, no corresponden a las de nuestro portal web Colombia Digital.

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