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A Gabo, luego de su muerte, le han deseado hasta el infierno, tal y como lo hizo la congresista electa por el Centro Democrático María Fernanda Cabal, sencillamente por la amistad del Nobel con Fidel Castro y con otros líderes de pensamiento socialista. (Lo que ella desconoce es que también fue amigo de Clinton y de muchos otros gobernantes de otras corrientes políticas, incluso de su actual jefe Álvaro Uribe Vélez).

trino de María Fernanda Cabal en contra de Gabo

imagen tomada de la cuenta de twitter de @MariaFdaCabal

Tristemente, aunque se pensaría lo contrario, a Gabo lo han leído más por fuera que en nuestro país. Su obra es universal y en Colombia aún existe gente que no ha disfrutado de ´Cien Años de Soledad´.

Hay quienes lo acusaron de ´comunista´, por su pensamiento de izquierda y por apoyar procesos de paz con grupos subversivos. Su posición política, por una Latinoamérica más igualitaria, le obligó a exiliarse en México, debido a fuertes amenazas de la ultraderecha colombiana, y cuando quiso regresar, el famoso ´ Estatuto de Seguridad´, del entonces presidente Turbay, no se lo permitió.

A Gabriel García Márquez se le responsabilizó por los problemas en Aracataca, su pueblo natal, y la carencia en servicios públicos, como acueducto y demás. ¿Quién dijo que Gabo tenía que responder por la negligencia de alcaldes, gobernadores y presidentes?. Eso me hace acordar cuando estudiábamos periodismo en INPAHU, que nuestro profesor de Antropología nos envió a un trabajo de campo a Cucaita, Boyacá, donde nació el campeón de ciclismo Rafael Antonio Niño, y cuando llegamos a su tierra, muchos de sus paisanos lo odiaban porque no tenían luz eléctrica y decían  ´Ese hp con tanta plata y nosotros a oscuras´.

A Gabo se le tachó injustamente de haber sido más mexicano que colombiano. Si se hubiera quedado a vivir acá, como bien lo dice la hermosa colega Ana María Arango, en ´El Primer Café´ de Canal Capital,  no tendríamos ni la mitad de su obra, porque por estar defendiéndose de los ataques de sus propios compatriotas, no se hubiera podido sentar a escribir una sola línea.

A nuestro Nobel, y tal vez el único por muchos siglos, se le tildó de prepotente, de distante, de desentendido con la realidad del país. ¡Qué craso error!  Él siempre estuvo, desde la distancia, muy pendiente de Colombia, y financió de su propio bolsillo, en silencio, muchos proyectos periodísticos, y con su infinito intelecto, asesoró diálogos de paz con la guerrilla. Además, fue un benefactor anónimo y contribuyó a que la prensa colombiana se destacara a nivel mundial. Nunca se avergonzó de ser colombiano, y jamás abandonó la comida, el folclor, la música y las costumbres nuestras. El teatro y el cine de Colombia y Latinoamérica le deben mucho a Gabo y pocos le reconocen su apoyo y divulgación.

Le castigaron por no prestarse a despliegues mediáticos con ánimo de lucro. Si se hubiera quedado a vivir en Colombia el ´capitalismo salvaje´, a través de sus agencias de publicidad, lo habría perseguido para que fuera imagen hasta de la ´Sal de frutas Phillips´ y su eslogan ´listo papito si es ya es ya´, Darío Arizmendi y Gustavo Gómez lo habrían llamado todas las mañanas a preguntarle si las prefería  ´juiciosas o bandidas´ o qué canción de los Beatles lo inspiró para escribir ´El Coronel no tiene quien le escriba´. Camila Zuluaga y Vicky Dávila le hubieran pegado la v’aciada’ diaria de rigor, en sus acostumbrados, inclementes y acusadores interrogatorios disfrazados de entrevistas. Los promotores de la Teletón habrían intentado exprimirle hasta el último peso cada año, y Diana Calderón, hubiera hecho hasta lo imposible, para tenerlo de panelista en ´Hora 20´ para subir el rating. (Eso si, lo enfrentaría siempre con tres invitados de extrema derecha como le pasaba a nuestro amigo y colega Antonio Morales). En pocas palabras, todos los ´genios del mercado´ y los ´divos´ y ´divas´ del ´Nuevo periodismo colombiano´ hubieran hecho todo lo que estuviera a su alcance para explotar la imagen de Gabo, y mucho político avivato, hubiera intentado tomarse la foto con nuestro ilustre literato, para involucrarlo, sin su permiso, en sus engañosas campañas para cautivar votos.

