El hidrógeno como elemento transformador de la canasta exportadora
El Gobierno del Presidente Petro en los últimos seis meses ha insistido en la importancia de diversificar la canasta exportadora y se ha trazado la meta de sustituir las exportaciones tradicionales por unas de valor agregado y sostenibles. Para esto, el hidrógeno será el nuevo producto exportable de cara a la descarbonización de nuestra oferta hacia el mundo y el posicionamiento de Colombia como nuevo hub de desarrollo y exportación del hidrógeno para Europa y Asia. Sin embargo, esto solo será posible si se genera un discurso proempresa para la articulación de empresas nacionales y atracción de inversionistas que le metan acelerador a los negocios verdes en el país.
Colombia cuenta con una de las propuestas de valor más fuertes de América Latina para la producción y exportación de hidrógeno verde y azul de cara al mercado europeo pero aún más importante para la atracción de inversionistas que financien los bienes de capital que transforman energías renovables en hidrógeno, quizás el más costoso de la cadena de suminsitro.
Actualmente, la ventaja competitiva de Colombia recae en tres factores: su matriz energética (71% en energía renovable, red eléctrica), vientos alisios en promedio de 13.2 km/h para la generación de energía eólica -muy por encima varios países- y la oferta de parques solares, que Colombia aumentó su producción en más de 110 % en los últimos tres años.
En cuanto a competitividad por costos, según proyecciones de la IRENA, Colombia es el país que a 2030 producirá hidrógeno a menor costo. Bajo un escenario optimista, aproximadamente, bajará de $2.30 USD/Kg a $1 USD/kg. Esto convierte al país en el productor de hidrógeno más barato de América Latina y el cuarto a nivel mundial.
Fiscalmente, nuestro país es el único de la región que cuenta con un marco de incentivos tributarios desarrollados específicamente para el hidrógeno (Decretos 1476 y 1537). Se ofrece una deducción del 50 % del impuesto de renta por los primeros 15 años, IVA del 0 % y arancel de importación de equipos al 0 %. Igualmente, si se combina con los distintos incentivos de comercio exterior como Zona Franca, este permite el descuento en el impuesto de renta en 15 p.p sobre las ventas al exterior (exportaciones). Realmente, el país cuenta con un marco fiscal altamente competitivo para el hidrógeno, con un mayor margen de ahorro tributario, que sus pares competidores Chile y Brasil.
Por otro lado, los bienes de capital y equipos necesarios para convertir energías renovables en hidrógeno son los electrolizadores -lo más costoso para la producción-. A raíz de la crisis energética de Europa, países como Alemania, han manifestado el interés de invertir en América con el fin de producir hidrógeno para exportación hacia sus países. Nótese como la demanda de este bien cada vez es más inelástica e incluso, con mayor disponibilidad a pagar, a raíz de la guerra de Rusia y Ucrania, la escasez del gas y la similitud en usos que tiene el hidrógeno con energías tradicionales.
A cierre de 2022, las exportaciones minero energéticas representaron el 55 % del total de la canasta de productos exportados de Colombia hacia el mundo, mientras que los sectores agroindustriales e industriales tuvieron una tímida participación del 20 y 25 % respectivamente. Una vez más, se prueba lo evidente y sobre diagnosticado: La alta dependencia de productos minero energéticos y más específicamente del petróleo, para la atracción de divisas.
El Gobierno tiene claro que esto debe cambiar, y dada la coyuntura internacional, el hidrógeno pone una oportunidad única para el país. Será decisión del Gobierno ponerle una cara amigable a los inversionistas para que nos financien nuestra diversificación de la canasta exportadora de cara a la transición energética, desarrollar los incentivos fiscales y agregar líneas de crédito para hacer aún más competitivo a Colombia y, finalmente, implementar y diseñar la política pública de hidrogeno de acuerdo a la hoja de ruta elaborada por el Ministerio de Minas del gobierno pasado y el Banco Interamericanos de Desarrollo. Las ventajas, oportunidades y herramientas de política están disponibles y puestas sobre la mesa. Tenemos el camino trazado para convertir al país en la próxima potencia de hidrógeno.
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