Esta semana fue clave en temas electorales en los Estados Unidos. Joe Biden recibió el respaldo de Bernie Sanders el lunes, en un claro intento de unificar el partido demócrata en torno a Biden. Elizabeth Warren, anterior rival en las primarias presidenciales de Biden, también anunció su apoyo. El anuncio de Sanders es un claro contraste con su accionar hace 4 años, cuando sólo anunció el respaldo a Hillary Clinton semanas antes de la convención demócrata. Por consiguiente, algunos analistas afirman que esto pudo dividir el partido en las elecciones del 2016, haciendo posible la posterior elección de Donald Trump.
Aunado a esto, Barack Obama, expresidente de Estados Unidos, anunció en un video su respaldo a quien fue su vicepresidente durante ocho años. En el video en el cual anuncia su apoyo, Obama afirma que, según ‘CNN’ en Español, Estados Unidos debe ser liderado “por el conocimiento y la experiencia, la honestidad y la humildad, la empatía y la gracia, este tipo de liderazgo no sólo pertenece a los capitolio y oficinas de alcaldes de nuestro estado. Pertenece a la Casa Blanca» (CNN en Español, 2020).
Sin embargo, es importante evaluar qué tanto se verá Biden impulsado con el apoyo del expresidente. Durante los ocho años de su gobierno, Obama fue una figura que causó profundas divisiones. Este llegó a la Casa Blanca en el momento más álgido de la crisis económica del 2008 y las medidas que debió tomar le costaron gran parte de su popularidad y su capital político. Igualmente, el pasar el Affordable Care Act, más conocido como Obamacare, también fue a cambio de un costo en su aprobación presidencial considerable. Por esta razón su popularidad, durante los ocho años de su mandato, osciló entre el 40 %-50 %.
No obstante, según un promedio YouGov el 55 % de los estadounidenses mantienen una imagen positiva de Obama. Esto inclusive supera la aprobación de Biden, que oscila en un 47.3 % y de Trump, que se encuentra en un 41.8 %, según datos de Real Clear Politics. Por consiguiente, el apoyo de Obama puede otorgarle ciertos réditos políticos a la campaña presidencial del candidato demócrata.
A pesar de esto, el problema principal del partido demócrata recae en recuperar a aquellos votantes blancos sin educación universitaria. Este grupo de votantes, que componen gran parte de los votantes en Wisconsin, Ohio y Pennsylvania, fueron parte de la coalición que ganó las elecciones en 2008 y 2012, y que Hillary perdió en 2016. Con esta población, la aprobación de Obama cayó estrepitosamente, en Enero de 2009 el 63 % lo apoyaban pero, en 2017 solo lo hacían el 47 %. Por esta razón, la prioridad de Biden y el partido, es volver a capturar a este grupo de votantes, para así ganar la elección.
Donald Trump por su parte, según Fivethrityeight, empieza su año de reelección como el segundo presidente menos popular en la historia de su país. En enero su aprobación, era de 42.6 %, solo por encima de Gerald Ford (39.3 %) quien perdió la elección de 1976 con Jimmy Carter. Aunque su aprobación ha aumentado, hoy en día está en 44.2 %, su reelección no está garantizada. Según datos de Fivethrityeight, desde 1956, aquellos presidentes que el día de la elección tenían una aprobación de 48.4 % como mínimo, ganaron las elecciones. Aquellos cuya popularidad estaba en 43.6 % o debajo de esta, perdieron las elecciones.
Adicionalmente, el manejo de la pandemia del coronavirus no le ha favorecido a Trump. Aunque el presidente estadounidense ahora afirma que su accionar fue impecable, en varias ocasiones afirmó que el coronavirus era una gripe normal y que para abril, con el aumento de las temperaturas, Estados Unidos no tendría ningún caso de esta enfermedad. La parsimonia con la cual reaccionó no sólo hizo que las infecciones alrededor del país aumentaran, sino que su incapacidad de cohesionar una respuesta nacional afectó la implementación de cuarentenas a nivel local, estatal y nacional. Por esta razón, ante la incertidumbre sobre las acciones que el gobierno federal iba a tomar, los mercados internacionales y Wall Street vieron cómo la economía se desaceleró a niveles no vistos desde 1930.
Lo que esto demuestra es que a Donald Trump se le puede ganar. Biden, quien ha logrado apoyos importantes, debe recuperar ciertos grupos electorales y saber manejar los meses de campaña que quedan. Aunque existe cierta incertidumbre de la viabilidad de la elección, teniendo en cuenta el covid-19, todo indica a que el partido demócrata tiene una oportunidad inigualable para volver a la Casa Blanca.
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MARIO CARVAJAL CABAL
Internacionalista y Ayudante de Investigación en una Consultora Geopolítica
Twitter: @Mariocarvajal9C
This is absolute bullsh!t. Wishful thinking regurgitated from biased moronic leftist media in America. The silent majority is way to energized and will not take any more crap from the liberal self-appointed «intellectual elites» on both coasts.. the deviant sewer hollywood filth and the biased lap poodles in the media in NY and DC… glorious urban democrat-run crime cesspools. #MAGA2020 ..
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A estas alturas ya da igual quien gane en noviembre, la FED está enloquecida imprimiendo papel para costear el socialismo republicano, se viene una recesión mucho peor que la del 2008, quizas aun peor que la de 1929 El autor sabe muy poco de economía por eso está tan despistado respecto a la situación de USA y tiene ese patético optimismo frente al socialdemocrata Biden.
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