Creo estar dispuesto a la paz, creo que muy en el fondo la mayoría desea la paz, que ha de ser muy mezquino e indolente aquel que no la desee. Sin embargo, estoy seguro que como sociedad necesitamos de un serio cambio cultural, no hay proceso de paz válido y estable si como Nación no tenemos la capacidad de la reconciliación. De algo tiene que servirnos el sacrificio de los inocentes, de algo tendrá que servirnos los mensajes de Mahatma Gandhi, de Martin Luther King, de Facundo Cabral, de Jaime Garzón y muchos más. Es algo que no se logra únicamente con la cátedra de la paz. Debemos tener la capacidad de reconciliarnos y entender que aquellos que han cometido delitos tienen la oportunidad de reivindicarse con la sociedad, de empezar de nuevo, de desarrollarse en plenitud. Sin la reconciliación difícilmente habrá paz por más que se firme, si es que se firma. Porque en últimas, de alguna manera hay que acabar con las muertes; colombianos matando colombianos, guerrilleros y soldados dándose de baja mutuamente. Se necesita la reconciliación, es la única salida, de lo contrario ¿a dónde vamos llegar?
¿Pero qué tan dispuesta para la paz está la guerrilla de las FARC? Difícilmente creo en sus intenciones de paz cuando han engañado, vilipendiado y manipulado a tantos. Esa guerrilla que dice defender el pueblo se defiende a sí misma y a sus intereses, quiere el poder, cómo no, para tener más poder no para administrarlo. Si realmente quiere defender al pueblo y tener credibilidad deberá aceptar que sus dirigentes deben purgar penas largas y que la representación que desean tener en el gobierno debe ser llevado por un grupo de personas que no se queden en demagogia de izquierda únicamente. Las FARC deben restituir, deben devolver, deben pedir perdón y deben demostrar que el proyecto nacional no les corresponde únicamente a ellos. Deben dejar de contradecirse y con eso no me refiero a que tienen prohibido utilizar un tipo de zapatos tenis X, me refiero a que si en realidad les interesa el bienestar de los colombianos lo demuestren, incluso aceptando que se han equivocado.
El gobierno manifiesta que está muy preocupado y pareciera diligente en su empeño por lograr la paz, eso se percibe en medios de comunicación y en la publicidad oficial, tal vez el gabinete Santos diga la verdad y se estén dando pasos agigantados y se haya cedido terreno importantísimo para acercarse al objetivo. Pero el gobierno necesita cambiar el paradigma de las fuerzas militares para que no se desarrollen únicamente como una fuerza bélica, cuando por ejemplo, puede ser un organismo social. El gobierno tiene que buscar la paz que ya está saliendo muy costosa, en dinero, en tiempo, en credibilidad, si no lo logra, Santos se llevará el deshonroso peor gobierno, (pareciera que los presidentes de nuestro país se empeñan en ser peores que sus antecesores). El gobierno también debe pedir perdón, por los crímenes de Estado, por los falsos positivos, por su incapacidad para asegurar los derechos de los ciudadanos, por la corrupción, por las privatizaciones, debe iniciar la restitución de tierras y asegurar el desarrollo de un país que no puede desconocer su potencial y fin agropecuario.
Muchas gracias por su lectura.
@javieriverostel
Estoy de acuerdo, es fundamental la reconciliación. Sin embargo, esto obliga a los colombianos a navegar en aguas de un tema muy subjetivo hasta el momento, y es la aceptación.
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No a la paz con impunidad no a curules para delincuentes sin ganarselas en franca lid.
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Señor Riveros, estoy casi totalmente de acuerdo con su artículo, en particular con lo resaltado en negrillas. Sólo estoy en desacuerdo con una cosa: que los dirigentes de la guerrilla deban pagar largas condenas.
Esos delincuentes no han estado 30 o 40 años para venir ahora a negociar largas condenas por otros tantos años.
Propondría mejor que sean condenados a largas condenas, penas que deberían ser luego «cambiadas» por aquellas que se acuerden en virtud de los tratados de paz.
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Es importante que sean largas condenas en aquellos delitos de lesa humanidad.
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