Son mis huellas el camino, ese recorrido que me permitió reflexionar sobre la realidad social que enmarca el presente y futuro que representan nuestros niños y niñas de nuestro territorio.
Para llegar al colegio rural del sur hay que tomar un bus hasta la última parada, bajarse y caminar dos kilómetros en una pendiente muy grande que conecta con el alma mater de cientos de niños de la ciudad de los tesoros escondidos, digo también de algunas escuelas rurales escondidas y hasta abandonadas.
Llegando a este lugar, la mirada inocente, alegre y aún llena de esperanza de los niños me alimenta el alma. Bajo ese brillo suave y perfecto que emana nuestro sol y que embellece las montañas; empezamos con un equipo de psicólogos, trabajadores sociales y comunicadores una jornada más de este enriquecedor proyecto de Escucha Activa.
Desde la Fundación Universitaria Juan de Castellanos sus estudiantes de últimos semestres se vinculan a esta importante jornada que busca proteger la salud mental de nuestras niñas, niños y adolescentes.
También hay un contraste que nos embarga de tristeza por un reciente accidente que sufrió una estudiante y su profesor cuando caminaban de regreso a casa saliendo de este hermoso pero retirado lugar. Recorriendo sus caminos, un tractocamión que transitaba en la vía de doble calzada de Tunja a Bogotá los arrolló y fallecieron, me pregunto entonces: ¿Qué pasa con el transporte escolar?
No solo es el transporte escolar, las necesidades de la educación rural en Colombia son infinitas, en muchos lugares se nota la ausencia de Estado: la retórica sin acciones; es por ello que como mujer mariposa hace parte de nuestra misión transformar, aportar, soñar, y empezar a escribir una nueva historia como lo hacemos en esta campaña que trabaja por nuestra niñez.
Mariana Velázquez, es una mujer mariposa que escucha a los niños de Tunja y les apoya con la magia de sus palabras. El cielo es azul y las montañas verdes, la sonrisa de nuestros niños es el combustible para hacer algo por su futuro.
Entonces camino por el salón entre los viejos pupitres de una sociedad que ignora lo realmente importante: la educación del ahora y el futuro. Es la última jornada de este año, hemos recorrido muchos colegios, en algunos no mostraron interés, otros nos recibieron con los brazos abiertos.
La libertad es tan grande en estas montañas que parece que el hambre no existe y el frío se hace invisible. Muchos niños en Boyacá en lo corrido del 2022 han dejado de recibir el Plan Alimenticio de Educación Escolar PAE por problemas administrativos. Me duele verlos con hambre, me duele que algunos estén inmersos en consumo de sustancias psicoactivas para evadirse de una sociedad dura y cruel que poco se interesa por su bienestar.
Ya termina la tarde, las mariposas que son trabajadoras sociales han aportado lo mejor de sí, está la satisfacción del deber cumplido, escucha activa, nos activa el alma, la responsabilidad social de quienes hacen parte de este maravilloso proyecto nos llena de entusiasmo, nos inspira a seguir en este camino a la utopía, somos constructores de paz, la educación es un camino que realmente nos llena de esperanza, en el 2023 la escucha activa seguirá adelante con un propósito noble y altruista, el de llenar el corazón de nuestras niñas niños y adolescentes con la magia de escuchar y construir, sanar y proteger.
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