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Muchos dicen que había personas en el #ParoNacional21Nov que ni sabían que hacían allí, es la forma facilista de descalificar el paro y a sus marchantes. Pero puede tener otra interpretación, puede que no lo sepan expresar. Si es muy claro que existe un malestar generalizado, un descontento existencial que cada uno lo interpreta en su forma y no caben en una entrevista todas las cosas que lo molestan, no hay espacio, ni tiempo, para relacionar cada gota que ha ido llenando la tasa. Esto ha llevado a la gente a aprovechar la oportunidad del paro para salir a protestar, o dar un cacerolazo desde la seguridad de su hogar, porque la vida le ha cambiado, en mucho para mal, principalmente por muchas medidas tomadas por los últimos gobiernos, la mayoría económicas pero no exclusivamente, y la desesperanza de que el ultimo que elegimos, para corregir y mejorar, en 15 meses no lo ha hecho, todavía su partido culpa al gobierno anterior, e incluso algunos problemas se han acentuado.
¿De qué se trata hoy en día el problema del paro? De unos Promotores del paro que se consideran omnipotentes, sin darse cuenta que muchos de los que salieron al paro no fue por las razones de su convocatoria, si aprovecharon el llamado para manifestar su inconformismo, pero no están representadas por los puntos del paro, hay muchos más y al volverlo nacional, hay muy diferentes, incluso por región. Del otro lado, un Gobierno que hasta el momento no muestra estar buscando la más mínima solución, parece estar buscando diseñar una estrategia para embolatar a los del paro y a los colombianos, sin tener que modificar en nada su obstinada carga de imposiciones y obligaciones, incluso perjudicando a quienes votamos por el gobierno y que ten
emos el mismo derecho, o más, de exigir mejoras en las políticas y medidas tomadas, incluyendo en el ejercicio de la autoridad, de este gobierno.
El camino tomado se torna peligroso, porque no hay peor dialogo que el de dos sordos, uno con afán de protagonismo y engolosinado por ese poder que sintieron favorable el 21 de noviembre, día del verdadero paro, pero que como las películas, ya el segundo día no es tan bueno y el tercer día peor, hasta convertirse en un acto rechazado por la gran mayoría de los colombianos, que aunque tienen mucho que reclamar, no consideramos que más de un día de paro sea adecuado para la economía, seguridad ni tranquilidad de los colombianos.
El gran reto del gobierno es reconocer que, si hay una molestia nacional, con la forma en que el gobierno ha manejado la economía desde el primer día, y de darse la posibilidad de encontrar nuevas ideas, y porque no soluciones novedosas, en las propuestas de los diferentes sectores, de paso sea dicho, no solo de los organizadores del paro, que no nos representan a los colombianos y menos a los que elegimos a Duque. Es muy importante no cambiar los puntos por los que los elegimos en las urnas, que no los han cumplido todos, por las exigencias de quien más desorden haga, con propuestas que quienes ganamos las elecciones no solo no compartimos, sino que además rechazamos y por eso votamos en contra del gobierno anterior y de varias de las ideas de los que propusieron el paro.
Es muy importante también no radicalizar las posiciones y conceptos, a muchos les parecerá confuso no apoyar el paro, pero si exigir que se corrija el camino errado, otros comparten mejor este concepto, otros no lo aceptan porque no les conviene, precisamente por eso solucionar los conflictos no es fácil y requiere no solo de expertos, pero también de mucha buena voluntad y deseo de acertar, que a todas luces no se ve en las partes en “Conversación”.
Lo primero que tienen que entender los promotores del paro, es que convocaron a un paro nacional, que a ellos nadie los eligió para representar a todos los colombianos, al presidente sí. Al nombrar esta actividad como Paro Nacional y no ser representantes de todos los colombianos, ellos le dieron cabida a todos los sectores y problemas de la nación, no solo a los particulares problemas que a ellos se les ocurrió como motivo del paro. Entonces si de verdad quieren hacer algo para el bien del país tienen que dar cabida a que, en las mesas de conversación propias, o en otras, existan otros sectores de la sociedad con sus propios problemas. Pueden considerarse como los precursores de una protesta que mostró el inconformismo del país, pero no cerrarse a la banda en que son dueños, únicos y omnipotentes, del inconformismo nacional.
