Hablemos de lo que nadie habla sobre este bicho que nos tiene la vida al revés.
Nadie habla de la sensibilidad emocional que se carga por tener COVID, las noches de insomnio, la angustia 24/7 por tener alguna complicación, el mal genio que te genera la sensibilidad o la sensibilidad que te genera el mal genio, el llanto desconsolado al escuchar las palabras clínica u hospital, la impotencia por no recuperarse a la velocidad de la luz y el miedo tan enorme que ocasiona tener esta enfermedad y todo resulte mal.
Hace 1 año y medio se hablaba del cambio que como personas debíamos a tener al pasar por una pandemia. Sin embargo, después de todo lo que ha pasado en los últimos meses, veo con tristeza esa horrible costumbre de juzgar, señalar y afirmar sin saber el trasfondo de las cosas, seguimos siendo egoístas y la empatía, esa palabra que tan de moda ha estado, algunos no la conocen y más que empatía, falta mucha humildad y consideración frente al COVID.
Que a muchos se le manifiestan síntomas leves, si! Y que afortunadamente se manejan en casa, si! Que para algunos esto ha sido una simple “gripita”.. es cierto. Pero para otros no tanto, la situación ha sido lamentable y ni hablar de las secuelas que deja. El hecho de estar en casa, no significa que todo esté bien y sentirse mal fisíca y emocionalmente bajo estas circunstancias, está bien.
En medio de todo el caos que generan los malestares y la enfermedad en si, te salva la vida tu red de apoyo: tu familia, tus amigos, los que te quieren por encima de todas las cosas. Ellos, son fundamentales para los dias de mierda que pueda uno tener, por más complicados o leves que sean tus síntomas.
No escatimar en cuidados y aprendamos a ponernos en el lugar de otros.
Por ti, por mi, por los que quieres.. ¡vacúnate!
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