Hoy, con esta historia que me contaron, y que adapté para escribirla, quiero dedicar este espacio a los desempleados, a aquellos a los que pronto olvidamos, sencillamente porque algún día, una jefe de recursos humanos, perfumada y emperifollada hasta el copete, decidió, (por orden del dueño obviamente), sacarle tarjeta roja a quien no tenía ni siquiera amarilla, y hacerle valer ese contrato por ‘misión’, que está muy de moda en las empresas, y que deja patitas en la calle, y en la pobreza absoluta, a un trabajador, y con él, una familia.
Y con el párrafo famoso, “esperamos contar con usted en una próxima oportunidad ya que es un excelente profesional”, (¿si era tan bueno por qué lo echaron?), empieza el Rally Dakar para este personaje al que llamaremos ‘Don Cesante’.
Y ‘Don Cesante’ no recibe dinero en la liquidación, porque se lo cruzan con la deuda que tiene con el Fondo de Empleados, y hasta queda debiendo. Plata que usó para celebrarle los cumpleaños a todos en la familia, el día de la madre a su esposa en Melgar, incluso a su suegra, (¡SÍ!, ¡a su suegra!), para viajes, para cambiar el viejo televisor que tenía, con cola tan grande como la de vendedora de chontaduro, el curso de inglés, celulares, Tablet, portátil y accesorios de tecnología, todo, para todos por igual.
Entonces debe firmar un pagaré, y los compañeros, a los que en un entonces y desinteresadamente él les sirvió de fiador, ahora comienzan a decirle, “Uyyy hermano le recomiendo pana no se vaya a atrasar porque me embargan hermanito, yo veré”, (como si ellos no fueran los próximos a quedar sin chanfa).
Ahora, a sortear la rueda de prensa improvisada en la puerta de la empresa, “Uyyy hermano ¿lo echaron?”, “pero hermano usted es muy bueno parce”, “eso fue la jefe para meter al sobrino”, “tenaz hermano no tenía ni idea”, (¡mentira!, todos sabían menos ‘Don Cesante’).
Acto seguido, ser desplumado por la dueña del ‘corrientazo’ donde le fiaban, quien se entera por una mesera, a la que un compañero, que viene de almorzar de allá, le contó de puro caspa.
La esperanza ahora es ‘tasar’ el poco dinero que está consignado en el Fondo de Cesantías, (menos mal es cada vez más difícil retirarlo mientras se esté laborando).
En el Transmilenio a reventar, ‘Don Cesante’ piensa como les va a contar en su casa que perdió su empleo, de seguro su suegra le va a decir, ‘¿pero lo habrán indemnizado no?’ –‘¿Indemnizado?’– le responderá– “eso ya no se usa suegra, eso era en su época, con esos contratos amañados de ahora ya no hay de eso y si uno llega a demandar lo vetan en el gremio”.
Los primeros días son de ‘descanso’, solo lo llaman las culebras, (el del camarote, el de los libros de ‘Autoridad en Familia’, que le hicieron comprar en una reunión del colegio, a las que ya puede asistir en el precioso horario de las 6 de la mañana), pero a la semana, ya terminan esa forzosas vacaciones.
Las noches son en vela, planeando cómo será su vida de ‘independiente’. Cómo va a ingresar al selecto grupo de los empresarios. ‘¡A hacer empresa y a generar empleo!’, esa es la consigna, y mientras su esposa duerme, porque madruga a las 4 de la mañana a trabajar, él se levanta sin hacer ruido, a media noche, a diseñar las tarjetas de doble cara, en donde ofrece servicios varios, de oficios que aprendió accidentalmente en la vida, o tal vez ingenuamente, donde ofrecerá los mismos servicios de la empresa que lo acaba de echar, creyendo poder hacerle competencia. ‘DonCesante.com’ será su página web, y su aviso en el directorio de páginas azules, o amarillas, o blancas, (ya no se sabe de qué color son), estará enseguida del de la empresa que lo despidió. La única y pequeña diferencia con la competencia es la cuenta bancaria, (no el número, el saldo).
