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Por PanzaVidela

Cuando nombraron a José Néstor como seleccionador nacional
no fueron muchas las ilusiones que me hice al respecto. Y no por dudar de la
calidad o del trabajo del argentino, pues lo considero uno de los mejores del
continente, sino porque conozco muy bien la idiosincrasia nacional y sobre
todo, la idiosioncracia de los «cacaos» del «periodismo
deportivo» (también caben las comillas).

Un año después de haber dirigido su primer partido
eliminatorio (junio 3 2012) frente a Perú en Lima, el argentino tiene a la
selección Colombia ubicada en el segundo lugar de la clasificación general.
Faltando 4 partidos para el final de la eliminatoria Colombia está a un pasito
de lograr un cupo al Mundial.

He escuchado con bastante sorpresa como los «adalides
de la verdad» -las vacas sagradas del «periodismo deportivo»-  no cesan ni un segundo sus ataques en contra
del argentino. Al mejor estilo del «Fariseo Style» lanzan sus dardos
envenenados por absolutamente todas las razones que encuentran.

Resulta que «con estos jugadores sería imposible no ir
al Mundial», cuando con los mismos jugadores el Sr Bolillo Gómez hizo
tremendo papelón en la pasada Copa América. Cuando empatamos 0-0 en Buenos
Aires el resultado es minimizado porque resulta que David Ospina fue la figura.
¿No fue figurón hace 20 años Oscar Córdoba el día del 5-0?, ¿no sacó Córdoba
aquella tarde 3 pelotas de gol cuando el partido estaba 0-0? Situación que
habría cambiado por completo la historia de aquel juego de excelente
planteamiento táctico y perfecto análisis estratégico por parte del cuerpo
técnico. Por favor, qué acomodados «somos»…

¿Cuando el Sr Bolillo Gómez dirigía la selección no pedían
sus amigotes del micrófono tiempo de adaptación para implementar su trabajo?
¿Un poco más de tiempo después de estar ahí metido por más de 20 años? Pero
cuando se trata de Pékerman se le pide no solo resutados (sí, clasificar a un
mundial después de 3 frustrados intentos) sino además jugar bonito, ordenado,
táctico, y goleando a todo el mundo. Por favor….

Al Sr Pékerman lo sentaron en una mesa en un hotel de Miami
y le dijeron lo siguiente: «Llevamos 3 eliminatorias intentándolo sin
éxito. Otra vez comenzamos mal, ¡Necesitamos ir al Mundial!»

El Sr toma el equipo, hace su trabajo sin tiempo de
adaptación ni de implementación de tácticas ni de nada. Para debutar en plena
eliminatoria, con 2 partidos por fuera de Colombia. Va, saca 3 puntos de 6 y
regresa. Luego, en otros 2 juegos cuando la «prensa especializada»
esperaba la caída, su equipo golea 4-0 a Uruguay y  gana 1-3 en Chile. Una bofetada para los
fariseos del micrófono.
Sin embargo, había que criticarle algo. En Chile se
pudo ganar 3-0, «permitir un gol en contra no era digno de un equipo que
piense en ir a un mundial». Y «hacerle tan solo 4 goles a Uruguay es
muy poco teniendo en cuenta que se enfrentó al peor Uruguay de toda la historia
de la humanidad», por supuesto.

En la siguiente fecha se le gana a Paraguay 2-0 en
Barranquilla. Y en las siguientes fechas, la goleada a la «peor Bolivia de
la historia» 5-0 y la derrota «impensable» ante la «siempre
débil Venezuela».

En los últimos 2 partidos lo que todos vimos: un empate
«sin valor» en Argentina. «Sin valor» puesto que Ospina fue la figura. Y un
triunfo «jugando horrible» ante un equipo muerto como Perú. Por si
acaso, la misma selección peruana que nos eliminó en la pasada Copa América.

Quiero terminar expresando la tristeza que me producen esos
comentarios malintencionados. Porque no le agradecen a Pékerman
el trabajo que ha hecho, ni valoran el hecho que este Sr serio y profesional
-como ningún otro- nos tenga a las puertas de volver a un mundial.

 Porque sin tiempo de
trabajo, ni tiempo de adaptación ha logrado un pequeño detalle que nos tenía
alejados de los mundiales desde 1998. Un pequeñísimo detalle que en el fútbol
marca la diferencia entre los triunfos y las derrotas: los resultados.

Pero en lugar de valorar sus resultados, de darle el mismo
tiempo de adaptación que sí tuvieron otros técnicos y de crearle un ambiente
positivo que le permita seguir creciendo este grupo humana y deportivamente,
solamente le dan palo día tras día por absolutamente todas las razones habidas
y por haber.

Alguien dijo antes del nombramiento de Pékerman como Dt de
Colombia, que traerlo a la selección era como «perfumar un
«pollo». Triste sería comprobar luego que este Sr nos clasifique al
mundial, tras las críticas de los fariseos a su trabajo, que la persona que
hizo ese comentario tenía razón. ¿Uds qué opinan?

¡Saludo Albiazul!

 

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