Una de las peticiones más reiteradas por los estudiantes en las marchas recientes y en las históricas ha sido la exigencia de mas recursos para la educación pública. Si tuviera la varita mágica, seguramente dentro de la estrechez presupuestal en la que siempre vivimos, daría prioridad a los asuntos educativos como la mas poderosa herramienta para transformar. Aunque hay que reconocer que el Gobierno nacional ha venido aumentando las partidas significativamente para la educación pública, considero que el problema neurálgico no radica en cuánto sino en cómo se invierte. Aquí somos especialistas en pedir una cifra global, cuando el meollo del asunto casi siempre está en el cómo se van a utilizar esos recursos. Mas allá de la falta de acceso, de la corrupción y la ineficiencia en el gasto, urge en Colombia una actualización en los enfoques y en los métodos educativos.
De nada sirven los millonarios recursos si se sigue educando a los estudiantes en destrezas y competencias que, seguramente, no se van a necesitar el día en que se gradúen. En un mundo que inevitablemente migra cada día con más velocidad hacia la automatización, las máquinas y robots desplazarán sin piedad a profesionales que cumplen tareas sistemáticas. De nada servirá cultivar destrezas como la memoria, cuando es un rol en el que el humano nunca va a poder superar a un computador. La buena noticia es que, a pesar de los avances de la inteligencia artificial, existen muchos campos en los que el humano siempre tendrá la delantera frente a cualquier algoritmo. Hacia estos oficios debería enfocarse la educación, para poder fortalecer los campos en los que la persona si puede aportar un valor agregado.
Ahora hablemos del método. Países como Finlandia han comprendido que la manera más poderosa en la que los niños aprenden es cuando disfrutan del proceso. Allí abolieron las tareas logrando que la curiosidad innata que tiene cada estudiante sea canalizada en experiencias de aprendizaje. Se trata, por ejemplo, de trasladar al aula formatos tan pegajosos para los jóvenes como los videojuegos, insertando contenidos educativos. La clave está en revaluar los métodos impositivos hacia modelos en los que aprender se convierte en un placer. En esto radicó el éxito del programa televisivo Plaza Sésamo al lograr, hace 50 años, el doble propósito de captar la atención de la audiencia infantil y al mismo tiempo educarla. Mezclando diversión e interacción con los niños, consiguieron una efectiva receta para enseñar. Esto ha sido corroborado por varios estudios académicos en Estados Unidos, que han coincidido en que el desempeño escolar de los infantes que vieron este famoso programa fue superior que el de aquellos que no lo vieron.
La educación moderna, además, debe buscar un rol más activo del estudiante, minimizando el formato pasivo de la clase magistral e incentivando la participación y deliberación. Promover el pensamiento crítico, la creatividad, el análisis y la interpretación constituyen herramientas que difícilmente podrán ser reemplazadas por robots, por lo menos en este siglo.
La formación debe ser también pertinente dentro de la estrategia del país para atraer más inversión y aumentar el enganche laboral. Países como Costa Rica han hecho una gran apuesta nacional por el bilingüismo generando miles de oportunidades para jóvenes en empresas multinacionales. Solo en el campo de la programación se habla de que hay un déficit en el mundo de 1 millón de programadores, de los cuales 90.000 se necesitan en Colombia. Las competencias que más requiere el mundo para el 2020 tienen que ver con el análisis de datos, el desarrollo de aplicaciones e inteligencia artificial. Trabajos que son muy bien remunerados y que se pueden desarrollar desde cualquier lugar, así sea remoto.
Hace 15 años, cuando iniciaban su ciclo educativo los jóvenes que saldrán el próximo año a buscar trabajo, seguramente esto no se tenía tan claro. Por eso vale la pena reflexionar como país sobre los métodos de enseñanza que se comienzan a implementar, para entender cuáles son las destrezas y las competencias que se van a requerir en el mañana.
Twitter: @alfrecarbonell
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