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Ciclones, tifones y huracanes, así se les conoce a las tormentas más poderosas al que el ser humano está expuesto hasta el momento.

Los huracanes, por ejemplo, son fenómenos de difícil predicción al igual que los sismos, pero alrededor de ellos la ciencia ya ha logrado comprender cómo funcionan y cuáles son sus características más comunes mientras se mantienen activos.

En el Océano Atlántico los huracanes presentan su “pico”  más alto durante los últimos meses de verano cuando las aguas tropicales son más cálidas. Es decir, en promedio se calculan 6 huracanes al año entre los meses de octubre a agosto (National Geographic).

¿Cómo se forman a grandes rasgos?

Estos fenómenos naturales se forman a partir de un grupo de tormentas eléctricas que absorben el aire cálido y lo mueven hacia la atmósfera terrestre del Planeta. El aire caliente posteriormente se convierte en energía cálida la cual permite impulsar los vientos circulares que se forman para consolidar el huracán y a la vez mantenerse en movimiento durante varios días (National Geographic).

¡El ojo, por ejemplo, donde se concentra la mayor velocidad, puede proporcionar entre 20 a 30 millas aire en movimiento!

Para poder clasificarlos y definir el grado de criticidad que presentan, se encuentra el “Saffir Simpson Scale” donde están categorizados a partir de las 74 millas por hora, hasta llegar a más de 155 MPH (cinco escalas) (National Geographic).

Por supuesto y como lo vemos en las noticias cuando estos fenómenos se presentan, es que traen consigo una serie de efectos colaterales los cuales terminan siendo incluso más devastadores que la propia tormenta. En este caso estamos hablando del incremento en el nivel de los mares que causa estragos a través de voraces inundaciones; el levantamiento de escombros y la afectación a ecosistemas como los corales, manglares y vegetación aledaña.

Ahora bien, sin querer desconocer la catástrofe que esto representa para nosotros como humanidad, la naturaleza siempre es perfecta. ¿Será que tendrán algo de positivo estos fenómenos?

Investigando sobre el asunto, logré entender cómo los huracanes hacen las veces de aires acondicionados con miras a regular la temperatura desde la línea del Ecuador, hacia el Polo Norte y Polo Sur, respetivamente, acompañado de un aporte de aguas lluvias para los continentes (Barajas) donde probablemente se están presentando sequías o donde normalmente es muy difícil que llueva. Adicionalmente, vuelven a regular la temperatura de los mares y renuevan las aguas superficiales y subterráneas.

Con el aumento en el cambio climático, sin lugar a duda, se ha generado que estos eventos naturales ocurran con más frecuencia e intensidad debido al desequilibrio que actualmente se presenta en la temperatura del Planeta. Incluso, la NASA confirmó en el 2005 que los huracanes Katrina y Rita lograron enfriar hasta 4ºC las aguas que se encontraban en las zonas por donde estos pasaron. ¿Qué tal ese dato?

Cada vez serán más y peores…

En algunos casos, a esto último se le conoce como la regeneración ambiental, ya que le permite a la naturaleza renovarse a una velocidad relativamente rápida y recuperarse de las afectaciones que ha venido sufriendo (y por afectaciones me refiero, claramente, a nuestras acciones). Lo anterior, siendo un panorama completamente opuesto al que le ocurre a las zonas donde habitan seres humanos, ya que el colapso es completo y la reconstrucción sumamente demorada.

La ministra Susana Muhamad viajó el día de ayer junto al presidente Gustavo Petro para hacerle frente a la situación que dejó el huracán Julia por su paso en San Andrés y Providencia. En el caso del sector Ambiente, se comprometieron a revisar los daños ocasionados en los ecosistemas tales como los manglares y corales a través de expertos técnicos, y asimismo comprender la dimensión que este problema tiene para las islas para crear planes de resiliencia ante estos fenómenos. Lo anterior acompañado de jornadas de ayuda a los hogares y limpieza de las costas a causa de todo el escombro que este huracán provocó.

Todos estamos con nuestros hermanos de San Andrés y Providencia.

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