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Crédito: Filmafinitty

“Todo lo que hagamos para siempre, se convierte en insostenible”

Uno de los historiadores británicos y naturalistas más influyentes de todo el mundo. Eso es David Attenborough en pocas palabras.

Lo invito a que se sumerja en este gran documental que lideró junto a Netflix para mostrar su visión frente a lo que es el Planeta Tierra en estos momentos y cómo podemos ponerle un alto a la predecible extinción que nos espera, si actuamos a tiempo.

El documental inicia con un recorrido por la vida que él tuvo desde mediados de 1936 y nos va llevando poco a poco a la transformación del mundo que tuvo vivir con sus propios ojos.

Desde hace 65 millones de años la Tierra se ha venido reconstruyendo paso a paso, organismo tras organismo después de haber sufrido una de las extinciones más grandes: la de los dinosaurios. Lo que vemos hoy en día es el resultado de millones de años de reconstrucción y regeneración, algo que la Naturaleza sabe hacer perfectamente.

Las imágenes son impactantes y la narrativa busca hacer evidente las alarmantes cifras que van in crescendo a medida que transcurren los años en términos del % poblacional, la huella de carbono y la fauna silvestre “virgen” que va quedando tras la intervención humana.

A mediados de los años 70s, Attenborough muestra cómo inician las primeras movilizaciones de personas en grandes barcos, enfurecidas, y con gigantescos carteles luchando por la vida de las ballenas ante la desaforada cacería. Como los problemas ambientales comenzaron a ser visibles ante el mundo, ahí, en ese momento, es cuando inicia el rechazo por quien se atreviera a atentar en contra de la madre naturaleza.

Esta sangre ambientalista que vemos hoy en día con tanto fervor, no es nueva. Lo que sucede es que seguimos en las mismas e incluso, mucho peor.

El hombre comenzó a ser imparable, la industria se revolucionó, y para mediados de los años 50s ya la población era el doble de cuando Attenborough había nacido.

La raza humana se convierte así en la especie más predominante de todo el Planeta, una especie que había logrado eliminar a los depredadores, controlar las enfermedades, y acomodar la vida a sus necesidades.

Se consumía la Tierra hasta que no quedaba nada de ella…

 La tala de árboles indiscriminada grabada en vivo y en directo lo deja a uno sin aliento y con una sensación de impotencia impresionante. Los orangutanes colgados a penas de un par de ramas es un escenario devastador. Y no, no es algo lejano por allá en el Sudeste Asiático. Esto le toca a usted que de seguro acaba de remodelar su casa con una mesa espectacular en forma de tronco.

Y en cuanto a nuestro océano, ni hablar. La pesca ilegal y desmesurada ha hecho literalmente que éste se muera lenta y silenciosamente. No hay ciclos de vida ya completos y la regeneración de la vida misma disminuyó considerablemente. Attenborough nos cuenta que los depredadores son fundamentales para que los nutrientes en el mar se mantengan y pueda darse paso para crear nuevas especies.

Si cazan a los tiburones  que se alimentan de peces más pequeños (por ejemplo), esos peces que quedan sin ser eliminados no son correctamente aprovechados por el plancton y la generación de una nueva vida es casi imposible.

Acá les dejo unas cifras que se mencionan a lo largo del documental:

  • Hasta mediados de los años 90 la temperatura de la Tierra era relativamente estable pero solo porque los océanos absorbían gran parte de las radiaciones solares.
  • Hemos sobreexplotado en un 30% las reservas de peces.
  • Talamos 15 billones de árboles al año.
  • Se ha reducido en un 80% la disponibilidad de agua dulce.
  • La mitad de la fotografía terrestre es agricultura pura y dura.

En definitiva reemplazamos lo salvaje, por lo domesticado.

Y no le cuento más para que se lo vea, lo digiera, y mire cómo puede aportar para lo que se avecina.

Attenborough nos muestra al final del documental cómo se vería el Planeta si él hasta ahora hubiera nacido. En pocas palabras, qué tendrán que ver las nuevas generaciones hasta el año 2100 más o menos.

¿Cómo se verá entonces ese Planeta del que tanto tememos pero que no enfrentamos?

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