En febrero de este año Donald Trump sostuvo una conversación telefónica con el presidente Juan Manuel Santos, ¿por qué tanto alboroto respecto a la reunión entre Uribe, Pastrana y Trump? En términos generales no puede culparse a ningún político colombiano, ni siquiera al embajador de Colombia en Estados Unidos, de que el presidente norteamericano no hubiera concretado una cita con el mandatario colombiano antes que con la oposición, como es natural, Trump tiene otros problemas más importantes que resolver.
No obstante, ¿qué es lo que puede preocuparle tanto al presidente Santos?, ¿de qué tanto pudieron hablar ellos tres? Tal vez Uribe y Pastrana quisieron describirle con detalle, la emergente y pujante situación económica colombiana gracias a los crecientes cultivos ilícitos de los últimos años, cifra más alta en toda la historia.
Tal vez decidieron contarle que en aras de construir un país pacífico los líderes de un grupo terrorista como las FARC, que secuestraron a tres norteamericanos y muchos otros militares y civiles colombianos, gracias al acuerdo de paz negociado, serán elegidos en el Congreso.
O tal vez le recordaron que con el fin altruista de promover la tolerancia y el perdón, el presidente Santos ha solicitado fallidamente la liberación y repatriación de alias Simón Trinidad líder de las Farc extraditado por temas de secuestro y narcotráfico; o probablemente describieron lo laxo que ha sido el gobierno Santos frente la situación antidemocrática en Venezuela.
Pero lo que más preocupa al presidente Santos es que todas estas “mal intencionadas habladurías” entorpezcan los aportes económicos en juego para el postconflicto, aportes que corresponden a 450 millones de dólares, una cifra que preocuparía a cualquiera.
Ahora bien, si el hecho de viajar al exterior y reunirse con gobiernos externos para expresar el desacuerdo con el gobierno de su propio país, se consideraba o se considera traición, estaría bien recordarle a los ciudadanos y especialmente al gobierno que irrespetar el resultado de un plebiscito también es traición a la democracia, que prometer unos principios de gobierno en campaña y gobernar en el sentido completamente opuesto también es traición. De manera que, no puede exigirse respeto desde el oficialismo hacia la oposición cuando el oficialismo no respeta al pueblo.
En síntesis, quedan dos cosas claras, la primera es que si bien la política exterior de Trump desde que fue elegido ha sido reducir el presupuesto enviado a países extranjeros, con estas buenas referencias no le quedarán ganas de enviar ni 50 centavos de dólar para el postconflicto. La segunda, es que en Colombia hay dos presidentes, uno que gobierna al 50% y a veces 60% y otro que gobierna al otro 50% y a veces 40% de la población, la elección de quién es quién se las dejo a ustedes, lo que sí es seguro es que a esta hora en la casa de Nariño, deben estar prendiendo velas a todos los santos para que lleguen esos aportes económicos a Colombia.
El dinero que da USA para el mal llamado post conflicto se va a ir en corrupcion osea lo van a botar a la basura, desde la perspectiva de USA y viendo el pesimo resultado en la erradicación de cultivos de coca, sería mejor que lo inviertan en el mismo USA para prevenir y reducir el consumo. Ademas es muy indigno para Colombia estar mendigando plata en USA en Europa y en todo lado simplemente para robarsela como hacen con todo, lo que toca es dejar de robar y veran que el pais despega sin estar como los indigentes del mundo pidiendo plata por todo lado.
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