Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Por PanzaVidela

En el mundo
futbolero colombiano fue ampliamente conocido el apelativo despectivo y
peyorativo del Señor Luis Augusto « Chiqui » García refiriéndose al
señor Juan Carlos Osorio, a quien tildó y catalogó de «recreacionista». Incluso
en Wikipedia se le encuentra bajo esta mención.

Ayer el Once
Caldas se coronó campeón del fútbol colombiano. Juan Carlos Osorio logró el
objetivo que se trazó cuando regresó al fútbol colombiano y que -tras muchas
dificultades, como cualquier logro en la vida- finalmente consiguió.

Osorio retribuyó
con una estrella en el escudo (la cuarta en toda su historia para el Once
Caldas, sin contar la de Copa Libertadores) el inmenso esfuerzo y la grandísima
confianza que depositaron en 
él, en sus capacidades y en su talento, los
dirigentes del Once Caldas. No solamente depositaron en 
él confianza y
esperanza, sino que lo apoyaron en sus requerimientos y en los momentos
difíciles. Para ellos también es el reconocimiento.

Hoy lunes, tras
la victoria de anoche 3-1 en la final frente al Tolima, todos se suben al bus
de la victoria. Los que siempre se acomodan de acuerdo a como soplan los
vientos -como el Sr Meluk del Tiempo, por ejemplo- hoy hablan de fútbol
vertical, de táctica efectiva, de un equipo equilibrado y contundente. Los
mismos que en el pasado criticaban los frecuentes cambios en la nómina y la
irregularidad en los resultados. Ese es nuestro fútbol y esos nuestros
brillantes y equilibrados «analistas».

El Sr Carlos Antonio
Vélez criticó hasta la saciedad a Osorio por el último partido del cuadrangular
del Once Caldas en Cúcuta -cuando ya estaba clasificado- porque Juan Carlos Osorio
-en una decisión autónoma y totalmente respetable siendo él el técnico- dio
descanso a su equipo y no arriesgó jugadores que consideraba primordiales para
la final. No, para el Dios del análisis deportivo en nuestro país -desde su
inalcanzable ego-, la decisión no fue la correcta y Osorio debió –
¡óigase bien!-
jugar con los titulares, porque primero es «1 que 2», antes «A que B». Esto para
argumentar que Osorio, por encima del título, debió anteponer el interés de ir
a Copa Libertadores.

Hoy Once Caldas
celebra, está en Copa Libertadores de nuevo, y por todos lados se escuchan
alabanzas para Dayro Moreno. Sin duda es el mejor delantero y goleador hoy por
hoy de nuestro campeonato, eso hay que reconocerlo y destacarlo, pero escasean
los reconocimientos para el Señor Juan Carlos Osorio.

En un país donde
la cr
ítica es fácil y despiadada y los reconocimientos brillan por su ausencia
considero justo y necesario este reconocimiento a un hombre serio, trabajador e
innovador. Juan Carlos Osorio ha demostrado en todos los equipos en donde ha
dirigido su capacidad y talento para dirigir grupos de seres humanos, hacerles
comprender una idea táctica y llevarlos a alcanzar las metas deportivas. Sus
equipos han logrado mostrar la identidad futbolística del Señor Osorio, todos
han alcanzado el objetivo de jugar un futbol rápido, vertical, ofensivo y -en síntesis-
moderno.

Osorio logró su
primer título en el fútbol colombiano y empieza a recorrer los peldaños que
tiene trazados para su máxima meta a mediano o largo plazo: la selección Colombia.
No me cabe duda que tarde o temprano lo logrará.

Quiero terminar
con un comentario de felicitación a todos los jugadores y directivos del Once
Caldas. A todos aquellos que de la mano del profesor Osorio han alcanzado esta
estrella. Porque con sacrificio, trabajo y un fútbol moderno le han callado la
boca a tanto personaje grotesco que todo lo critica y en todo busca siempre el
aspecto negativo para caer encima. Para todos ellos, con mucho cariño, está
dedicado este título que además le otorga al Once un cupo a Copa Libertadores.

Mientras tanto, el Señor Osorio, sus brillantes jugadores, los grandes
dirigentes del Once y -por supuesto- todos sus hinchas, que lo disfruten y lo celebren.

¡Saludo Albiazul!

Compartir post