Siempre hay un amigo en la familia que tiene una tipografía en San Victorino, o en el Galán, y de seguro le timbra los volantes y las tarjetas muy baratas, ¡y a repartirlas!
Y comienza la súplica en casa, “por favor no me ocupen el teléfono que lo puse en las tarjetas y de pronto me llaman”, pero su hija universitaria, pero idiotizada por un ‘mequetrefe’, que no ha terminado ni el bachillerato, está muy entretenida diciendo, “cuelga tú, no cuelga tú, no cuelga tú, cuelga túuuuuuuu”, (ignorando la llamada en espera de un posible cliente), y la esposa interviene, como Al Pacino, el abogado del diablo, “¡déjela!, ella tiene derecho a tener novio, o no se acuerda cuando usted y yo hablábamos por teléfono”, (de nada valió la conferencia de ‘Autoridad en Familia’, donde compró los libros, ¿se acuerdan?, ¿al comienzo del artículo?).
Ya han pasado tres meses y los planes de independiente quedan en el sueño de los justos, las facturas se acumulan en el casillero de la portería y comienzan los fiadores del fondo, (¿se acuerdan?, ¿del fondo de empleados?), “Hermanito, iba a hacer un préstamo para la operación de cataratas de mi bisabuela y me lo negaron, no me haga eso, pague la cuota del pagaré parce por fa”, y ‘Don Cesante’, embejucado, dice, “hermano, hubiera podido ser a usted al que echaran, y yo también lo fié, y yo no lo estaría jodiendo así”.
Y como decía mi abuelita, ‘Cuando la necesidad entra por la puerta el amor sale por la ventana’,……“Mijo, ¿qué vamos a hacer?, con lo que gano no me alcanza, estoy endeudada por todo lado y no me parece justo que mi mamá nos tenga que mantener. Me llamó el del arriendo, los servicios están para corte y ya no me fían en la tienda. ¿Por qué no pasa hojas de vida?”, ‘Don Cesante’ responde furibundo, “Ahh, si vienen a cortar deles para la gaseosa o yo me consigo una llave de tubo y los reconecto, y pago la multa, ¡Qué hijuemadre!, y dígale a Doña Ligia, la de la tienda, que a fin de mes le cuadramos, además, ¡prefiero poner un puesto de aguacates en la esquina! que ir a regalarme otra vez”.
¡Y sí señor!, a actualizar su hoja de vida, a tomarse la foto donde el amigo del barrio, porque aunque tiene cámara profesional, que le compró a su hija con la plata del préstamo del Fondo de Empleados, no tiene cartucho en la impresora, que también compró con la plata de dicho Fondo, y de seguro en la foto, que le toman en la miscelánea, queda como un extraditable, peor que el ‘Chapo’ Guzmán, con la cara de ‘se busca’, en la ficha roja de la Interpol, pero no importa, ¡a repartir todas esas hojas de vida!
‘Don Cesante’ camina todo el día como judío errante, y lleva su ‘CURRICULUM VITAE’ a las empresas donde los guardas o celadores son amos y dueños, y no lo dejan entrar, con la promesa que ellos entregarán su perfil a recursos humanos, pero en el turno de noche……a falta de papel higiénico……¡buenas son las hojas de vida!
Entonces ¡a buscar un software de correo masivo!, y a enviarlas por email, pero a los tres días, ya lo tienen marcado como spam, ¡y plan frustrado!
Ahora, ¡a llamar por teléfono!, pero nadie le pasa, ni los amigos a los que ‘Don Cesante’ ayudó a entrar a esa empresa donde lo echaron, y a otras muchas más. ¡Nadie le responde!, y si alguien lo hace, le dice el lunes, “llámame el viernes”, y ‘Don Cesante’ cuenta los segundos, el viernes vuelve y llama, y le dicen, “ahhh, qué pena, llámame el otro viernes a ver qué razón te tengo”, y como dice la canción, ‘y así pasan los días, y yo, desesperando, y tú, tu contestando, quizás, quizás, quizás’.
