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Antes de decir o pensar que aquello que te está pasando es malo, piensa para qué ocurrió y encontrarás algo positivo en ello. Sólo te sugiero pasar por encima de tu ego para entender el propósito de esta circunstancia en tu vida.

Cómo sucedió fue, y así debes honrarlo.Así no haya llegado de la forma que lo esperabas, ni del color que te lo imaginabas.

Quizás pueda que te duela la forma como llegó ese regalo. Y sé que no es fácil comprender que yo te esté diciendo que el dolor es un regalo, por eso te invito a verlo como un maestro.

Ahora bien, si eso que estás esperando aún no llega, también es para algo, quizás se esté cocinando mejor en el horno para que te sirva más cuando llegue.  O a lo mejor nunca llegará… porque no te conviene. En ese caso la prueba es de paciencia o de aceptación. Recuerda entonces: todo pasa para algo, todo pasa para bien … todo pasa y al final todo está bien.

Si no lo ves aun así, es porque el Ego tiene su propia forma de dramatizar las cosas. Y te hará sufrir para que generes compasión y pesar llamando la atención de lo otros.

Recuerda que tú eres el protagonista de tu obra teatral, de tu existencia. Ese guion fue escrito desde el cielo antes de nacer. Considera que el antagonista de la obra, ese gran oponente (Ego), querrá robarse el show y sacarte de la escena para estar en el centro y ser el objeto de atención.

Cuenta con eso, identifica qué rol está jugando el ego en tu vida y no pierdas tu centro.

Los problemas y las enfermedades son como los dragones: no existen. Nosotros los creamos en nuestra mente, y con nuestros miedos y temores los alimentamos y toman poder.

Desde ese estado vemos una figura enorme que nos quiere devorar, aplastar y robar nuestros sueños. Pero en realidad, no existen. Son creaciones etéreas que podemos desaparecer tan solo llenándonos de confianza, seguridad y firmeza ante la realidad. Una realidad que te recuerda que tú eres un ser humano que SÍ existe. Y que está lleno de valores convertidos herramientas, como lo son el amor, la fe, la oración, la inteligencia, la creatividad, etc. Al final ningún problema es tan grave que no se pueda resolver tan solo con ignorarlo.

A cambio, podrías crear en tu mente acompañantes fuertes como ángeles protectores que te guían y te hacen sentir seguro. Todo está en la imaginación.

Ni el bien ni el mal existen si tú no los creas. Te invito a crear el bien solamente.

Esto lo digo en mi conferencia ‘Sonríe, todo está bien’. Cuando hagas el bien para algunos no será suficiente. pero has el bien de todos modos porque al final es ante Dios.

Ve a ese que te señala porque dejaste atrás tu anterior versión y pregúntale: «¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?» y recuérdale que los últimos serán los primeros y los primeros serán últimos.

Si estás en medio de una prueba difícil o sientes que justo la comienzas a superar, honra  tu experiencia.

Te envío mucha  luz y te felicito por el camino que elegiste. Ahora te digo: Cada persona que intervino en tu proceso fue elegida por el universo para que hiciera parte de experiencia. No hay malos ni buenos, todos son ángeles que cumplieron su rol en la obra teatral de tu existencia.

La obra continúa, habrá otros actos, otros capítulos y otra personas que seguirán estando allí como interpretes secundarios y algunos coprotagonistas.

Pero recuerda: es tu obra, es tu existencia, es tu misión y solo deberás descubrir el propósito de tu vida en este paso terrenal para que tu alma trascienda.

Aprende más, nunca pares de aprender, solo recuerda que a veces el maestro viene vestido de dolor.

Honra a tus maestros terrenales que te ayudan a formar un criterio espiritual basado en el amor.

Recuerda que ese “universo” de Amor se llama Dios.

Tan solo recuerda que todo pasa para algo y todo pasa para bien.

No se trata de lo que te pasa en la vida, sino de lo que tú hagas con ello.

No son problemas, son circunstancias de vida.

No son enfermedades, son condiciones de salud.   

No hay gente mala, hay personas confundidas.

No es contra ti, es en contra de ellos mismos.

“Todo pasa para algo, todo pasa para bien”, aunque ahora no lo comprendas.

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