Lo primero que tiene que entender el gobierno, es que hay una inconformidad real, grande y generalizada, que no está haciendo las cosas ni regularmente bien y mucho menos perfectas; que debe haber coherencia entre lo que dice y lo que hace, pero en este momento no le pone atención a los del paro y otras manifestaciones publicas porque no habla con violentos, pero las solicitudes pasadas por medios democráticos, los cuales no es que este muy claro cuales son, tampoco, y a la final si termina favoreciendo más a los violentos que a los democráticos. Tiene también que entender que los miembros del gabinete, su circulo personal y su partido no están interpretando e inclusive están subestimando a “la gente”, no todo lo que le están sugiriendo que diga como justificación de sus medidas está siendo creído y la tasa está subiendo peligrosamente el nivel de quienes sienten que son subestimados al ser perjudicados por las medidas.
Uno de los principales métodos de no hacer lo que los colombianos le piden es decir que no todo se puede solucionar en un día, pero han demostrado que en 15 meses tampoco, es precisamente por no haber solucionado nada en este tiempo que esta tasa se está llenando, cuando el argumento inicia con que son problemas heredados, ya muestran su total indisposición a entender lo que pasa. Entonces, hay cosas que se pueden arreglar ya y otras que deben tomarse las decisiones ya, aunque los efectos pueden demorar. Pero, postergar las soluciones de muchas cosas para el 2020 es solo dejar que el problema aumente y la situación del paro empeore, no más dilaciones estratégicas que no llevan a nada y ¡dañan la economía!
Un caso, es la Ley de Crecimiento Económico, que reemplaza a la viciada Ley de Financiamiento, ¿cómo van a dejar para hablar de esto hasta el 2020, algo que se está presentando antes de diciembre 2019? o peor aún, no considerarlo materia de discusión, cuando es la fuente principal de descontento general. Que por demás es una ocasión irremplazable de mostrar que lo que han dicho es verdad, de corregir los errores, de disminuir los impuestos de más colocados en un momento de crisis, “de olla vacía”, cuando según ustedes los indicadores del PIB, de ganancias billonarias del Banco de la República, de Ecopetrol, de los bancos, los ahorros en no dar mermelada, etc. muestran que ya no son necesarios. Es imprescindible demostrar que colocar impuestos no es por hobby, ni por capricho del gobierno o del partido, es porque realmente se necesitaban y consecuentemente ya no se requieren tantos. En otras palabras, demuestren que los publicitados resultados económicos son ciertos, muestren que es la misma ley de financiamiento corregida mínimamente por una decisión legal y no otro engaño para una segunda reforma tributaria en dos años, siguiendo con la tendencia de manejo presupuestal de los últimos 17 años. Señores, recuerden, porque sabemos que lo saben, que la Ley de Financiamiento dañó la luna de miel entre Iván Duque y los colombianos, incluyendo sus votantes que creímos en su campaña de no más impuestos. Les otorgaron providencialmente un año de prueba, aprovechen la oportunidad para corregirla a favor de los colombianos.
Un segundo caso, de dilatación del tiempo sin soluciones, es el de los famosos caminantes, que no hicieron una protesta violenta, ni obstaculizaron vías, ni destruyeron el Transmilenio, de manera pacífica mostraron su inconformidad en la plaza pública, por no tener una representación clara y eficiente en quienes dicen representarlos y representarnos. Ya llevan seis meses hablando, se han abierto diferentes escenarios de conversación, incluyendo una mayor representación para los problemas que esbozaron, que cubren un espectro mayor de incidencia que el de ellos mismos y cada vez que hablan el gran avance es que se ponen de acuerdo para volver a hablar. En seis meses, no hay un solo avance real en materia de soluciones, supuestamente porque quieren dar una solución global e integral de todo. No todos los temas están conectados inseparablemente; el tema de la salud, ya se habría podido solucionar en la parte presupuestal, no hacerlo va a incrementar los recursos necesarios, es algo en que las partes han estado de acuerdo, ¿para que esperar a la solución integral? Avancemos con decisión con soluciones, se evacuan temas antes que se agranden más y se dedican a los otros temas pendientes, además mostrando que si se está conversando para dar soluciones.
