En el mar, para no marearnos, hay que mirar al frente, levantar la vista y buscar la línea del horizonte. Si ponemos demasiado los ojos en los costados del barco, donde está el torbellino, nos mareamos y vomitamos.
Me pasa cada vez que miro a Venezuela: quedo mareado de tantas y tan tensas noticias. Desde hace casi diez años, desde que se cebó el toro de Chávez, he dejado aquí en este blog varios posts al respecto.
A riesgo de mirar al lado y marearme vuelvo a escribir motivado por el discurso espontáneo de un estudiante venezolano en el metro de Caracas el pasado 12 de febrero de 2014:
Discurso de estudiante venezolano.
No podemos ser indiferentes cuando la casa de nuestro vecino se está incendiando. O le ayudemos, o se incendia nuestra casa también, ya de por sí bastante inflamable con grupos prehistóricos que acechan por tomarse el poder.
Por lo pronto sólo quisiera preguntarme qué ideología justifica el recorte de la libertad de prensa en Venezuela, de opinión, el cese de libertades individuales.
¿El marxismo?
La única tarea temporal del intelectual en la ideología socialista es la de preparar la revolución. Pero desaparece tras el triunfo de la revolución (llámese cubana o bolivariana), porque la única clase existente en la nueva comunidad es la de los Albeiter, la de los obreros. Leo todo esto en El mito del rey filósofo de Danilo Cruz Vélez, quien tradujo directamente del alemán un libro de Marx, De cómo el mundo se hace filosófico y la filosofía se hace mundana. Mientras el intelectual sea preparador de la revolución, mientras se una a la propaganda revolucionaria, vale. De resto, nada.
Las bibliotecas físicas y el Internet son el único refugio posible tanto para quien desee una paz con inteligencia como para quien desee defenderse de las guerras de los imbéciles.
Sigo mirando al frente a riesgo de vomitar. Cierro los periódicos por hoy.
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