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  • El primer tiempo de Millonarios anoche fue demasiado pobre. No jugó ni bonito, ni bien, lució confundido. Equidad manejó el balón y los espacios, no tuvo el equipo ni un solo remate al arco. El segundo tiempo hubo algo de mejoría, pero el impulso tan solo bastó para salvar un punto en el estreno del equipo en Copa.
  • A los jugadores alternantes les hace falta rodaje, minutos. Aún es muy temprano para descalificar a alguno, pero por lo visto ayer aún no engranan del todo en la idea que pueda tener el DT.
  • Esperar a que engranen los futbolistas requerirá, de parte de los hinchas, una buena dosis de paciencia, virtud que por obvias razones es cada día más escasa.
  • Barreto, a quien le tengo mucha fe, se mostró ansioso. Quizá lo traicionó el afán de lucirse ante sus excompañeros aseguradores, pero exageró en el transporte del balón, haciéndose presa fácil de los marcadores de la visita.
  • David Valencia, a pesar del autogol, fue de los debutantes más destacados. Preciso en los cierres y generalmente bien parado cuando lo exigieron los atacantes rivales.
  • Héctor Quiñonez inició el juego con mucha timidez, con el correr de los minutos se fue tomando confianza y tuvo más desplazamientos al frente de ataque. Con más minutos de juego seguramente será un buen remplazante para las ausencias de Machado.
  • Stiven Vega, a pesar de su edad, muestra una buena dosis de personalidad en su labor de marca. Aún le falta tomarse confianza para apoyar las labores de ataque del equipo.
  • Con respecto a Ovelar, tiene un biotipo y una manera de moverse y posicionarse muy similar a la de Rangel. Son nueves de área a los que les cuesta mucho entrar en circuito de juego y dependen de que los surtan de balones y los dejen en posición de gol, lo cual en estos dos últimos partidos no ha sucedido. Para resaltar que tiene buen lomo, protege bien el balón, cumple satisfactoriamente como pívot. No es comparable con Dayro o Uribe, pero tampoco es la rencarnación de Boyero.
  • En el análisis de los partidos que cada hincha hace hay mucho de subjetividad, o cada quien ve lo que quiere ver. Por ejemplo, ayer me pareció correcto el partido de Robayo siendo, para mí, de lo destacable del equipo por la entrega, porque le tocó casi todo el partido asumir solo la labor de filtro en el medio, y porque desde atrás empujó al equipo cuando se perdía el juego. Leyendo los comentarios al final del partido en twitter me encontré con casi igual proporción de aplausos como de críticas hacia el capitán azul.
  • El equipo a punta de ganas y pundonor logró empatar el partido. Tristemente, el ingreso de Mario González resultó perjudicial para el desarrollo del juego. Se le nota errático, desconcentrado y falto de fuerza. Tras su ingreso se perdió el ímpetu que traían los jugadores y que les alcanzó para lograr la igualdad en el marcador.
  • A pesar del no tan buen juego desarrollado por Millonarios, me quedó la impresión desde la tribuna –no he visto la jugada por televisión- que el árbitro dejó de pitarnos una falta penal a favor en el segundo tiempo, evento que podría haber significado un resultado más positivo que, seguramente, nos tendría a todos los hinchas con un mejor estado de ánimo que con el que amanecimos hoy.
  • Como de costumbre, aplausos para la hinchada que, para un partido de Copa y en un horario que no es el más cómodo para desplazarse por Bogotá, acompañó masivamente al equipo.
  • Se dejaron escapar dos puntos en calidad de local que habrá que recuperar necesariamente en los partidos que tengamos que afrontar como visitantes. Ganar esta Copa tiene que ser también uno de los objetivos a los que Millonarios le debe apuntar en 2016.
  • El partido del próximo sábado por Liga ante Deportivo Pasto indudablemente nos pondrá de frente con otro rival de esos que vienen a abroquelarse en el Campin, a montar un cerrojo defensivo y, de seguro, se constituirá en otro difícil examen para un equipo que, como el de Israel, me luce que se le facilitará mucho más jugar en calidad de visitante, cediéndole espacios a los rivales y jugando al contragolpe aprovechando la seguridad en defensa mostrada en el clásico del domingo. Como sea, la única opción en ese partido es sumar los tres puntos… ¡cueste lo que cueste!

 

Cordial y albiazul saludo

 

@azulhstalatumba

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