Las ciudades esponja: innovación en la crisis ambiental
(Imagen tomada de Utopía Urbana)
Todo parece indicar que la estrategia de luchemos en contra del cambio climático ya no funciona, qué tal si la cambiamos por adaptémonos a como dé lugar. Y a qué me refiero, fenómenos como las inundaciones que cada vez cogen más y más fuerza (el caso de Brasil, por ejemplo), nos dan muestras de que no van a parar en un futuro próximo. Todo lo contrario, cada vez son más extremas.
Entonces, ¿por qué no hacerle frente desde otra estrategia?
Según el arquitecto paisajista Kongjian Yu, la solución no es armarse de barreras y desagües, sino que hay que dejar entrar el agua a las ciudades.
Así tal cual.
Y ¿de dónde obtiene su inspiración? De casos como las inundaciones de Nairobi en el 2016, la tormenta Elsa en Nueva York, entre otros escenarios catastróficos.
De hecho, Yu ve parte de su inspiración en los antecedentes de la agricultura en China, donde las comunidades utilizaban el agua a favor de ellas y construían todo un sistema para almacenar y dirigir el agua para evitar inundaciones.
En este sentido, las famosas ciudades esponjas que propone, buscan involucrar la infraestructura verde en cambio de aquella basada en ladrillo y el asfalto, y así pueda ser absorbida el agua y esta sea desviada hacia zonas de almacenamiento o sea utilizada para otros fines.
Es decir, conservar para poder reutilizar.
Son Soluciones basadas en la naturaleza (SBN) que, de manera muy inteligente, trabajan con lo que el Planeta Tierra nos dejó, para implementar una verdadera infraestructura verde a través de jardines de lluvia, o pavimentos permeables, por ejemplo, que le dan un segundo uso a esa agua recolectada previniendo así, otras situaciones lamentables como las sequías extremas.
Pero me detengo un poco más en el detalle de cómo se ven esas ciudades esponja. El suelo, por ejemplo, se ha reemplazado por pavimentos permeables de ladrillos especiales que permiten capturar el agua lluvia y destinarse a múltiples usos como el riego, el abastecimiento, usos industriales, entre otros. Asimismo, esto ocurre con los techos que son reemplazados por follages naturales que permiten acelerar y facilitr esa absorbsión e incluso, debajo de estos, canalizar esa agua.
Todas esas imágenes que ya se nos vuelven paisaje de ciudades literalmente bajo el agua, o regiones con escases de agua, suelos áridos donde los animales se quedan calcinados por la falta de este recurso, tienen que empezar tener un panorama más alentador.
Captación, almacenamiento, infiltración natural del agua, y liberación paulatina de esta tal cual como lo hace una esponja. Así funcionan estas ciudades.
La expansión de las ciudades y el crecimiento poblacional no tiene mucha cara de querer frenar en los próximos años, y es por esto por lo que, soluciones como estas donde la gestión del agua aprovecha la naturaleza misma, son ya casi que inminentes en las regiones más vulnerables a los cambios climáticos.
Pretender llegar a un desarrollo y un crecimiento económico que no vaya de la mano con una solución paralela e igual de rápida que permita “mermar” los efectos adversos de nuestras actividades, ya no puede ser una opción.
En China y Estados Unidos esto ya es una realidad y un ejemplo para el resto de las regiones.
¿Ustedes cómo la ven en Colombia
Información tomada de: The New York Times, ONU Habitat, Sostenibilidad para todos, y El Confidencial.
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Interesante planteamiento Lina, no luchar contra la naturaleza, sino utilizarla a nuestro favor.
En Colombia pienso que es un tema de reeducar, en algunas regiones las casas las hacen sobre palos porque saben que el rio (o el mar) subirá en algún momento. Este conocimiento es ancestral.
Pienso que en las zonas de ciénagas también se tiene que los propietarios, queriendo ganar tierra, hacen sus diques, pero el río volverá a buscar su cauce y su amortiguamiento natural.
HAG
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