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Cuando pienso en historias de la vida cotidiana o fragmentos minúsculos de la realidad pienso en los efectos de esos relatos en nosotros mismos. Por eso Siento Un hace una especie de salto hacia atrás para preguntar más por las historias que nos hacen sentir algo.

Y para medir el aceite de este cambio, pues es hora de tocar un tema humillante para unos e inofensivo para otros. La mal llamada barriga cervecera, fielmente reflejada en Homero Simpson, traduce un orgullo evidente para aquellos hombres (y algunas osadas mujeres) que le restaron importancia al fitness y exhiben sin pudor una generosa forma esférica.

Científicamente está comprobado que la acumulación de grasa en el abdomen es hereditario. No estoy muy seguro de si los factores para adquirirla también se heredan como la de tragar como desahuciado morcilla, chicharrón y cerveza, pero lo que sí se puede afirmar es que la cerveza no es la culpable, como para ir desmontando el mito. De hecho, esta  fiel compañera es la bebida alcohólica que menor aporte calórico tiene, según un estudio del Centro de Nutrición de Holanda.

Bueno, ¿y cómo se convive con ella? Recetas para reducirla hay muchas: ejercicio, agua de piña, mayor actividad física. Pero no es fácil desprenderse de su forma. Peluda, blanca, gelatinosa o morena, todas las barrigas luchan por dominarnos. He aquí algunas escenas de la vida cotidiana.

-Al comprar ropa, duda entre una camisa M y una L. El dilema es mayor al comprar ropa interior (se le arrugará el orillo) 

-Siempre que lo invitan a comer a la casa de un amigo, e incluso en la casa de sus papás, automáticamente le sirven a usted la mejor porción de algo. Y si usted se resiste o menciona que está a dieta la burla es general. "¿A dieta ? Jajajajajaja."

-La inevitable y terrorífica mañana en que entra al baño a orinar… y no se ve nada. Como si de la nada saliera la orina.

-Bolita, gordito, pancita, tripita, camionero entre otros nombres serán el pan de cada día.

-A la hora del sexo, usted es el de abajo, lo que contribuye al sedentarismo ( y esto abre un casi pueril debate de qué tan buena o por lo menos flexible resulta una barriguita en la cama)

Sea por salud, estética o simple ideología, lo cierto es que las barrigas de los hombres no han convocado por facebook una marcha para exigir sus derechos. Para los que me leen y ya han sido dominados por una, ¿hasta dónde han llegado para desaparecerla? ¿Tener barriga les ha significado ser víctimas de exclusión y marginalidad?

juanchopara@gmail.com

BOCADILLO: "Cuando más engorda uno, más prudente se vuelve. Prudencia y barriga son dos cosas que crecen simultáneamente." De Charles Dickens, escritor inglés. ¿Ser gordo es sinónimo de prudencia? No me lo hubiera imaginado.

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