Por: Carla Fernández
Seguramente de este tema no se hable mucho por estos días, pero considero pertinente tocarlo en este espacio dada la contingencia y hablando desde la experiencia propia porque sé que esto les pasa a miles de mamás en el país.
Si estando uno solo (sin hijos) se deprime o se aburre, imagínense la situación con un bebé recién nacido. De por sí, la labor de ser madre no es nada fácil, y menos en una sociedad que por un lado subestima la labor de ser madre y por el otro te condena a elegir entre tu hijo o tu desarrollo laboral y profesional. Por estos tiempos esta labor se complica un poco, porque no sólo tienes que lidiar con tu aburrimiento, sino con el aburrimiento de tu bebé, porque aunque no parezca, ellos también necesitan distraerse, ellos también quieren salir a ver el mundo, y más, cuando es algo totalmente nuevo para ellos.
Ahora bien, no solo tienes que esperar los meses de restricción para sacar al bebé por sus defensas tan bajas, sino que además de ello la pandemia te obliga a sencillamente confinarte en tu casa hasta nueva orden; y no sólo eso, es el hecho de no saber hasta cuándo se pueda salir tranquilamente sin miedo a que tu bebé se contagie. Entonces, a lo mejor los que somos padres tengamos que durar un poco más en cuarentena a pesar de que oficialmente se pueda circular libremente por la ciudad. Adicional, la ansiedad de la familia externa por conocer al nuevo integrante de la familia y la necesidad de presentarlo de los padres también es otro factor que genera estrés en las madres, y padres responsables.
Además de ello, los bebés nacidos durante la pandemia de la covid se están enfrentando a unos sistemas de salud sobrecargados e inseguros y a interrupciones en sus servicios; los controles obligatorios a recién nacidos están limitados a una llamada telefónica del médico, y entonces no se sabe a ciencia cierta si tu bebé está creciendo y desarrollándose bajo estándares normales. ¡Ahora imaginen si el bebé enferma! ¿con qué tranquilidad lo lleva uno a una institución de salud? Desafortunadamente nuestro sistema de salud es aún tan precario, que todo él se tuvo que volcar a solventar la emergencia sanitaria, pero no se pensó en las madres gestantes y lactantes, los bebes, niños, ni personas de la tercera edad.
Finalmente, el temor que genera un futuro incierto para tus hijos es el pan de cada día. Y es que todos los días se escuchan noticias poco alentadoras a nivel económico, social, ambiental, etc. Entonces: ¿qué futuro les espera a estos pequeñines de comienzo de década?
Solo basta tener paciencia: además, disfrutar y aprovechar cada segundo al lado de ese bebé, y esperar que la tormenta pase.
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