Paula, ¿las mujeres nos autolimitamos?
No creo que “las mujeres” nos autolimitamos, los seres humanos nos autolimitamos, producto de nuestra educación industrial, enfocada en el mercado; donde en lugar de enseñarnos cómo gestionar las emociones, descubrir nuestro ser y potenciar nuestros talentos innatos, personas automatizadas y frustradas nos transmiten –de manera inconsciente- su tristeza, dolor y una terminable lista de artificiales “deber ser” que luego funcionan como creencias y mandatos autolimitantes. Las mujeres sumamos además las creencias limitantes ligadas históricamente al género femenino. En lugar de buscar descubrirnos con alegría y energía nos enfocamos en las fallas y carencias.
¿El embarazo influye de alguna manera?
En América Latina aún existe la creencia que las mujeres son quienes deben responder ante la emergencia familiar, por ende, se asume que una mujer a partir de cierta edad es menos valiosa, porque eventualmente puede embarazarse, lo cual empeora con la llegada de un hijo, pues pedirá licencia y luego su interés, energía, tiempo estarán divididos y es “lógico” que se le pague menos. A muchas mujeres se las penaliza en sus trabajos cuando tienen niños, impidiendo ascensos, recortando su sueldo, dejando de considerarlas para mayores responsabilidades. Además, dependiendo el grado de machismo, hay áreas donde se considera que un varón está “naturalmente” mejor preparado que una mujer. Si eres mujer, deberás probar que eres buena y por ende, es “lógico” que se te pague menos.
¿Dónde queda el equilibrio entonces?
En mi opinión todo el sistema es enfermo, porque debe partirse de una ecuación inversa. El trabajo es una dimensión importante de la vida y forma parte de un engranaje social, pero no es la única dimensión del sujeto, ni la más valiosa. La vida personal y familiar es esencial, si seguimos apoyando un sistema que premia la neurosis y festeja la hiperproductividad a costa de la familia, el tiempo de descanso o esparcimiento, que considera que el mejor trabajador es el que no tiene, ni reclama tener, vida fuera del trabajo, alimentamos un monstruo que devora a quien le pongas delante. En este sistema las mujeres salimos perdiendo, pero los hombres también, lo que no pagan en dinero, lo pagan en salud y exigencias.
Finalmente, la ex Miss Universo Lupita Jones es una mujer que pasó de la belleza al empoderamiento femenino, ¿qué nos falta en el modelo existente para poder seguir su ejemplo?
Has tocado un punto neurálgico. La exigencia omnipresente de una belleza estereotipada y las recompensas sociales y existenciales asociadas a ella (esencialmente amor en sus diversas representaciones) es una de las grandes cárceles imaginarias en las que vivimos presas la mayoría de las mujeres, buena parte de nuestras vidas. Es una eterna fuente de dolor y frustración que, curiosamente, genera enormes ganancias económicas a la industria alimentaria, farmacéutica, cosmética, del fitness, etcétera. Es el reino de la superficialidad, de la desconexión y cuando vives ahí sientes tanto dolor que lo tapas con lo que sea, la enésima dieta, los zapatos de diseñador. En el fondo todo se apoya en la creencia de que cuando peses diez kilos menos o tengas la cartera de firma, serás amada y serás feliz.
Cuanto antes uno despierte de esa pesadilla, mejor. Debes definir qué es ser bella para ti, como mujeres deberíamos dejar de decir “estás más delgada” como el mejor cumplido posible. La belleza alegra los sentidos y hay tantos modelos de belleza como personas capaces de captarla. La salud, la integridad, la paz son sinónimos de belleza. Un rostro que emana luz interior tiene una belleza cautivante, pero debes ser capaz de verla, aceptándote a ti primero. No hay cosméticos ni cirugía capaz de embellecer a una mujer que se mira al espejo y siente odio por ella misma. Amate a ti misma, acéptate, el resultado es que verás belleza en el espejo y en el mundo que te rodea.
Periodista Comunicadora Social. Personaje del año 2010 en Montreal- Canadá por Le Conseil interculturel de Montréal (CIM). Ganadora Premio Literario y Periodístico Cesar Vallejo 2011- Caracas Venezuela. Reconocida por calidad de trabajo Superintendencia de Industria y Comercio Colombia 2017. Autora de "Son mis huellas y hay camino" 2018. www.nataliagnecco.com
Me gustó mucho la entrevista. Las mujeres no necesitamos competir con los hombres. Cada uno que asuma su rol! En cuanto a la desigualdad salarial creo q hemos ido ganando ventajas, es una conquista màs, q estoy segura ganaremos. FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER!
Creo que no se trata de empoderamiento, no se trata de una carrera de quien de los dos sexos es mejor, no se trata de discriminarnos unos y otros, solo basta con vernos como iguales, en deberes y derechos, ponernos en los zapatos del otro y así se acaban las diferencias…
para que las mujeres sean iguales a los hombres, les falta ceder la silla a las personas mayores en el trasporte publico, prestar servicio militar obligatorio e invitar y pagar las cuentas del restaurante. De esa forma tendran empoderamiento.
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Me gustó mucho la entrevista. Las mujeres no necesitamos competir con los hombres. Cada uno que asuma su rol! En cuanto a la desigualdad salarial creo q hemos ido ganando ventajas, es una conquista màs, q estoy segura ganaremos. FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER!
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Creo que no se trata de empoderamiento, no se trata de una carrera de quien de los dos sexos es mejor, no se trata de discriminarnos unos y otros, solo basta con vernos como iguales, en deberes y derechos, ponernos en los zapatos del otro y así se acaban las diferencias…
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para que las mujeres sean iguales a los hombres, les falta ceder la silla a las personas mayores en el trasporte publico, prestar servicio militar obligatorio e invitar y pagar las cuentas del restaurante. De esa forma tendran empoderamiento.
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Excelente artículo en este día del ser maravilloso
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