Antes de terminar es necesario un profundo respeto de una parte por la otra en las conversaciones, que los Promotores oigan razones y no esperen lograr el cien por ciento de sus pretensiones por legitimas y necesarias que sean y que el Gobierno respete la inteligencia de los colombianos, no más cuentos que el impuesto a las gaseosas y cervezas es para la obesidad; ni que el impuesto a la canasta familiar modificada es necesario, pero que se le va a devolver el IVA a los pobres y eso es buenísimo para la economía; ni los estrictos límites de velocidad casi parados son para proteger nuestra vida, son para multar masivamente; que el predial no se aumenta a los que no tienen vivienda y a los que si la tienen les sigue aumentando; que el 4X1000 sigue siendo necesario con ganancias billonarias de los bancos; que con ganancias billonarias de Ecopetrol y produciendo petroleo, es necesario que los combustibles sigan siendo los mas caros del planeta; que el alto precio del dólar solo es producto de la crisis mundial, pero en Colombia hay la mayor devaluación y por favor mucho menos decirnos que un dólar altísimo nos conviene; que la ley de corrupción no ha logrado consenso pero para poner impuestos si se ponen todos de acuerdo; etc. entiendan que la gente si piensa y el tiempo de las disculpas pasó.
Entonces, Señores Promotores del paro, por favor entiendan que el momento de la protesta en la calle pasó y la conversación la pueden dar en las mesas para el efecto, que no son dueños del problema al ser paro nacional dieron cabida a todos los sectores del país; y Señores del Gobierno por favor entiendan, entre más se calmen las marchas mayor énfasis hacer en las conversaciones en aras de la coherencia. O se sientan decididamente a conversar oyendo de verdad lo que les dicen en las mesas y afuera, o digan claramente que no van a hacer nada y tomen las medidas necesarias para que la vida nacional continúe, pero esas medias aguas que se supone que hablan, pero no oyen ni hacen nada no sirve y puede llevar a situaciones insostenibles y ojalá no, irreversibles.
Una importantísima tercera parte, los manifestantes pacíficos, es hora de mostrar que sus intenciones de mejorar la situación del país eran genuinas, prolongar el paro no hace eso, le hace el juego a quienes quieren el caos y todos estamos sufriendo las consecuencias. No es coherente luchar por el medio ambiente y quemar contenedores de basura creando polución en la ciudad; querer un mejor transporte y destruir las estaciones de Transmilenio; querer más oportunidades de trabajo y dañar locales comerciales, etc. Desde el 22 se ha debido dar un compás de espera, a ver si la #ConversaciónNacional, que se ganó desde el #ParoNacional21Nov, puede llegar a soluciones reales, ya es impostergable entrar en un receso ilustrado de la situación.
Muestras de buena voluntad. Se deben dar muestras claras de acciones reales de lado y lado, que bueno sería una buena noticia en este momento, les propongo una, que la Alcaldía suspenda definitivamente el cobro de valorización, muchas personas han tenido grandes perdidas con este paro, si antes era muy difícil pagar esta valorización, ahora si, ni es oportuno, ni hay con que, ni es vital para la ciudad, ni sirve para lo planeado. Un gobierno que recoge los fondos y el sucesor que los ejecuta, no funciona bien para nadie. Urgente esta muestra de buena voluntad.
Todos deben entender Gobierno Nacional, Congreso y Gobierno Local, que una buena economía nacional o distrital es buena si incluye la mejora del bolsillo del colombiano, no a costa de este; y que tener un mejor país, incluye tener una mejor vida para los colombianos.
Lo que se acuerde en la mesa de negociaciones debe ser para todos los colombianos, no para algunos.
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