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Un frailejón tarda aproximadamente en crecer un centímetro por año, así que calculemos la severidad de los daños ocasionados en el municipio de Arcabuco (Páramo guaque – Merchán y Parque Regional el Valle) esta semana.

Decenas de artículos denominan a este suceso como una tragedia ambiental de incalculables pérdidas para los ecosistemas, pero debemos nuevamente recordar el porqué estas noticias causan tanta preocupación.

¿Ernesto Pérez arde y qué pasa con la prevención y anticipación en este época del fenómeno del Niño?

Casi 70 hectáreas de frailejones se vieron afectadas según los datos del Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, sin contar con los otros cinco focos de incendios que se registran a nivel nacional en estos momentos.

Ya todos ustedes habrán leído en diferentes fuentes lo que ocurrió, y las medidas que se toman a manera de recomendación en estas épocas de fuertes sequías que no tienen un factor de sorpresa, ya que son fenómenos que nuestro país enfrenta hace muchísimos años.

Es por esto que vuelvo hacer un llamado en la concientización frente a  la importancia de los frailejones para quienes no tienen tanta cercanía con este tema.

Esta planta es perfectamente única e indispensable para mantener la integridad del Páramo, mantener el aire limpio, albergar especies nativas, regular el agua a través de sus hojas que atrapan la neblina, y por supuesto recolectar el recurso hídrico.

Es decir, toman la niebla generada a esa altitud en la que se encuentran junto con la humedad del aire, y la convierten en agua pura que puede ser consumida por el ser humano.

Ecuador, Venezuela y Colombia son países privilegiados al ser de los pocos si no los únicos, que tienen la posibilidad de contar con plantas tan importantes en sus ecosistemas.

Algunas de las recomendaciones que se dan desde entidades como la CAR para su cuidado son, por una parte, generar información e investigaciones sobre esta planta donde se involucren a todos los grupos de interés claves para su protección. En segundo lugar, crear acciones contundentes para poder conservarlos en el territorio a través de medidas hacia los turistas, visitantes y demás actores que puedan tener alguna injerencia negativa. Y, finalmente, es importante tener en cuenta que en estos ecosistemas habitan comunidades locales que son fundamentales para poder velar porque se respete el cuidado de los frailejones y es por esto que involucrarlos en los proyectos de conservación no es un tema menor.

 Los frailejones son el pulmón de los páramos y los páramos son el corazón que le da vida a nuestra cotidianidad en las ciudades.

Y es en estos momentos donde necesitamos divulgar una mayor conciencia frente a la importancia que cobran estos ecosistemas para las ciudades en Colombia, ya que muchas veces los vemos como territorios lejanos que no están conectados con acciones tan simples que hacemos en el día a día como abrir la llave y encontrar agua limpia.

y ustedes, ¿cómo ven esta delicada situación?

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