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Fiscal General de la Nación Eduardo Montealegre - foto tomada por www.pulzo.com

Fiscal General de la Nación Eduardo Montealegre – foto tomada por www.pulzo.com

Cada vez que el fiscal general de la nación Eduardo Montealegre habla parece ser el vocero de la impunidad. Que los terroristas de las FARC no sean extraditados, que no paguen la cárcel que se merecen, y la última perla, rebajarle las penas a los violadores, según él, porque así pueden delatar a sus cómplices y desmantelar las supuestas bandas a las que pertenecen.

Todos sabemos que la gran mayoría de los abusadores obra por cuenta propia y que ellos están muy cerca a sus víctimas, incluso en muchos casos, son familiares cercanos.

En todos los países los fiscales se dedican a investigar y a acusar, y no a defender  la impunidad, y eso es lo que hace el fiscal Eduardo Montealegre.

Además de perseguir a los periodistas que escriben cosas que le molestan al fiscal,  o que entrevistan a personas que dicen cosas que tampoco le gustan al fiscal, (como es el caso de la colega María Isabel Rueda), Montealegre se ha convertido en el vocero de las FARC, o casi que en su abogado, y pretende desde su cargo y con su poder, convencer a la opinión pública de lo ´beneficioso´ que sería para el proceso de paz, que ellos no pagaran cárcel y que no fueran extraditados. Lo que no sabe el fiscal es que la gente ya no traga entero y que no ve con buenos ojos nada que se llame impunidad, ni para los narcoterroristas de esa guerrilla ni para los abusadores sexuales.

¿Por qué el fiscal no se dedica mejor a esclarecer rápidamente el caso Colmenares, SaludCoop o el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado?

Los fiscales no están para ser jefes de prensa de los gobiernos de turno, para mojar periódico o para anunciar citaciones a indagatoria o capturas a través del ´Sistema Radial Acusatorio´; su función es meter a la cárcel a quienes violan la ley sin excepción alguna.

Ahora la moda en Colombia es que el fiscal y el procurador hagan política y produzcan choques de trenes que tanto afectan la institucionalidad. El procurador se dedica a hacerle oposición al gobierno y el fiscal a limpiarle la imagen a Santos.

Hay muchos delincuentes en la calle, incluyendo abusadores sexuales de niños, adolescentes y mujeres, a los que Montealegre les quiere rebajar penas, que merecen ser metidos a la cárcel, y esa es la función del fiscal, no debe estar como vedette, en los medios de comunicación, posando de erudito y de ser el dueño de la verdad, mientras el organismo que él representa, no es eficiente en investigaciones y capturas.

Cada vez que el fiscal opina genera rechazo de la mayoría opinión pública. A muchos colombianos nos molesta que se piense un solo segundo en que los narcoterroristas de las FARC no paguen un solo día de cárcel, que no sean extraditados, o que los violadores tengan rebaja de penas.

Qué pasaría, y Dios no lo permita nunca, si alguien cercano al fiscal fuera víctima de esa guerrilla o de esos abusadores sexuales, ¿pensaría igual?

Que el fiscal, el procurador y los magistrados se dediquen a sus funciones y dejen de farandulear. Que eviten choques de trenes y no desestabilicen el país. Esa guerra de egos, ese afán de defender intereses propios o de amigos, o el juzgar en causa propia, solo causa confusión en los colombianos y polariza aún más el país.

Además de lo expuesto anteriormente el fiscal pretende que los narcoterroristas de las FARC hagan parte de una Asamblea Nacional Constituyente y que el Congreso no apruebe la reforma al equilibrio de poderes. ¿Mañana que saldrá a decir o a defender?

El fiscal Montealegre es tan poco consecuente con lo que piensa, dice y hace, que por cuenta de su oposición a la reforma de equilibrio de poderes ya tiene enemigos en el mismo gobierno al cual el defiende a capa y espada.

Sus aspiraciones políticas, así el niegue tenerlas, salen a flote en cada declaración, y le asusta cualquier reforma a la puerta giratoria, porque no podría seguir litigando por muchos años, al salir de la fiscalía.

El fiscal debe comportarse como lo exige su cargo, abstenerse de emitir conceptos que atentan contra la estabilidad del país, ser independiente y separarse del gobierno, y sobre todo, pensar en que las FARC han desangrado a Colombia y merecen toda la cárcel del mundo, como también la merecen aquellos abusadores sexuales de niños, adolescentes y mujeres.

Para que haya paz no puede haber impunidad señor Fiscal.

giovanniagudelomancera

periodista

Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional

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