Las grandezas de Colombia y los colombianos en la construcción de paz
“Nada más cruel e inhumano que una guerra. Nada más deseable que la paz. Pero la paz tiene sus causas, es un efecto. El efecto del respeto a los mutuos derechos” Jorge Eliecer Gaitán.
En este camino de construcción de paz, transitamos senderos con enormes piedras que nos hacen caer y retrasan la llegada a nuestro destino, piedras que entorpecen el caminar para llegar hacia el mayor de los objetivos: el proyecto nacional de paz justa y duradera. No obstante, por tormentoso que sea el camino, está claro que la paz tiene sus causas y es un efecto como diría Gaitán. De ahí que, quiero dedicar estas letras a esos efectos, reflejados en hechos que dan cuenta de lo grandes que somos como colombianos cuando decidimos comprometernos en este proyecto nacional de paz y reconciliación nacional.
Un hecho es el reconocimiento de la comunidad internacional al proceso de paz nacional. Distinta y variada ha sido la presencia de organismos internacionales y líderes políticos y sociales en este tránsito por lograr la paz con grupos armados al margen de la ley. En variadas ocasiones miembros de la comunidad internacional han ejercido como facilitadores, mediadores, espectadores y garantes de procesos de paz. Así mismo, existe reconocimiento y confianza en los esfuerzos de los colombianos por dar fin a un conflicto de 52 años, el más viejo de América Latina. Lo anterior tiene importantes implicaciones no solo en términos de relaciones económicas y políticas, sino en la capacidad que demostramos los colombianos, ante el mundo de convivir como sociedad civilizada.
Pacto nacional de jóvenes por la paz. Bajo el lema: “No más polarización, somos jóvenes de paz y reconciliación”, jóvenes de distintas organizaciones y partidos políticos se juntan para suscribir y firmar un pacto nacional, el cual fue presentado ante el Congreso Colombiano el 10 de noviembre del 2016 y que posteriormente fue socializado en la Habana. Las nuevas generaciones nos enseñan que por distintos que seamos y pensemos, el objetivo de la paz nacional es un valor tan alto que supera las diferencias ideológicas, y que es posible ponernos de acuerdo en unos mínimos que responden a la búsqueda de una paz nacional. El corazón de este pacto se centra en creer en la reconciliación como camino para reconstruir el país, no desde las ideologías, sino desde el respeto a la pluralidad de las ideas; desde la firme convicción de que la guerra heredada no es el camino; desde el llamado a que los ciudadanos protejamos lo avanzado en el proceso de paz, y a la movilización social organizada desde el diálogo y el respeto, sin discriminación.
Otro hecho es el otorgamiento del Premio Nobel de Paz 2016, el espíritu del nobel, surge como un nuevo aliento para un país suspendido en el aire y en un aparente estado de derrota y de real polarización nacional. Es el mensaje claro de la comunidad internacional, diciéndonos que la decisión de la causa por la paz, hecha por los colombianos no es una equivocación, no es un error, es un acierto que trascenderá las actuales y futuras generaciones. Nos envía el mensaje, respecto que, un proyecto de paz está por encima de ideologías, colores políticos, egocentrismos y miradas desde un solo ángulo.
Y finalmente, por ser el más importante en un proceso de paz, el perdón de las víctimas. Las víctimas nos han dado verdaderas lecciones de reconciliación, ellas que han sufrido los efectos más crueles de la guerra, han experimentado la muerte en carne propia, la desaparición, el secuestro, el olvido, la estigmatización. Paradójicamente expresaron su perdón en todos los medios, pues comprenden que la historia de muerte es algo que no se puede repetir y mucho menos prolongar. Como sociedad tenemos un gran compromiso con estos pueblos sumidos en el olvido y sometidos al rigor de un conflicto armado sin sentido.
Seguro, existen muchos más efectos que nos hacen grandes como colombianos. Invito a los lectores para que a través de sus redes sociales y otros medios a su alcance, recojan y escriban otros hechos que den cuenta de las grandezas de Colombia y los colombianos en este proceso de paz.
El pueblo colombiano voto NO a unos acuerdos que solo proponen impunidad y beneficios para los narcoterroristas, y esa votacion debe respetarse, lo que debe haber es respeto por la voz del pueblo y por la democracia, conceptos que corruptos y traidores como Santos y los narcoterroristas de las FARC al parecer jamas entenderan.
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Las llaves de la paz se las quitaron al pueblo y no abrirá ninguna puerta solo servira de cierre de la paz ly como si fuera poco elogian al mas grande asesino del comunismo latino Asi fue «castro «a su país con fusilamientos, sangre, cárcel, y ahora quería que los genocidas de las FARC hicieran lo mismo con Colombia.
Adiós Castro su misión en la tierra sera juzgada por Dios y por la historia, los hombres malignos no saben sino de alegrarse ante el mal que les hacen a otros por eso lo alaban como padre y como héroe, que locura y que desafio a la humanidad
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