De la misma empresa de donde lo sacaron por reestructuración, o porque ‘el proyecto terminó’, lo llaman para seguir con ‘el mismo proyecto que dizque terminó’, pero a trabajar por horas, a recibir tres veces menos lo que ganaba, por cuenta de cobro, y en un cargo menor. Quien era su practicante, aprendiz o subordinado, ¡ahora será su jefe!, pero ‘Don Cesante’, ¡aún tiene dignidad!, y le dice a su mujer, “prefiero poner un puesto de aguacates en la esquina”, y su suegra, como en ‘Pelota de Letras’, de nuestro amigazo Andresito López, le dice, “Ahí le dejé café”.
‘Don Cesante’ ¡ahora está en huelga de hambre!, porque hace tres días almorzando preguntó, “¿lentejas?”, y su esposa respondió, “agradezca mijo que aunque sea hay lentejas y mi mamá fue la que pagó en la tienda”, y a ‘Don Cesante’ ¡aún le queda dignidad!, y de ese mercado ¡no comerá!, “¡Prefiero poner un puesto de aguacates!”, a que mi suegra me mantenga y que mi mujer me lo eche en cara.
Su hijo menor sube baldes con agua, porque la cortaron, (la llave de tubo ni lo de la gaseosa sirvió, pero ¡SÍ! el ‘hombresolo’, que heredó de su suegro, para reconectar el gas y la luz). La esposa le recuerda que está muy endeudada y que no puede con esa carga, ‘Don Cesante’ mira en internet ofertas de empleo en Afganistán, Etiopía y Azerbaiyán, y hasta de chico de compañía: “¡Eso es!”, dice ‘Don Cesante’, en voz baja, “Compro una sim prepago y que me llamen, atiendo veteranas y me cuadro”, pero a ‘Don Cesante’, ¡aún le queda dignidad! y aborta el plan, “¡prefiero poner un puesto de aguacates en la esquina!”, piensa en voz alta, pero su hija lo interrumpe a grito en cuello, “pero papá, a ese paso, ¿cuántos puestos de aguacates vas a poner?”
Han pasado dos años, y de nuevo se acercan los cumpleaños de todos, la navidad, el aniversario de bodas, el Santa Claus, (porque ‘Don Cesante’, ¡además de pobre es pendejo!, y tiene como costumbre darles regalos de Papa Noel el 31, eso ni Bill Gates, el hombre más rico del mundo, y además filántropo, hace semejante estupidez), ¡y ya no hay ni un centavo! En las ferias de productos para el hogar que hizo con sus hermanos en los condominios cercanos, gastó en afiches, volantes y tinta, (por eso no tiene cartucho en la impresora), y lo que vendió fue justo para pagar el alquiler de los puestos. Muy pocas llamadas le hicieron para los servicios que ofrecía en las tarjetas de doble cara, y los volantes que pegó en las tiendas del barrio, promocionando sus servicios, ya los taparon con otros más grandes que dicen ‘Se arrienda este local’.
El corazón de ‘Don Cesante’ comienza a palpitar más rápido que el de Usain Bolt, ya no puede subir más de 2 escalones porque se agita, las jaquecas son cada vez más fuertes, y el espolón calcáneo, producido por medir calles buscando empleo, es insufrible, pero ‘Don Cesante’ no tiene EPS, ya lo sacaron del sistema por falta de pago, y ¡le está prohibido enfermarse! Su mujer le paga EMI, que se lo descuentan por nómina, pero él le dice “¿para qué los llama?, ¿si me ordenan exámenes donde me los tomo?”, “entonces lo afilio a la mía”, responde ella desesperadamente, pero él interrumpe, “¡No! yo tengo que cotizar salud y pensión, para no dañar mi promedio”. ‘Don Cesante’ ¡es muy joven para pensionarse, pero a sus 53 años, es muy viejo para trabajar! No importa toda la experiencia que tiene y el estar en la mejor época productiva de su vida.
