Mientras el mundo globalizado sufre el ruido de las guerras comerciales, políticas monetarias contractivas, y el debilitamiento del crecimiento económico. La economía colombiana se muestra como la caprichosa oportunidad para hacer inversiones y la promesa de tener un crecimiento muy por encima del promedio de la región.
En enero el FMI estimó sus proyecciones de crecimiento mundial para el 2019 sobre el 3.5%, 0.2 puntos porcentuales por debajo de lo alcanzado para 2018. En Colombia las proyecciones de crecimiento están alrededor del 3.5%, muy por encima de las proyecciones de la región Latinoamericana que están sobre el 2% para el 2019.
La incertidumbre que tiene México sobre la posible atomización estatal al mercado, contrarresta la compensación del 8.25% que tiene la tasa de intervención monetaria. La devaluación del peso argentino, la necesidad de un ajuste fiscal, y un año electoral en la Argentina, aún mantienen la inflación anual sobre el 51.3%. En el medio está Brasil con fuertes mensajes de confianza a los inversionistas, que atienden a la promesa de una apertura a los mercados occidentales y reformas con restricciones sobre el gasto.
Perú, Chile, y Colombia, tienen las economías con mejores perspectivas de la región, sin embargo, esta última aún se encuentra desarrollando las tareas para poder llegar a ser igual o más competitiva que la economía chilena. Por ejemplo, involucrar en el Plan Nacional de Desarrollo políticas públicas para el emprendimiento, hace que se creen dinámicas de competitividad para continuar cerrado las brechas sociales. Un buen punto para el Gobierno.
El mensaje de poder cumplir la regla fiscal para el 2019 sobre -2.4%, aun así, se divise la posible flexibilización para el 2020, marca que la economía seguirá con su grado de inversión. La urgencia de terminar el proceso de ingreso de Colombia a la OCDE, afianza la confianza sobre las políticas públicas del país. El control de la inflación sobre el 3% ± 1 p.p. de parte del Banco de la República muestra el interés de mantener la estabilidad macroeconómica y la independencia monetaria.
Ahora bien, la tarea y el interés debe estar dirigido a mitigar los desequilibrios externos en cuenta corriente que rondan -4.3% del PIB, impulsar la canasta exportadora dependiente de los commodities, mejorar las condiciones crediticias del sector financiero que tienen ratios de mora sobre 5.4% y un gran stock de créditos disponibles, disminuir el desempleo, y obviamente atender de forma inmediata la crisis migratoria causada por la dictadura en Venezuela, en donde el Gobierno está atinando de forma clara la estrategia de presión diplomática.
El 2019 luce plenamente despejado y sin preocupaciones, pero esto no significa que la tarea está lista, ahora es momento para seguir mitigando los riesgos y fortaleciendo la economía, dado que esta es muy caprichosa. En especial es tarea de todos los actores mejorar las expectativas sobre el consumo y la confianza inversionista, mientras claramente desde el Gobierno se continúa haciendo un examen de cómo se puede volver más eficiente el gasto público, sin desestimular el crecimiento económico.
Hasta que Colombia no diversifique sus exportaciones y dejemos de depender del petroleo o el cafe, seguiremos estando entre la mitad y -1 …. debemos convertirnos en exportadores de tecnologia y Agroindustria sumado a la calidad de tierras para el cultivo (si los malos dejaran progresar el campo)
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colombi a es un pais pichurrio hace mas de sesenta años con un solo estornudo democratero de antipatico lleras camargo se cayo el pobre rojas pinilla que era mucho mas decente que maduro pero a este no lo han podido ni hacer tambalear los los alardes democrateros de uriibe y duque y el restode la compaarse bien pen sante del mujndo entero.
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