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Por: Laura Medina

Resulta completamente desconcertante ver como Gustavo Petro día tras día nos muestra a los colombianos de lo que es capaz de hacer, con tal de saciar sus ansías de poder.

Los limites son desconocidos para él, no tiene noción de la realidad, ni de la trascendencia atroz que sus palabras ligeras, ignorantes y lo más preocupante, mal intencionadas, generan.

En la más reciente de sus desfachateces, afirmó que las vacunas no eran efectivas para la variante Delta, citando un artículo que francamente creo que no leyó en su totalidad, aparte de su mala ortografía, también le hemos conocido su mala comprensión de lectura.

La atrocidad fue tan grande que hasta sus más fieles seguidores, lo criticaron y le reprocharon. Esto solo para darnos una noción de lo irresponsable que fue el senador.

Su afirmación sin sustento, la lanzó justo cuando el ministro de Salud del país anunciara que se abría el Plan de Vacunación para jóvenes entre 25 y 29 años, justo cuando el Plan de Vacunación demostraba una vez más su efectividad, el líder de la oposición en Colombia, decide atacar. Es que no son muy lejanas las épocas en las que leíamos sus trinos apocalípticos, en los que afirmaba que nunca seríamos vacunados, en los que decía que no iban a llegar las suficientes dosis, en los que insistía que así hubieran llegado unas dosis, en eso se quedaría en unas cuantas dosis.

Sin embargo y para preocupación nuestra, esta no es la única de las descaradas mentiras que ha dicho en la reciente semana. Se atrevió a salir con un trino completamente mentiroso en el que afirmaba que en su gobierno distrital se crearon 400 mil empresas en Bogotá. Datos que por supuesto son falsos y que fueron corroborados con la Cámara de Comercio de la ciudad y el Observatorio de Desarrollo Económico. La realidad es que se crearon 273.845 empresas y francamente no creo que hayan sido gracias a Petro sino a pesar de Petro.

Es lamentable tener que llamar líder a un exguerrillero que por haber aspirado a la presidencia de la República en más de una ocasión y no haber obtenido resultado favorable, haya decidido vengarse con los colombianos, el que pregona el amor en la política, lo único que promueve es una carga de odio dañina y peligrosa para nuestro país.

Esta y las veces que sean necesarias me dedicaré a evidenciar el peligro que representa el socialismo disfrazado de amor por el medio ambiente, por los recursos naturales, por los animales, por los desfavorecidos y por causas “nobles” como la paz.

La realidad es que Gustavo Petro representa el odio de clases, el odio al desarrollo y la productividad, el odio a las instituciones, el odio a los generadores de empleo de todos los tamaños, el odio a quienes pensamos diferente a él y a todo su combo “humano”.

Que el odio no les nuble el entendimiento a los que lastimosamente le creen al peligroso Gustavo Petro.

Twitter @LauraMedinaRuiz      

 

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