En algún momento de la vida el ser humano ha mentido, se ha dicho mentiras a sí mismo, el problema viene siendo cuando esas mentiras afectan a otros, afectan aquella sociedad que los eligió, que les creyó y que confió en ellos. El problema del mentiroso es su credibilidad en el futuro, su propia dignidad y su tranquilidad. Según la RAE, mentir es, decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa, inducir a error. Viene del latín mentir, (mentir, hundir un embuste con la mente). (ver) ,el embustero dirige pueblos, ilusiona mentes y enreda personas. Mentes brillantes están inmersas en el mundo de la falacia, personalidades políticas la usan para subir al poder, por las mentiras pasan desde curas, pastores, líderes, genios y grandes filósofos.
El calumniador cree su propia mentira así caiga en evidencia, su cinismo es tan grande que no acepta su argucia. La mentira entonces es un instrumento maquiavélico para llegar a un fin específico. El problema de las personas que dirigen este país, no son las fallas en el aparato de justicia o en las leyes que se implementan, el problema de este país radica en que sus propios dirigentes se creen las mentiras que dicen, son tan ignorantes de su propia culpa que pueden sorprenderlos en las mentiras más evidente y siguen sosteniendo sus falacias. Lo más difícil de nuestra sociedad es que los deshonestos sigan actuando pese a que se logra identificar aquellas triquiñuelas que les han permitido quedarse en el poder y lo peor es su permanecen ante una sociedad permisiva, complaciente con la corrupción.
¿Cómo creer en una sociedad en la que los jóvenes mienten para sacar provecho o tajada de una situación?, existen diferentes estudios que evalúan la mentira, sus tipos y su forma de identificarlas, sin embargo la mayoría de estos revela que mentir es inherente al ser humano y que en ocasiones es mejor mentir que relevar verdades crudas. Pero, ¿cuántas mentiras decimos al día? La psicóloga María Jesús Álava Reyes en su libro ‘La verdad de la mentira’, indica «La mentira es una de las causas de mayor sufrimiento emocional y objeto de muchas consultas psicológicas. Su principal consecuencia es el deterioro de la credibilidad y la confianza», la mentira es manipulación, es una forma de poder que usan los seres humanos para sentirse superior. (Ver) , la Dra. Reyes ha recalcado que se miente en función de las características personales.
Lo más impresionante del mentiroso es su capacidad para seguir la mentira, la persona mentirosa es inteligente en la medida en la que logra captar la mente de aquellos a los que miente a tal punto que los convence, son ilusionistas en el mundo de la artimaña y el autoengaño. El mentiroso logra cautivar a su presa, como lo hacen los depredadores de la vida salvaje en un instinto de supervivencia, engañan a su botín para poder comérselo.
No muy diferente a lo que vive hoy Colombia con políticos que engañan con sus títulos de doctorados o maestrías, comúnmente salen a la luz mentiras como personajes que recibieron dineros para archivar procesos o sobre la utilización de recursos destinados de los refrigerios de los niños de la Guajira, gastados en viajes y festines. La mentira es un arma para los populismos de izquierda y de derecha, es un escudo para aquellos que ya subieron al poder y es una luz para quienes aspiran a tenerlo. Como lo indica Jonathan Swift en su libro El arte de la mentira política “La mentira y la política suelen caminar juntas, son compañeras de viaje y no se estorban. Hay que mentir bien y conseguir que haya siempre un punto de verdad que esconda la mentira”. (Ver)
Las personas mienten hasta en internet, en aquellas páginas para conseguir “la media naranja” resultan ser el nido de nuestro propio autoengaño. El mentiroso crea un mundo paralelo para sustentar su engaño, el problema de la mentira es que no basta con decir una, está debe estar sustentada por una bola de nieve de otras mentiras. Por eso cuando una persona miente pierde credibilidad, pierde aquello por lo que en un principio mintió. Al mentir, al hacer una triquiñuela, al creer que se engaña al otro y éste no se da cuenta, sólo se está engañando a sí mismo, a su propia integridad y dignidad. La falacia crea distanciamiento y desconfianza, aquellos que alguna vez creyeron ayer, hoy no están a su lado. Lo más preocupante de todo esto es que somos nosotros los jóvenes los que vamos a «cambiar» este país y está en nuestras manos poner un punto final cuando es necesario, aclarar las cosas cuando es pertinente, sin miedo al cambio, siempre respetuosamente pero con firmeza y dignidad.
El cambio está en las cosas pequeñas, hay que educarnos para hacer catarsis de la mentira, hacer rituales de la verdad y exorcismos de la farsa, de lo irreal. Este artículo más que ver un panorama del futuro de los próximos dirigentes del país, es una invitación a los jóvenes hacer conscientes de que sus acciones tienen una repercusión en el futuro, trascienden y por eso deben asumir con responsabilidad sus decisiones.
Entonces, ¿es un arma necesaria? Los jóvenes como parte de la sociedad civil estamos legitimados para pedir rendición de cuentas y confrontar a nuestros mandatarios y a todo servidor público frente a sus mentiras. Tenemos la tarea de encarar a los elegidos a exigirles un mínimo de verdad. Desde la academia y a partir de la ética, los principios y valores se debe exigir a los gobernantes respuestas, como un mecanismo de transparencia y de control social al poder.
En época pre electoral la sociedad civil se debe fortalecer y lograr evidenciar la mentira, la vida es corta y el oficio de vivirla es tan difícil, que cuando uno comienza ha aprendido ya, que hay que morirse, por eso es mejor vivir sin mentiras, vivir realidades y aprender que cada instante de la vida puro y real vale más que un auto engaño.
Muy buena columna, estoy de acuerdo en todo lo que mencionas sobre la mentira como una artimaña de caer bien y además de manipular a toda una sociedad
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Buen articulo. Sería interesante hacer un listado de aquellos personajes influyentes, para bien o para mal, que tratan de conseguir sus objetivos utilizando el lenguaje mentiroso. En mi opinión los actuales pre candidatos, de la vieja guardia, utilizan este método.
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