En el 2010, en un viaje escolar a Manizales, recuerdo que entre múltiples sitios que visitamos fuimos al Observatorio de Conflictos Ambientales de la Universidad de Caldas. El ponente de ese día hablaba de sostenibilidad y de los temas ambientales que desde la época me competían. Llamó mucho mi atención una frase que, sin dudar, marcó mi vida y agigantó el orgullo que siempre he tenido por el pueblo de donde soy. “Somos el lugar de dónde venimos”, dijo. Y nos preguntaba en esa conferencia, el significado que para cada uno de esos jóvenes estudiantes tenía esa frase.
La mañana del viernes 24 a las 8:30 a. m. y 10 años después, viene nuevamente a mi mente esa frase y todo en marco de la reciente reunión que tuve con Mabel Torres, actual Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación del país. Es que hablar del papel de la mujer en la ciencia se remonta a esos conceptos que construimos siendo niñas y jóvenes en la región de donde somos.
La Ministra nos contaba sobre la utilización del conocimiento ancestral como motivación para ser bióloga: “Yo recuerdo que mis abuelas rallaban la yuca, sacaban el almidón, ese almidón se lo ponían a mi uniforme y este quedaba planchado y muy limpio para toda la semana. Así como temas del cabello y salud. Crecí en este proceso natural, de ver cómo mis abuelas usaban muchas cosas de la naturaleza para hacer economía de la casa.”
Mabel quería en principio ser médico para estudiar moléculas y curar el cáncer. Pensaba que no se podían salvar vidas desde la medicina, debido al ineficiente sistema de salud y que ese conocimiento ancestral con el que creció le podía permitir actuar, por lo que decidió involucrarse en una unión entre la biología y química como excusa para “estudiar los fenómenos biológicos desde las moléculas químicas, sin dejar de lado las mezclas, extractos, infusiones y recetas que de las abuelas aprendí”.
“Siempre existió una conexión muy estrecha con la naturaleza, por haber nacido en un pueblo muy pequeño, donde el contacto con el ambiente es constante”, afirmaba la Ministra. Y me pone a pensar en cómo influye positivamente tener una infancia sencilla pero llena de contacto con la naturaleza.
La bióloga resaltó también que el papel de la mujer en la ciencia es un tema de visión y aporte desde los diferentes géneros, más que del famoso y tocado feminismo. Es un tema que nos compete a todos.
De lo más bonito de esta tertulia con la Ministra Mabel, sin lugar a dudas, fue haber mencionado que soy de Lorica, Córdoba. Ella sonrió como quien tiene recuerdos lindos de un lugar, mencionó algunos conocidos que tenemos en común y yo, saque a flor de piel los huequitos en las mejillas por mí sonrisa, orgullosa del lugar donde nací.
Finalizamos la tertulia con un par de sonrisas de extremo a extremo de las pantallas, por mi parte muy agradecida por una hora de tiempo de una agenda sumamente apretada, pero también por una charla con una mujer sencilla e inspiradora, que me hace reafirmar que somos el lugar de donde venimos.
*Toda nuestra charla muy pronto en el podcast “Ser Mujer en la Ciencia” disponible en Spotify, Apple Podcast, Google Podcast y Anchor.
Ya está disponible ‘Diversidad en la Ciencia’, nuestro primer episodio en Ser Mujer en la Ciencia con Brigitte Baptiste como invitada de lujo.
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