Nos preguntamos los colombianos, ¿cuándo entrará en paro la corrupción en Colombia?, ¿cuándo pararan las alianzas macabras politiqueras entre bandidos de cuello blanco?, ¿cuándo entrará en paro la guerrilla con sus ataques y mentiras siniestras todos los días?, aunque a otros cuesta pedirles que entren en paro porque nacieron por un para, sus amigos son paras, negociaron con los paras, se mantienen por los paras en la política y se mantienen por un rebaño sagrado de parásitos que hacen eco de lo dicho por “San Para”.
Asistimos con cierta perplejidad al entierro de la justicia hace algunas semanas, en medio de protestas y reclamos de todos los sectores sociales, como los que vienen llevando a cabo los educadores, así como lo hicieron los transportadores, el sector de la salud y el sistema carcelario, mientras que el deplorable Congreso de la República continúa su debacle con su miserable orquesta de partidos políticos que ahora reparten fueros a diestra y siniestra pensando en las en las elecciones del 2018.
Por su parte, amenazó, pataleó, fue acusado… y no pasó nada con el “Magistrado impune” Pretelt, una vez más la justicia fue indiferente, así como pasó con un magistrado que amenazó a unos policías, con el candidato presidencial que cometió actos delictivos en campaña, con el senador que vocifera todos los días enlodando y atacando a quien dude de su conciencia angelical, entre muchos otros sujetos intocables, en un país donde las esferas de poder político han sido raptadas por la peor calaña política de la historia de esta república bananera.
Pero si de educación se trata, a este gobierno habrá que enseñarle que a quienes han asesinado, abusado, mentido, atacado, extorsionado y robado hay que exigirles con autoridad moral, y no con autoridad burocrática, sus compromisos con la justicia y el Pueblo, y a quienes eligieron el arte de educar en las aulas el sentir de las humanidades, la importancia de los números o el reconocimiento de nuestra historia, hay que estimularlos con un salario digno, hay que brindarles garantías sociales, hay que evaluarlos y exigirles con un criterio razonable, que nos permita gozar de maestros dignos de imitar, personas con conocimiento y calidad humana con amor por la enseñanza y el conocimiento.
También, tendremos que recordarle al gobierno que en el país resulta hipotéticamente imposible aplicar un modelo educativo externo, y menos de un país como Singapore, en donde no existe conflicto armado, no hay más de 6 millones de desplazados y víctimas, las condiciones sociales son diferentes y algo tan elemental como el territorio y el número de habitantes que resulta ser mucho menor en este moderno y atractivo país asiático.
Por último, habrá que recordarle al Presidente y sus “Onerosos” Ministros que el promedio de sus 4 años de gobierno ha sido un procesos de paz a medias, una reforma a la justicia fallida, una reforma educativa truncada, la salud en coma, el sistema de transporte publico colapsado, escándalos de corrupción a diestra y siniestra y la reciente reforma a la estructura de poderes que ha sido envilecida por Congresistas, Magistrados, Procurador, Fiscal y Vicepresidente, entre otros, para blindarse judicialmente y proteger a sus patrones políticos.
No es ni el Congreso, ni el Ejecutivo, ni la Justicia la salida, así como tampoco lo es un referendo, plebiscito, consulta popular o Asamblea Constituyente la alternativa, es el Pueblo el responsable y encargado de encontrar la salida, en las calles o en las urnas, pero permaneciendo en la lucha conjuntamente con hechos y no con palabras, y así como los partidos politiqueros desde ya eligen a los candidatos de las elecciones regionales ojalá nos llenemos de argumentos para el día de las elecciones votar con dignidad y sentido de pertenencia.
¿Queda claro Juan Manuel Santos y Gina Parody cuál es el promedio?
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