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Con la “explosión” de herramientas tecnológicas, y la creciente tendencia de las personas utilizando los medios digitales en donde comparten su información a través de redes, sitios web, cupones, encuestas, etc., sería imperdonable que las empresas no aprovecharan hoy estos fenómenos para identificar, conocer y entender mejor a sus clientes potenciales y actuales para servirles mejor, eliminando la práctica de venderle a extraños.

Pero los datos en sí mismos no dicen nada. Hay que analizarlos y convertirlos en información de valor, para lo cual existe la analítica de datos, en la cual la tecnología nos permite profundizar mucho más en el conocimiento de las personas de una manera ordenada y estratégica.

No en vano, según Gartner, la data ha sido catalogada como un potencial activo para las organizaciones y una competencia esencial en 2022, lo cual aplica al sector empresarial, los gobiernos y hasta en los deportes, si se quiere generar nuevos negocios, diseñar nuevos productos y servicios, construir política pública.

Por ejemplo, en el mundo del fútbol, la tecnología de análisis de datos ayudó a la selección alemana a preparar el Mundial de Brasil 2014 y es usada también por los grandes equipos en otras disciplinas. “El uso de sensores en los futbolistas durante los entrenamientos y los amistosos brindó una fuente muy rica de información al técnico alemán Joachim Löw y su equipo”, según cuenta el artículo del BBVA (Communications): ¿Qué hace el ‘big data’ en el mundo del deporte?

Por su parte, Fernando Silvestre, Country Manager de Neoris, en un artículo publicado por Tecnogus, va más allá y se pregunta si “¿Es posible convertir a un fan del fútbol que visita la web de su equipo en un cliente comprometido? Asegura que “los clubes han comenzado a descubrir que los mejores hallazgos provienen de los datos y de la analítica asociada a ellos”. Y que “la cantidad de datos que los hinchas comparten todos los días es asombrosa pero pocas veces se aprovecha para generar más monetización o más compromiso de los hinchas”.

Sólo en los 2 últimos años, se han creado más datos que a lo largo de toda la historia de la humanidad. A finales del año 2020 tendremos más de 44 zetabyttes de información, lo cual equivale a 57 veces el número de granos de arena presentes en las playas de todo el mundo, y la realidad es que de toda esta información solo somos capaces de aprovechar el 0,5%.

Desde una visión Global, la firma Domo, que elabora estudios sobre Big Data, Analítica de Datos y Marketing Digital, nos confirma que hay un mundo aún por explotar en la materia. En un minuto del día las personas se gastan US$1.000.000 vía comercio electrónico, hay 150.000 mensajes compartidos de los usuarios en Facebook, se postean 347 mil posts de historias en Instagram, Twitter gana 319 nuevos usuarios y por WhatsApp pasan 41 millones de mensajes; un universo de datos de múltiples fuentes listos para ser analizados, que están dentro de un sistema, pero muchas empresas no saben qué hacer con ellos y se “desperdician”.

Sin embargo, con la ayuda de la tecnología adecuada como Big Data e IA, es posible organizarlos y analizarlos conforme a las necesidades del negocio, mediante diagnósticos predictivos y descriptivos, que nos pueden llevar a obtener información de valor para tomar decisiones más acertadas.  A esto contribuyen los centros de analítica de datos, espacios en los que se integran la tecnología y los profesionales adecuados, para hacer de una gran montaña de ‘chatarra’, auténticos “diamantes en bruto”.

La información correcta, permite a las empresas dejar de hablar con extraños. Entre más se conozca a las personas, las compañías serán mucho más eficientes en satisfacer sus necesidades y expectativas, lograr los resultados y alcanzar su lealtad, maximizando los resultados del negocio. Allí radica parte de la importancia de los algoritmos predictivos, que permiten, con base en el análisis de comportamiento histórico generar pronósticos.

Las estrategias organizacionales son dinámicas. Pero lo cierto es que aplicar la analítica de datos en el mundo de los negocios es indispensable para tener mejores resultados.

En un mundo cada vez más virtual, de trabajo remoto y en el que el volumen de datos disponibles crece exponencialmente, hay que darles vida para predecir comportamientos y detectar oportunidades.

Sin duda, la inteligencia artificial tendrá cada vez más relevancia en el Big Data, y vamos a necesitar más personas especialistas en matemáticas, ingeniería y, de hecho, antropología y psicología para entender nuestro contexto dentro y fuera de las organizaciones, donde hay un mar de oportunidades laborales para los próximos años.

Este es el momento de dar en el blanco del corazón de la estrategia. No da espera.

 

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