Atrás quedaron los días en que ‘Don Cesante’ podía invitar a su familia a pasear, a cine o a almorzar fuera, y cuando podía hacerles regalos, incluso a su suegra, ¡SÍ!, a su suegra. En ese entonces tenía voz y voto, y hasta ¡Autoridad!, ahora solo la tiene en los libros que compró, (¿se acuerdan?, ¿al comienzo del artículo?, ¿los de ‘Autoridad en Familia’?, ¿en la reunión del colegio?), y que aún no ha pagado, Hoy, a la única parte a la que lo dejan entrar sin pagar es a la iglesia de la Virgen, y la del barrio, donde ofrece promesas, y hace donaciones, a ver si le sale un buen trabajo.
Mientras escucha en las noticias al presidente Santos decir que el índice de desempleo ha bajado, ‘Don Cesante’, recibe un mensaje por WhatsApp, de la chismosa de la empresa donde él trabajaba, contándole que despidieron 30 personas más, entre ellos, sus implacables cobradores con los que se sirvieron mutuamente de fiadores en el Fondo de Empleados. ‘Don Cesante´ dice, “¡No me alegro, pero se siente un fresco!”
Nunca ha podido hacer su del seguro de desempleo porque sencillamente ¡ese tal seguro desempleo no existe!, y la ilusión de ver a Lucho Garzón como Ministro de trabajo quedó en eso, solo una ilusión, porque él, quien era la esperanza de la clase trabajadora, ha pasado por ahí sin pena ni gloria.
Han sido muchas noches en vela, llorando en silencio, soportando esa frustración de sentirse productivo pero desahuciado laboralmente, digiriendo los reproches y la ingratitud de familia, amigos y cercanos, esperando que suene el teléfono para anunciar un empleo, (teléfono que su hija no cuelga por estar hablando con el mequetrefe aquel, que no ha terminado ni el bachillerato), soportando los cobros de los bancos, donde se empeñó estos dos años, buscando plata para ayudar en la casa, y para darles gustos, mientras aparecía alguna opción laboral. Han sido noches enteras, de comienzo a fin, imaginando como pagar ese dinero que le han facilitado sus cercanos, quienes en ocasiones se comportan como lejanos, peor que los de antaño ´chepitos´, y cada vez con su alma más arrugada, por toda la presión y tortura psicológica que parientes, amigos y bancos le han hecho, como si no bastara con la angustia diaria que vive, golpeando puertas que se cierran fuertemente en sus narices. Solo lo recriminan y culpan de todo, ya nadie se acuerda del generoso, incondicional y filántropo ‘Don Productivo’, y quien ahora se llama ‘Don Cesante’. No entiende por qué todo lo que emprende le sale mal, aunque obre de buena fe, con buena voluntad y con buenas intenciones.
Con sus labios sangrantes, de tantas oraciones y súplicas elevadas al cielo, ha esperado con fe y paciencia una nueva oportunidad, mientras recuerda esos bellos viajes que disfrutó con su familia.
Y ayer, (tan de malas ‘Don Cesante’, porque pocos leen este tipo de historias), nadie conoció la suya, y se acostó pensando, mientras veía ‘El Capo’, (con nuestro amigazo y hermanazo Marlon Moreno), en la llamada en la que le van a ofrecer ¡el trabajo de su vida!
Y hoy, terminaron sus sueños de trabajador independiente, o de empresario. Tal vez a otros ‘Don Cesantes’ como él, si les llegue esa llamada anunciando un nuevo empleo, pero al de mi historia, como a Diomedes, su cantante favorito, su corazón repentinamente cesó de palpitar, mientras soñaba despierto en su cama con otra oportunidad.
giovanniagudelomancera
periodista
Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional
síganos en twitter @giovanniagudelo
lea más historias acá en La Sal en la Herida
www.plumaindependiente.com www.gamacolombia.com
dura realidad… a mi me toco la independencia (desde que me gradué)…. se mal vive pero se puede vivir de lo que uno estudio…. un abrazo a la familia de don cesante…. casi nadie reconoce el valor del corazón de un luchador como estos y paz en su tumba.
Califica:
Bien escrito y redactado esta triste historia, que suerte que desgracia.
