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El Tiempo

Giovanni Acevedo, escritor bogotano, columnista de opinión, asesor en asuntos políticos para América Latina, estratega político.

Gustavo Petro ha demostrado ser un animal político, ha demostrado que cuando debe movilizar voluntades, y se tiene que defender de sus más enérgicos opositores, lo sabe hacer con desenvoltura. Lástima que no pase lo mismo con la administración pública.

La gobernabilidad de Petro, como alcalde de Bogotá, se vio debilitada en varias ocasiones, y las versiones siempre apuntaron a que es un líder bastante complicado de entender. Un líder complejo y caprichoso. Durante sus años como primera autoridad en la capital varios de sus asesores lo abandonaron y debió enfrentar un número importante de crisis derivadas de sus decisiones administrativas; la presión de los medios de comunicación, la opinión pública, y de la oposición en el Concejo de Bogotá. Con todo y esto, Petro no se dejó derrotar, y a punta de política discursiva y recursos legales, se mantuvo en el poder. Yo debo reconocer que, aunque nunca he votado por él, y su forma de hacer política no me representa, logró avances interesantes en Bogotá. Pero avances que no pueden ser percibidos por la opinión pública en general, porque fueron focalizados y restringidos.

https://www.youtube.com/watch?v=mas5Zp9z-Nk

Petro no quería ser alcalde de Bogotá, Petro siempre ha querido ser Presidente de Colombia. Terminó presentándose como candidato a la alcaldía, después de perder la Casa de Nariño en el 2010. Elección que ganó Juan Manuel Santos. Lo que quiso hacer entonces, no fue otra cosa, que adaptar su plan de gobierno para un país de casi 50 millones de habitantes y con problemáticas supremamente profundas, en Bogotá, que si bien es la capital, y tiene también problemáticas muy profundas, la fórmula no puede ser la misma. Eso hizo que sus ideas progresistas no lograran desarrollarse como debieran. Esto demuestra su mala gerencia. Hoy Gustavo Petro parece estar organizando sus filas partidarias para enfrentar las próximas elecciones presidenciales en el 2018. Y al mejor estilo de Álvaro Uribe, va a utilizar todo lo que pueda para atacar. Mientras el uribismo recoge firmas en contra de la paz, el petrismo impulsa la revocatoria prematura de Peñalosa. Los dos, Uribe y Petro, igual de zorros.

Si algo sabe hacer bien Petro es hacer control político, y aunque no tenga mayoría en el Concejo, ni los medios de comunicación tradicionales lo vean como una figura de opinión relevante para el debate político, Petro sabe cómo hacer para que su voz no pierda vigencia, y para que sus seguidores tengan material para nutrir sus discursos de defensa, del que, para ellos, será el próximo presidente de Colombia. Así que el trabajo de criticón de la administración Peñalosa, no será una tarea traumática o frustrante, más bien será un acto de “justicia”, de venganza, mientras trabaja hacia la victoria presidencial.  Esa victoria se ve muy lejos para un alcalde que recibió durante 4 años garrote, y que sigue recibiendo, pero no podemos olvidar que, en política, cualquier cosa puede pasar. Si Alvaro Uribe es el gran colombiano, ¿por qué Gustavo Petro no puede ser presidente?

Ver vídeo (Aquí)

 

Giovanni Acevedo

Twitter: @acevedocol

Facebook: Giovanni Acevedo 

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