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Traducidos con mucha claridad por Jorge Orlando Melo, estos ensayos de Montaigne poseen una modernidad impresionante. Parecen hablarnos al oído al criticar al pedante que todos llevamos dentro. «No trabajamos sino para llenar la memoria y dejamos el entendimiento y la conciencia vacías. Estudiamos con el único fin de presumir». Tantos colegios y universidades y nadie se entiende a si misma ni entiende a los demás. Es mejor no entregarnos demasiado a los libros, aconseja Montaigne, si eso nos hace ineptos en el trato social y nos aparta de mejores ocupaciones.

Hay ciertas personas graduadas de las mejores universidades del mundo que lo saben todo, menos reirse de un chiste o inspirar amistad.

A ratos los que más promueven la Violencia no son los ignorantes sino los pedantes, los enceguecidos por unos cuantos libros. 

¿De qué nos sirve tener la barriga llena de carne si luego no la digerimos?

Preferiría que muchos estudiantes, recomienda Montaigne, se dediquen más bien a jugar fútbol que a estudiar de mala gana, al menos con la pelota ejercitan su cuerpo…  

 

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