Colombia está pasando por uno de sus momentos más importantes, una coyuntura que tiene nombre propio: el proceso de paz con las FARC. Desde hace más de 50 años nuestro país ha vivido este flagelo, el de la violencia, el terrorismo, el secuestro, la extorsión, el desplazamiento entre otras y lo que el gobierno de turno ha buscado principalmente es poder terminar esa guerra, pero las preguntas que nos hacemos es ¿a qué costo? ¿cuánto estamos dispuestos a ceder para acabar con esto?, puesto que algo sí es cierto: todos los colombianos queremos la paz.
Desde que inició el proceso de paz con la guerrilla de las FARC (Gobierno Santos), el país ha estado dividido, pues unos piensan que dicho proceso como lo plantea el gobierno es el mejor posible y otros pensamos que puede existir uno mejor y eso se pudo ver reflejado cuando el No ganó en el plebiscito e hicieron algunos cambios (mínimos) en los acuerdos, es decir, sí se puede exigir más a un grupo terrorista como las FARC.
Las ultimas elecciones a la presidencia de la República han girado en torno al discurso de combatir las guerrillas, en especial a la de las FARC, haciéndonos creer que este era el único tema importante que tenía nuestro país y que, por culpa de dicha guerrilla y conflicto interno, Colombia no había podido avanzar.
Este proceso de paz no es la excepción, ya que lo vendieron como si los problemas se fueran a solucionar y lo que es peor aún: como si fuera el único problema que existiera en nuestro amado país. Pues ¡oh sorpresa! nos dimos cuenta de que no es así, nos prometieron el mejor acuerdo y no lo cumplieron, prometieron respetar la voluntad de las mayorías y tampoco lo hicieron, prometieron hacer cumplir la constitución, pero tampoco lo cumplieron; de igual forma nos dimos cuenta que el único problema no son las FARC, y me atrevería a decir que no es uno de los más importantes.
El próximo año se elige un nuevo Presidente (a) y por supuesto en el debate estará el proceso que se adelanta con las FARC pero antes de responder a la pregunta con la que titulé este artículo, me gustaría ahondar un poco más en lo que verdaderamente es importante. El próximo presidente o presidenta de Colombia debe ser una persona que pueda ver, entender y combatir las verdaderas necesidades del país, como por ejemplo la corrupción, la alta burocracia que ha dejado el gobierno actual, el clientelismo y la alta polarización que vive nuestro territorio. Además, este debe enfocar sus esfuerzos en el campo colombiano, la industria, el desarrollo empresarial y en el acceso a las oportunidades con mayor equidad.
Por último, ¿qué hacer con el proceso de paz si el próximo presidente o presidenta de la República estuvo liderando y apoyando el No en el plebiscito?, ¿lo hacemos trizas?, esta respuesta es sencilla, queremos para Colombia la paz, queremos que haya administración de justicia, que nuestros hijos sepan que el estado social de derecho es más fuerte que cualquier grupo guerrillero o al margen de la ley, que las instituciones primen por encima del interés individual, de las pretensiones egoístas, y del reconocimiento personal, queremos un país donde se respete la constitución y no haya impunidad, por lo tanto, creemos que al acuerdo no hay que hacerlo trizas, se reconocerá dicho proceso, pero habrán ajustes para que la institucionalidad no colapse y podamos resolver temas tan importantes como el narcotráfico, los bienes y dineros que poseen las FARC, los crímenes de lesa humanidad ya que estos no pueden quedar impunes y en el olvido; no haremos trizas el acuerdo, pero tampoco vamos a premiar a los guerrilleros.
Por 50 anos no hubo una solucion military para acabar ninguna guerrilla, ahora, cansados de tanta Guerra quizas, se firma in acuerdo muy beneplacito con gentes que quien sabe que tipo de atrocidades hallan cometido, manana quizas esten paseando en transmilenio o sentandose al lado de cualquier persona, quizas hasta se vuelvan jefes de seguridad, se vuelvan famosos a traves de Facebook. Asi de amargo es el trago que se tendran que tomar sobretodo aquellos que fueron victimas de esos hoy amnistiados; Por otro lado, seguir en Guerra no es una opcion viable, esto atraso el desarrollo por decadas, estanco y hizo que millones salieran del Pais.
Idiosincrasias como la Colombiana son muy dificiles de comprender, pues en si, es un Pais que siempre desde su creacion tuvo problemas de conjeneidad, esta formado por diferentes prejuicios, rejionalismos, aristocratas criollos y campesinos de diferente indole, complejos y resentimientos de clases sociales, raciales. Desafortunadamente manda la ley del mal, aunque esto es en todos los Paises latinos, despues de 25 anos de estar viviendo fuera, la verdad sea dicha, la gente y mentalidad no cambian, la malicia prepondera y eso se nota hasta en los que viven en el exterior, muchos no cambian nada, lo que quiere decir que el problema esta en la cabezita.
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Primero, no es cierto que todos los colombianos quieran la paz. Quienes se lucran de la guerra nunca querrán que el país sea pacífico. Segundo, para que realmente haya paz en este país, no es suficiente que se desarmen 10 mil guerrilleros, se tienen que desarmar los 48 millones de colombianos restantes. El clima de agresión que vivimos se puede ver hasta en el cambio de luz de un semáforo. Tercero, se tiene que tener mucho cuidado con los enemigos de la paz que buscan réditos electorales azuzando la polarización.
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«todos los colombianos queremos la paz.» Esto es una mentira, evidentemente, y como lo ha demostrado la historia de Colombia y lo sigue y lo seguirá demostrando, los colombianos son violentos y egoístas, eso no cambiará, se podrán acabar las FARC, que para mí es ir por el buen camino, pero en todo caso en las ciudades, en los hogares, en los colegios, en las empresas, entre familiares, entre compañeros de trabajo, entre colegas, entre profesor y estudiantes… SIEMPRE habrá intolerancia, porque así son todos.
» nos dimos cuenta que el único problema no son las FARC» Descubrió el agua tibia. Pues claro que no lo es, el problema son los colombianos, que también son unos corruptos violentos a su manera, la forma como se refieren a los demás, la forma como buscan pasar por encima del otro a su beneficio por dárselas de «vivos».
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Como somos los colombianos de cabeza-duras….La paz es una actitud, un sentido de la vida, una forma espiritual de ver la realidad, no una posicion politica. Por eso, estamos tan polarizados. Cuando le metemos a la paz la ideologia uribista, es poco lo que podemos lograr en cuanto a crear en Colombia una sociedad mas conciliadora !!!!!!
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