Califica:
:'(
Califica:
felicitaciones .sobrado de el lote ese articulo nuestro país este lleno de don cesantes gracias a la corrupción y clientelismo de nuestra clase política.
Califica:
A los 25@., ya miles de Productivos y con ganas de trabajar son declarados Inutiles@ por el Sistema corrupto laboral de este pais hace centurias. Si llega a los 53@., y queda en la olla/calle se tiene que pegar un tiro para solventar la situacion; nadie lo aceptara ni por el minimo aunque sea un genio con Curriculum Vitae excelente. (Solo le quedaria el exilio y a probar suerte en otro pais y no aqui.Amen.) hborras .-
Califica:
esa es la verdad tal cual literalmente a pesar de que dicen que la edad no debe ser un motivo para poderlo vincular las empresas buscan personal con experiencia pero que no superen los 22 años y los demás donde quedamos ?
Califica:
La estructura de esa historia es tan igual a la de mi hermano ,,, increíble es igual,,, lo único diferente es que el tiene 37 años, tecnólogo y ahora nadie llama a contratarlo.
Califica:
Soy madre soltera de dos nenes. Actualmente llevo un año desempleada. Siempre he trabajado en el sector financiero eso si………….por temporales. Ya no me llaman a entrevistas. Cuando salgo a dejar mi hv en empresas temporales me dicen que mi vacío laboral es muy grande y que no pueden hacer nada por mi. Bien recuerdo que al principio cuando presentaba entrevistas me cuestionaban mucho acerca de mis hijos por aquello de la disponibilidad, al final, no era escogida, y desafortunadamente ese tal vacío laboral es gracias a ellos. Sigo esperando esa anhelada oportunidad……….y también que algún día el estado haga algo con esas empresas temporales, que lo único que hacen es manosear a las personas y quitarles un montón de beneficios…..sin mencionar lo de los tipos de contrato bastante «amañados»
Califica:
Le faltó la subida de impuestos y de servicios públicos…. para completar…
Califica:
Que buen texto, desafortunadamente esa es nuestra triste realidad
Califica:
Que va, eso no pasa en Colombia.
Califica:
Sencillamente real, creo que no le falto fue nada. Excelente querido amigo…..APLAUSOS..
Califica:
En esa republica bananera la mayoria del pueblo se identifican con esta historia…. Un pueblo donde solo triunfan los corruptos,narcoterroristas y asesinos.. Por supuesto en cabeza del mion de tribunas, transexual de santos… Cuanto dinero se robaria por la venta de isagen…mientras el pueblo aguanta fisica hambre con ese sueldo minimo de miseria..
Califica:
Yo llevo mas de 10 años de egresado y nunca he podido colocarme en una empresa, he recorrido distintas partes del país, he enviado hojas de vida a donde no esta escrito y ninguna empresa ha querido contratarme. A lo argo de este periodo he tenido trabajos dizque como»independiente» ó «freelance» que le llaman, pero aún así, trabajos cortos y mal remunerados.Realicé un posgrado y también una maestría(con ayuda de mis padres), con la fé de que esta sería la solución al problema, pero nada, ahora las empresas me encuentran sobrecalificado y sin ninguna experiencia laboral. Las angustias, tristezas, desencuentros familiares y esos no lugares ó la imposibilidad de establecer relaciones humanas perdurables, se vuelven el pan de cada día por culpa del desempleo y por no ser un «winner» ó una persona que encaja en los estandares de una comunidad donde se mide con la vara del interés. De cierto modo me siento identificado con la narración, que mas que una ficción, es el leit motiv de muchas personas en Colombía y sobre todo, será la constante de las generaciones venideras. Por lo pronto me refugio en una ó dos cosas, que aunque no me genera dinero, por lo menos me ayudan a sobrellevar los días derretidos, largos y somníferos del desempleo. Esperando que las cosas cambien para todos.
Califica:
No trabajen para nadie, intenten formar su propia empresa. Es lo mejor.
