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Por PanzaVidela

Parafraseando al gran poeta uruguayo Mario Benedetti, algunos técnicos del fútbol colombiano se reunieron y escribieron estos sencillos versos:

Mi táctica es mirarlo,

aprender cómo juega,

conocer a qué juega.

Mi táctica es marcar a Emerson en la punta derecha,

neutralizar a Daniel Ruiz por la izquierda,

y ponerle doble marca a Uribe (el bueno).

Mi táctica es cortar los circuitos entre Maca y sus compañeros,

evitar la salida al ataque de Perlaza y de Vertel.

Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple,

mi estrategia es darle el protagonismo a Millos,

y -sobre el final del partido- atacarlo.

Mi estrategia es que, sobre los minutos finales,

sea por derecha o sea por izquierda

el gol de la victoria -al fin- llegue.

Escrito a tres manos por los señores Alexis García, Juan Cruz Real y Alexandre Guimarães.

Supervisión de Hernán Torres, quien no estuvo de acuerdo en los dos últimos párrafos, dado el amor y cariño que aún siente por Millos. Hernán dijo que con el empate se iba feliz de Bogotá, que no quería dejar a Millos por fuera de los ocho. De parte de la hinchada azul: ¡gracias Hernán!

Vale recordar que tanto Equidad (0-1), como Nacional (1-2) y América (1-2) le ganaron al predecible Millos de Gamero en los minutos finales. Y el Tolima de Hernán Torres, con la misma estrategia, le sacó un empate en Bogotá. Queda una impresión extraña al ver que el Tolima (la segunda mejor delantera del torneo) no haya hecho ni un tiro al arco en el partido del sábado pasado en Bogotá. De nuevo: ¡gracias Hernán!

El Millos actual de Gamero se volvió tan predecible como los versos del “poema” arriba mencionado. Y si no logra en estos pocos partidos que faltan crear nuevas estrategias ofensivas, Millos se quedará por fuera de las finales.

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