‘¡Que comience el juego y que gane el mejor!’ Sería la frase ideal para describir las elecciones en Colombia. Ya se avecinan vientos de campaña, comentarios tras comentarios eternos en redes sociales por una que otra publicación que apoye o condene a algún candidato a la presidencia. Escándalos personales salen a relucir en aras de publicitar de manera negativa o positiva a los candidatos, literalmente se generan “estrategias de campaña” poco acordes al ideal de democracia liberal que tanto leemos en libros de la universidad.
Quién sabe si estas elecciones sean realmente diferentes, lo digo porque la gente dice estar “mamada” de eso que llaman: “más de lo mismo”, y es que seamos sinceros, los únicos que pueden cambiar esto son los ciudadanos que con su voto y su efectiva participación democrática cambien el rumbo de este país. Acá no se trata de que se lance el mejor, o alguien diferente, ni siquiera que se lance alguien que no sea un “delfín”, se trata de que cada ciudadano lea y revise con atento cuidado los planes de gobierno de cada candidato y, definitivamente vote por el que mejor crea que construye su ideal de país. Basta de votar por banderas políticas, por el que me dio el trabajito, el que me dio el tamal o los veinticinco mil pesitos por ir a votar, por el que me diga el patrón o por el que mejor me cae.
Definitivamente estas elecciones deben ser diferentes. Todos los candidatos van a querer abanderarse de todo discurso que promueva la mejora del Estado, del Gobierno y del país en general, el tema de fondo es verificar cómo lo piensan hacer, ya que la estructura política de cada candidato será quien determine el cómo se desarrollará toda la escena política durante el periodo de gobierno del presidente que quede electo.
Por otro lado, y finalmente, considero que estas elecciones serán diferentes, porque en esta ocasión, el que se gane el corazón de cada colombiano será quien gane, o por lo menos esta vez habrán muchos más ciudadanos votando a conciencia, definitivamente, la gente está cansada de lo mismo y de votar por el “menos peor”. Entre otras cosas, es importante mencionar que los diálogos en la Habana marcaron una vasta polarización en el país, nos guste o no a pesar de que ya se encuentran en ejecución los puntos acordados, el nuevo gobierno será quien le dé la estocada final positiva o negativa al proceso, y eso, en el discurso determinará grandes diferencias entre un candidato y otro. Entonces, en definitiva y a manera de conclusión, es importante mencionar que esta elección debe ser diferente, recordemos que elegiremos cuatro años de retroceso nacional o de un progreso con sabor a paz.
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