Hay quienes quieren ver cosas donde no las hay, como la coincidencia del primer caso de covid-19 en Colombia y las revelaciones del ‘Ñeñe’ Hernández, socio de narcos, que supuestamente compró votos para el presidente Iván Duque. A la gente se le olvida que hay protocolos internacionales para confirmar un nuevo caso de coronavirus, por eso la demora del anuncio del primer caso (y de los otros confirmados hasta la fecha), ante la entrada de una mujer de 19 años proveniente de Italia. Quienes dicen que justo salió cuando se conocieron las interceptaciones a Hernández sobre la campaña de Duque, hilan muy fino o caen en la simplificación.
Si eso fuera cierto, están diciendo que las autoridades del Ministerio de Salud, de la Alcaldía de Bogotá, incluyendo a la alcaldesa Claudia López, el personal de la Fundación Santafé y la misma familia de la joven infectada, armaron un complot auspiciado desde la Casa de Nariño. Por favor. Yo sé que en este país donde todo puede pasar, la ciudadanía no cree en las instituciones. Vivimos en tiempos de legítima indignación. El problema es que el espíritu apresurado de concluir que el coronavirus es otra cortina de humo más, es el mismo que crea miedo y pánico ante el crecimiento de este virus.
Porque las redes sociales se prestan para generar alarmas y sospechas que terminan creando hordas de gente compartiendo o inventando fake news. El coronavirus debe despertar alarmas, pero rigurosas y aterrizadas a la realidad. Recomiendo ver en Facebook la entrevista que el equipo de ‘Ciencia Café pa´ Sumercé’ le hacen al virólogo colombiano Javier Jaimes de la Universidad de Cornell, quien ha dedicado su vida a estudiar distintos tipos de coronavirus. Jaimes explica que quienes son más propensos a este virus son las personas de tercera edad o quienes tienen enfermedades respiratorias concomitantes o enfermedades que afectan el sistema inmunitario como la diabetes o el VIH. El 80 % de los casos son leves.
Esa indignación puede ser capitalizada por populistas, que apelan a herramientas de ambos espectros ideológicos: simplifican, generalizan, siembran sospechas, ignoran procesos e invisibilizan avances. Esos conspiradores, de derecha e izquierda, hacen que el miedo viaje más rápido que el virus.
Claro que debe investigarse si la campaña del presidente Duque compró votos. Ojalá lo investigue un fiscal ad hoc y no el Fiscal General, Francisco Barbosa, amigo personal de Duque. Ojalá esas investigaciones den resultados, no como sucedió con Juan Manuel Santos y Odebrecht.
Pero también invito a que la gente en las redes se guíe por la sensatez y que la altura en el debate reconozca el valor de la ciencia, las cifras y estudios. No de sospechas y mentiras.
Adenda: Ojalá los periodistas entendiéramos que la única fuente de información deben ser el Ministerio de Salud y no los alcaldes o gobernadores. Acá las chivas no importan. Cada nuevo caso tiene protocolos a seguir y los medios de comunicación deben respetarlos.
Eso no es como usted lo pinta, como una especie de «oportunismo político» por parte de los petristas, seguramente. Lo que llama la atención es que en pleno escándalo se haya disparado la amenaza del Covid-19. Al señor Uribe y al Centro Democrático con frecuencia se les «aparece la virgen» cuando están contra las cuerdas, como en este caso. Y así le duela reconocerlo, los alcaldes y gobernadores han actuado de modo más responsable que el gobierno de sus afectos. No lo digo yo: lo afirma un altísimo porcentaje (probablemente cercano al 80%) de colombianos.
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No pensamos igual, Pedro, pero de eso se trata. Gracias por leer. Saludos.
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Muy buen artículo, coherente y sin partidismos
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