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Por: Jonathan Silva

La influencia en la lucha por los derechos civiles por parte del pensamiento cristiano ha sido un motor importante para el desarrollo de la sociedad occidental, aunque hoy en la cultura más progresista esto se quiera negar e invisibilizar. Sobre todo, la reforma protestante cumplió su papel en la defensa por la libertad de pensamiento, de credo y la dignidad que debe ser intrínseca al ser humano.

Los movimientos metodistas fundados por John Wesley impulsaron los primeros líderes para la abolición de la esclavitud, fueron protagonistas en la lucha por los derechos de las mujeres en Estados Unidos. En el año 1948 se firma esta declaración en una iglesia metodista en NY.

No se puede dejar de lado la influencia del calvinismo en Europa, sociedades como Suiza y Holanda tuvieron su mayor desarrollo en torno a este pensamiento. El trabajo como generador de riqueza, la separación de estado iglesia sin prohibir que se hablara de fe en instituciones públicas, y que fuera el estado el que no se inmiscuyera en la iglesia en las personas y la misma fuera la que impulsara el desarrollo intelectual, así garantizar la libertad de los individuos.

En los 1800 encontramos a William Wilberforce (metodista), un cristiano genuino y parlamentario británico que, por causa de su fe, su iglesia y su Biblia, luchó por más de 25 años para lograr la abolición de la esclavitud, siendo él un joven de 25 años en la Gran Bretaña, hasta lograrlo, poco antes de morir. Un contemporáneo suyo, cristiano confeso de apellido Shaftesbury, por causa de su fe luchó por la dignificación del obrero industrial y dio a luz los Sindicatos (todo esto hace más de tres siglos).

Hubo un tal Martín Luther King Jr., pastor protestante de Alabama, quien peleó hasta la muerte por la reivindicación de los derechos civiles de los afrodescendientes, y lo hizo porque entendió el mundo desde la fe, desde la transformación social. Un tal Nelson Mandela inspirado por su fe reconcilió a una nación.

Habrá que decirles a todos ellos en la Colombia de hoy que se equivocaron al mezclar su creencia con su trabajo en favor de los oprimidos desde la política. 

Hay más religión en la práctica que la que se reconoce como tal; ¿toda persona es creyente de algo que lo inspira para actuar y a pensar de cierta manera, entonces por qué la fe en Dios es la única que debe dejarse afuera de la vida pública mientras todas las demás creencias, filosofías y radicalismos laicos son bienvenidos?

Ahora resulta que, si quiera mencionar a Dios o la Biblia en los escenarios públicos es algo absurdo y rechazado, mientras se puede citar otro tipo de pensamiento intelectual para deslumbrar a jóvenes incautos.

¡Yo digo NO! ¡No hay espacios vetados para la práctica de una fe genuina y viva! ¡Por el contrario, es el tiempo más oportuno para traer la sabiduría del cielo a la solución de los grandes males de la vida! Quienes creemos en Dios tenemos mucho qué decir, mucho que aportar, mucho qué servir, ¡pues para eso se nos dio la vida!

Hoy, en Colombia, se levantan miles de cristianos apostando a soluciones, donde han fundado colegios para los más necesitados, obra social donde el estado no llega. El discurso se queda a un lado cuando hay actos que demuestran la verdadera fe genuina.

@silvajonathan01

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