Si Gabo volviera a nacer, ¡él si escogería Colombia otra vez!, porque su nobleza fue tan grande como su pluma, pese a todos los desplantes que se le hicieron en su tierra, y que hoy quieren remediar con tardíos homenajes, equivocadamente religiosos, cuando él se confesó ateo e incluso estuvo a punto de ser excomulgado por el sector de derecha recalcitrante de alguna parte de la Iglesia Colombiana. Todos se quieren tomar la foto en ´El último adiós a Gabo´ y muchos de los que fueron a México a sus exequias, posando de intelectuales y seguidores del Nobel, no se han leído de él un solo libro. (Bueno tal vez uno que otro resumen para alguna tarea del colegio). Usan la palabra Macondo como ´un lugar común´ y lo utilizan para describir todo lo que no se puede explicar de Colombia. Señor presidente Santos, ¡Macondo no es nada de lo que usted dijo en su discurso en México!, (parecía una campaña de una agencia de viajes, dizque Macondo es Santa Marta, Bogotá, Zipaquirá, Caracas, La Habana, Paris). Macondo y el realismo mágico, solo le pertenecen a Gabo, y es allá donde el no ha muerto y donde, de morir, volvería a nacer.

Gabo se adelantó a nuestra época, al igual que Jesús, de quien pensamos, de volver a nacer, no sería en Colombia, porque por andar con mendigos, pobres, humildes, enfermos, prostitutas, recicladores, y pregonar la igualdad social, se le discriminaría, y de seguro el procurador Ordoñez lo mandaría a crucificar otra vez. Si Jesús naciera de nuevo, y fuese en nuestro país, sería vetado por los pulpos económicos, dueños de los canales privados de televisión, por afirmar que ´´es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al Reino de los Cielos´´. Solo los Canales Públicos permitirían que Cristo enviara su mensaje, porque allí si hay inclusión social, y se muestra la otra cara de la información. Obviamente su cuenta de twitter tendría millones de seguidores, pero sus opositores lo bombardearían a diario con trinos desobligantes y amenazantes. Si Jesús decidiera nacer de nuevo y en este país, cuántos políticos lo traicionarían, lo venderían, y lo entregarían con un beso por pregonar una sociedad más justa e igualitaria, y un gobierno, no para los ricos, si no para los pobres.

Todos los Neoliberales y los de Ultraderecha lo llevarían de nuevo a la cruz por gritar a los cuatro vientos ´´los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos´´.

Por la humildad y la nobleza de Jesús, de volver a nacer, ¡él sí, de seguro, escogería que fuera en Colombia!, aunque supiera que de nuevo lo acabarían a látigo, desde todos los frentes del poder, incluso medios de comunicación, y lo crucificarían sin juzgarlo, no sin antes haberlo perseguido injustamente toda la vida por predicar ´´no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda´´.

Jesús nacería acá, porque pueblos como este, que merecen sus gobernantes, y no valoran sus ciudadanos ilustres como Gabo, son los que necesitan que venga el Mesías para salvarlos de tanta ingratitud e injusticia social.

Se me olvidaba, dejemos quietos a Macondo, al Realismo Mágico y a Gabo, no los volvamos ´Frases de Cajón´, más bien leamos la obra de nuestro único Nobel a ver si lo valoramos de una vez por todas.

giovanniagudelomancera

periodista

síganos en twitter @giovanniagudelo

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