Califica:
ahora estoy como «don cesante» porque en todas las empresas me piden experiencia de 1 año y las practicas no me sirven, lo bueno es que no estoy endedudado en nada con bancos y créditos. pero es una m***da estar sin empleo sin plata…..y no es facil independizarse y sostener la propia empresa 🙁
Califica:
«Don Cesante» no la pasó tan mal que digamos, conozco de casos similares en donde la esposa a los dos meses de estar desempleado la esposita se cansa de aportar para la casa los gastos y «chaolín mijo que vuelvo cuando tenga trabajo pues».
Califica:
Yo conozco una doña cesante….que acostumbro a su familia a toda clase de regalos en epocas especiales…y muchas veces recurria a prestamos de libranza en el banco que trabajaba. El dinero no le alcanzaba, porque despues de los descuentos de nomina quedaba muy poco. Un dia su arrendadora le hizo un escandalo en la oficina por no pagar puntual el canon de su casa. Y fue despedida. Con 40 años, tuvo suerte de vincularse a otro banco pero con un salario minimo. Ahora les digo… el afecto y el respeto se gana con regalos o dinero? Debemos de ser mas inteligentes… y si en el camino hay piedras…pues aprender a saltarlas. Yo comi mucha m&&&& vinculada a empresas… ahora me va mejor como independiente, pero requiere mas disciplina y compromiso de uno mismo.
Califica:
He conocido casos estremecedores de empleados mas o menos antiguos que han sido despedidos y que luego han vivido una especie de calvario sin nombre. No solo por las deudas y los cobros, sino por la pérdida de las «amistades», por las vergüenzas vividas, por todo. Tres años después del despido, los he visto aún desempleados, cabellones, mal vestidos, ensimismados y solos, totalmente solos y mas solos que nunca después de su desgracia.
Califica:
Una empresa privada que hace con los trabajadores lo que ha hecho con Don Cesante, es simplemente una empresa mediocre. Merece ser saboteada, no tanto por despedir al empleado como por la forma en que lo hace, sin darle una oportunidad para que se defienda, sin indemnizarlo. De modo que Don Cesante debió irse de ahí sin despedirse de nadie y sin agradecerle nada a nadie.
Califica:
si el gobierno quiere proteger el empleo debemos pasar a la jornada laboral de 36 horas, ahoar con tata tecnologia y automatismo los seres humanos pierden su empleo a favor de las maquinas, y auqnbeu estas produzcan a menor valor no habra quien compre, 36 horas de trabajo 1 hora diaria de estudio y capacitacion y 1 hora diaria de servicio a la comunidad, para salir de esta crisis fortalecidos.
Califica:
Eso ocurre todos los días y lo que es peor del desespero surgen los atracos, homicidios y demás calamidades generadas en un país donde no se promueve la producción, la industria, etc., sólo se observa la corrupción de sus gobernantes.
Califica:
Lo felicito, una gran realidad. Muchísimas personas sufriendo de esa manera o muy parecido. Y le digo cuando reviente la burbuja inmobiliaria que el «gobierno» está ayudando a crear, va a ver como lamentablemente caen muchas mas ilusiones de la «casa propia»(de los bancos) y ahí sí los lamentos se van a oír desde muy muy lejos.
Califica:
Esa fue la historia de un conocido del barrio, a quien la necesidad puso en un puestico de empanadas en una esquina. Pero, cómo son las cosas! resultaron más que buenas y el hombre no le ponía pereque a cocinar, repartir y cobrar. El cuento es que a los seis meses el hombre tenía full local con variedad de empanas, cerveza, salsas y por supuesto, buena música, que cambiaba en spotify según el gusto de los clientes. Y ahí va progresando.
Califica:
Buena nota, la realidad del pais
Califica:
Solo verdades el ciclo del consumismo y el desempleo. Iniciando empresa en el peor momento… solo metalidad de empleados y no empresarios
Califica:
Cualquier parecido con nuestra realidad, no es coincidencia
Califica:
Lamentablemente, esta es la realidad, yo viví una situación muy similar.
Califica:
Reslidad
Califica: