Algunos prefieren solidarizarse con causas que consideren más populares y más atractivas, muchas veces sin conocer el verdadero sentido de las mismas.
Yo he elegido solidarizarme con una causa que muchas veces ha sido menospreciada, olvidada y hasta estigmatizada. La vida de los miembros de la Fuerza Pública también es motivo de defensa, de entrega, de compromiso, de dignidad y de admiración.
Los esfuerzos que han hecho por desprestigiarlos son monumentales. Pero los esfuerzos que ellos hacen todos los días por cuidar la patria son mucho más grandes.
Recuerdo cuando vi un especial de Salud Hernández, quien acompañó a una unidad militar que hacía seguimiento a alias ‘Gentil Duarte’. Durante más de dos semanas venían siguiéndole la pista, no podían hablar fuerte, solo en susurros, no podían bañarse ni lavar prendas, no podían tener linternas o prender hogueras, dormían en el suelo húmedo, comían raciones frías y estaban completamente incomunicados sin ningún aparato electrónico. No tenían conocimiento de todo lo que había ocurrido en la opinión pública a raíz del bombardeo al campamento de ‘Gentil Duarte’. Cuando les contaron ellos respondieron:
“Todo parece fácil desde la comodidad de sus casas, ese es el problema, no conocen lo que pasa acá. Trabajamos para quitarnos de encima a ese bandido que tanto daño le hace al país… Siempre seguiremos luchando por el pueblo colombiano”.
Hoy, en medio de la violencia, el terrorismo urbano, el vandalismo y el caos, muchos miembros de la Fuerza Pública han sido heridos, han sido humillados y hasta han perdido su vida. El caso de Jesús Alberto Solano, capitán de la SIJIN de Soacha, quien luego de ser vilmente apuñalado por criminales luchó por su vida en el Hospital Cardiovascular de Soacha, pero perdió la batalla, es solo un ejemplo. Un hombre de 34 años, un hombre con una familia, un hombre que salió a la calle simplemente a algo: a cumplir con su deber.
Me duele la vida de Jesús, admiro los esfuerzos de la unidad militar que persigue a ‘Gentil Duarte’, considero a las familias de estos policías y soldados, que todos los días salen a defendernos, a entregar su vida sin importar el rincón del país en donde les toque servir.
No excuso de ninguna manera el abuso, ni a quienes hayan deshonrado su uniforme, todo el peso de la ley para aquellos que la incumplan sin importar quien sean, sin embargo, creo que la mayoría son hombres y mujeres con todo el amor por la patria, un amor inexplicable, un compromiso inmensurable y una entrega incomparable.
Todos los días en nuestro país atentan contra un miembro de la Fuerza Pública, todos los días arriesgan su integridad, pido públicamente perdón por aquellas veces que no le di la suficiente importancia a cada una de esas vidas que se apagaban, no están solos, los respaldamos, sabemos del esfuerzo descomunal que hacen por mantenernos a salvo, sabemos que han intentado deslegitimarlos, pero será mayor el reconocimiento y el cariño que los colombianos les devuelvan por cada uno de los sacrificios que han tenido que pasar.
Aunque se haya vuelto una causa para algunos “impopular” es una causa justa.
En honor a la vida de Jesús Alberto Solano y de todos los policías y soldados que han muerto en el cumplimiento de su deber.
Ahhh….disculpe mi comentario anterior, era que no había visto su twitter, y en él veo que se declara uribista, eso lo explica todo…
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Disculpe, y no le duele la vida de todos los jóvenes que también han sido asesinados a manos de la policía?, porque toca el tema ahí por encima como por quedar bien, cuando se pierde la objetividad, la neutralidad y la sensatez como se ve en su artículo es mejor guardar silencio, no le parece?
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