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«Ven, que te voy a mostrar el juicio de la célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas, con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución”. (Apocalipsis 17: 1-2)
La alegoría bíblica de la Ramera de Babilonia que aparece en el libro del Apocalipsis, y que según estudiosos hace referencia a Jerusalén o a la misma iglesia católica por su decadencia y vicios, tiene su versión colombiana: la Refinería de Cartagena (Reficar). Reficar ha sido esa gran y célebre ramera que se sentó, no sobre grandes aguas sino sobre petróleo, y con la que fornicaron no reyes sino poderosos que se embriagaron con el vino de su prostitución.
El pasado martes, en el debate de control político por el caso, la congresista Daira Galvis de Cambio Radical denunció lo último que nos faltaba: que con recursos del Estado se financiaron faenas sexuales con prostitutas a funcionarios de Ecopetrol y de Reficar. Esto resulta escandaloso, escatológico e inverosímil. Y no propiamente porque las placenteras jugarretas de los beneficiados constituyan en sí un acto reprochable ni mucho menos, sino porque esto ya es la tapa de la degeneración y de la sinvergüencería en la utilización de los dineros públicos.
Según la senadora Galvis, además de los honorarios a las prepago, también se pagaron vuelos privados y yates para que los lascivos funcionarios pasearan con sus furcias por las Islas del Rosario y otros destinos en Centroamérica bajo la excusa de estar en capacitaciones, e inclusive se supo que varias de estas mujeres de la vida alegre de Cartagena ingresaron a la nómina de empleados de Ecopetrol con un sueldo estratosférico de más de 15 millones de pesos.
Ante la gravedad de las acusaciones, el presidente de Reficar, Reyes Reinoso, negó categóricamente los hechos y exigió que se mostraran evidencias, moción que fue secundada por el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, quien además afirmó este miércoles en una entrevista en RCN Radio que, al no haber registros contables específicos, se hace un daño grande a la empresa “y a las más de 920 personas que trabajan en Reficar y que se sintieron maltratadas por esta estela de duda, porque no hay facturas y pruebas que demuestren esta situación”.
Aunque las declaraciones de Reinoso y Echeverry no podían ser diferentes, no hacen más que causar risa por carecer de todo sentido. Evidentemente la mayoría de prostitutas no firman contratos de prestación de servicios con sus clientes ni entregan facturas que sirvan de prueba. Asimismo, es improbable que los contadores registren el pago por favores eróticos como egreso corporativo y parece un tanto desatinado defender a esos 920 trabajadores de Reficar por haberse sentido maltratados por “una estela de duda” cuando estamos frente al mayor escándalo de corrupción en la historia del país.
Si, como afirman Echeverry y Reinoso, lo que dice la senadora es falso ¿por qué no han procedido a instaurar las correspondientes denuncias penales para que la justicia investigue? ¿será que prefieren no acercarse a la candela para que no aparezca ninguna otra perla en el pantano de Reficar?
Es cierto que las acusaciones temerarias pueden afectar injustamente la reputación de personas o instituciones y que por lo mismo deben ser castigadas con severidad. No obstante, también es cierto que en este caso no hay lugar a nada distinto que esclarecer los hechos, hallar a los responsables y tratar de recuperar algo de dinero malgastado.
Ya se sabe que en Reficar no sólo hubo sobrecostos sino una corrupción que cabalgó como los jinetes del Apocalipsis y sin embargo, con cada nuevo hecho que sale a la luz hay más preguntas que respuestas. Tal parece que, a pesar de los tardíos esfuerzos, la célebre Ramera de Reficar seguirá viva por mucho tiempo más.
Colombia está muy bien .amen
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No se puede comentar nada sobre corrupción….vamos muy bien.
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Echeverrí culminando su doctorado en corrupción…Cárdenas le sigue los pasod
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Muy bueno su artículo, no hizo sino hacerme reir, sobre todo lo de las furcias jajaja
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Primero si deben comprobar que eso paso, en caso contrario yo puedo decir que el senor jaime luis es amante de las putas, y solo por el morbo todos asumir que es verdad. Existen fotos? Videos? Grabaciones de audio de los actos sexuales? De todo el dibero QUE SI SE ROBARON, lo de las putas es la menor cuantia de lejos, pero solo por un moralismo soterrado, lo del sexo es lo que acapara la atencion!. En otras palabras el usar el dinero del estado para otras cosas no relacionadas con el destino que deben tener es un delito, asi sea oara comprar helados o servicios sexuales.
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