No subestimemos nuestro deseo de pertenecer a una tribu, todos los humanos del planeta quieren sujetarse a la seguridad de su clan. Simplemente no estamos cableados para ser una rueda suelta. Familia, colegas, amigas, deportistas, fumadores, miembros del equipo de ajedrez, o de lectura; solo necesitamos tener algo en común para irnos agrupando. Si tu tribu te apoya y te da alas, perfecto. ¿Pero qué pasa cuando la dinámica de tu grupo te mantiene atada a un comportamiento que quieres soltar? ¿Qué pasa si tu clan habla un idioma y usa unos símbolos con los que tú ya no quieres identificarte? Es difícil soltar para ti, y es difícil para ellos dejarte ir.
Es muy común ver este conflicto cuando una mujer quiere cambiar y salir de lo habitual. No solo se trata de bajar de peso. Aunque una mujer que baja de peso es el foco de atención de todas. Pero puede ser también querer parar de quejarse, estudiar algo nuevo o dejar de fumar. Si la identidad común del grupo es algo que ya no quieres, al retarlo, estás desafiando a todos los miembros del grupo. Los estás desafiando a que miren su propia verdad, eres ahora un reflejo de aquello que ellos mismos se niegan a ver. Eres como una piedrita en el zapato que es incómoda, algo cambia en la dinámica del grupo, estás alterando el acuerdo.
No te extrañes que los miembros de tu clan quieran hacerte volver a la dinámica. Tienen las herramientas para hacerlo. Pueden rechazarte, utilizar la culpa o la indiferencia: todos intentos para hacerte volver a la casa familiar de sus viejas tradiciones. No lo harán porque no te amen, lo harán porque en ellos habita la carencia, y la dinámica de tu clan les ha ofrecido un alivio. El problema es que tú sí estás lista para enfrentar tu vacío con la verdad, quieres ser valiente y ver qué posibilidades existen detrás de esta dinámica limitante. Necesitas coraje para enfrentarte a tu clan, a la fórmula que les da consuelo; corres el riesgo de perder la membresía al club. Entiendo que el destierro suene aterrador. Ahora, bien piensa. ¿Qué te cuesta permanecer en esta dinámica? ¿Crees que lo mejor para ti y tu tribu es perpetuar un comportamiento que limita su potencial? Ten en cuenta que también podrías inspirar a sus miembros a dar un salto de fe, y ¿qué mejor que ser valientes juntas?
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Me gusta la manera en que expusiste este tema de la pertenencia a un grupo. Nietzsche comentó que ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo, y también que el hombre para estar solo necesita ser o un animal o un dios. Gracias por tu punto de vista, Camila, éxitos.
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